Clifford.
Deje el vaso con la bebida en la mesa. Ya era el segundo que me bebía de un tirón sin reparo alguno. El sabor fuerte y amargo del whisky descendió por mi garganta, calentándola en el proceso.
—¿Por qué nos dijiste que viniéramos si ibas a estar con esa actitud?
Ignoré las palabras de Evan. Nada de lo que dijera me haría apartar de mis pensamientos que intentaban reacomodarse en mi mente junto a los recuerdos desde el día en que vinimos por primera vez y el día en que conocí a Willow.
Y al hacerlo, podía darme cuenta de que todas las evidencias estuvieron ahí, siempre. Sin embargo yo no quise verlas.
Era un completo idiota por no hacerlo.
Mi mirada no se despegó del escenario desde que salí corriendo de los camerinos. Ella aún no salía, y eso me estaba impacientando, porque a pesar de haber descubierto eso, quería verla para saber cómo fui tan ciego.
Estaba molesto, y no solo por eso.
Ella siempre supo quién era yo, y aún así decidió jugar conmigo al no decirme que era mi jodida alumna.
—Demonios, que imbécil.
—Ya dinos qué es lo que te sucede, jamás te he visto así desde que te divorciaste de Heather.
Respiré profundamente a punto de responder, sin más las luces bajando su luminosidad me detuvieron. De un momento a otro el lugar se lleno de vítores como les que siempre se escuchaban cuando Sunev, no, Willow y sus amigas salían.
Así sucedió.
En el escenario se encendieron 3 reflectores que iluminaron a las bellas bailarinas desde detrás del escenario. Las luces comenzaron a alternarse, dando un efecto demasiado hipnotizador, eso solo consiguió que los hombres se entusiasmaran más.
—Oh, ya salen, perfecto—musitó Gale.
Para sorpresa de todos y nosotros, ellas no estaban solas cuando las demás luces se encendieron. Detrás de ellas aparecieron otras bailarinas.
Las chicas de esa forma pudieron verse bien. Me fue necesario tragar saliva al ver a Willow portando un traje de colegiala demasiado sugerente. La falda era muy corta, la camisa que tenía estaba anudada en su abdomen, dejando ver su piercing el cual no recordaba hasta el momento. Todo ese vestuario fue combinado con la típica máscara.
Esa máscara que uso siempre para esconder su rostro de mí.
Mis ojos no podían despegarse de ella, y mucho menos cuando el baile comenzó al sonar la canción que bailarina esta noche acompañadas de las demás bailarinas.
—¿Por qué demonios nos sentamos en medio de la oscuridad?
Ni siquiera la desvié de ella cuando Evan me hablo.
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Insaciable © [+21]
RomanceUn club nocturno. Una bailarina exótica. Un profesor recién llegado a la ciudad de Chicago. Y un baile demasiado excitante para el hombre que creía que iba a ser una noche aburrida. ¿Qué ocurrirá cuando el profesor descubra quien es la bailarina qu...