Clifford.
Mi mente se quedó completamente en blanco y mi cuerpo permaneció estático sin quitar la mirada del aparato que continuaba sonando desde ya prácticamente 2 minutos seguidos. El nombre de Willow, el cual antes tenía agendada como Sunev.
«No, Demonios. ¿Por qué estoy tardando tanto en contestar?».
Rápidamente tomé el móvil, deslicé el dedo sobre la pantalla para así aceptar la llamada.
—¿Hola?
Eché la cabeza atrás al ver que respondí con una pregunta aún sabiendo que era ella la que estaba llamando. No podía creer la estupidez que manejaba estos últimos días solo porque ella estuviera cerca de mí.
—Vaya, sí que te demoraste.
«A la mierda el trabajo».
—Willow.
—No creí que contestarías.
—No creí que llamarías—confesé, girando el asiento para quedar mirando a la pared.
—Que poca fe me tiene, profesor Wells.
De lo más profundo de mi garganta se escapó una carcajada. Estaba perdiendo el racionamiento cuando se trataba de Willow, especialmente sabiendo la atracción latente que había alrededor de nosotros.
—¿Acaso no quiere escucharme decir que acepto?
—¿D-Disculpa?—balbuceé, sorprendido.
—Profesor Wells, ¿qué ocurrió con el hombre que me mantuvo en su cama durante la mayor parte de la noche?—se mofó—. ¿Qué ocurrió con el hombre que demando ser mi amo?, ¿el que me sumirá en un infinito éxtasis?
—Sabes que primero debo verificar que estés segura.
Tal parecería insistente respecto a eso, pero ella debía estar más que no tuviera duda alguna. Podía aún estar sin creer lo que estaba haciendo con ella, pero estaba completamente seguro, ya me había dicho que no daría marcha atrás.
La quería sobre mí o de todas las formas posibles, e iba a conseguirlo, el "guardar su secreto" no era más que un beneficio que me dio la confianza de admitir la atracción que sentía por ella, por mi alumna.
¿Chantajista? Tal vez, pero Willow ya había jugado lo suficiente conmigo.
Un ruido parecido a agua caer contra algo provenir del otro lado de la línea me saco de mi ensimismamiento.
—¿Qué estás haciendo?—indagué bastante intrigado.
—Por ingresar a la tina.
Mi boca se entreabrió ante su respuesta. Esa información solo implicaba que estaba en su baño, completamente desnuda o semidesnuda.
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Insaciable © [+21]
RomanceUn club nocturno. Una bailarina exótica. Un profesor recién llegado a la ciudad de Chicago. Y un baile demasiado excitante para el hombre que creía que iba a ser una noche aburrida. ¿Qué ocurrirá cuando el profesor descubra quien es la bailarina qu...