Capítulo 5

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Amber

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Amber.

A veces uno nunca piensa lo que puede llegar a ocurrirte de la nada, sin predecirlo. Hasta que sucede, y no sabes qué hacer. Sientes que todo lo planeado se desmorona, que rompe tu sistema bien organizado, descolocándote.

Era lo que más detestaba, lo impredecible.

Detestabas las situaciones, cosas o personas que irrumpían en mis planes bien organizados. No era perfeccionista, pero tenía un plan que decidí hacer para poder conseguir lo que deseaba, había planeado mi vida, sin pensar en las variables.

Y eso era ese hombre, algo que no esperaba.

—Vamos, Amb. Es sábado 18, un hermoso día, cambia esa cara.

Emitió Willow, cruzando su brazo con el mío mientras caminamos por las tiendas del centro comercial. Se suponía que debíamos estar concentradas en buscar buenos precios y prendas medianamente lindas que pudiéramos remendar para hacer diferentes atuendos para nuestros bailes en el club.

Esta parte del trabajo era la que más me gustaba. ¿A quién no le gusta descubrir diferentes prendas nuevas?

Pero algo no me estaba dejando disfrutar esta salida con mis amigas.

Más bien, alguien.

—¿Por qué tan feliz de que sea 18?—cuestioné, desviando el tema a otra cosa que no fuera yo.

—Es mi número favorito.

Contestó con simpleza.

A veces me sorprendían las diferentes facetas de la pelirroja. Por momentos podía comportarse como una joven de nuestra edad que solo busca divertirse mientras termina la universidad antes de entrar en el supuesto mundo de los adultos.

Pero después esta la otra cara de ella, la que solamente conocíamos Rose y yo, la cual nos llevo a hacernos buenas amigas desde que nos encontramos por accidente en el club y descubrimos que íbamos a unas cuantas clases juntas en la universidad.

—¡Mira!—exclamó, más que emocionada—. Son calabazas.

Dirigió sus pasos a la vitrina de una de las tiendas.

—Tú y esa fascinación por las calabazas a veces me aterra.

Acotó Rose, viendo la nueva decoración que iban a estar poniendo en la tienda para cuando comenzara octubre. No estábamos muy lejos de eso, y la mayoría de las tiendas ya debían prepararse para Halloween.

—Es que combinan conmigo, son muy lindas.

—¿Deberíamos comprar disfraces para cuando sea Halloween?—inquirió la pelirroja, arrastrándome con ella a ver las pocas decoraciones—. Podríamos usarlos en el escenario, y volver a reutilizarlos para alguna de las fiestas hechas por las fraternidades de la universidad.

Insaciable © [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora