Clifford.
Acomodé la manta que cubría mi cuerpo.
Hacía ya más de media hora que intentaba ver una película en la laptop, pero el que Willow se estuviera moviendo de un lado a otro preparándose para salir, no me lo ponía fácil.
Toda ella resplandecía en un hermoso conjunto de seda gris.
—¿Has visto mis pendientes?—preguntó, colocándose el último zapato.
Tratando de no demostrarle lo embobado que me tenía con su resplandeciente apariencia, le respondí.
—En la mesita de noche, Willow.
«Tengo que hablar con ella».
Pensé.
Desde que regresamos de ese inesperado paseo que tuvimos hace horas, no dejé de pensar que debía hablar con ella. Necesitaba hacerlo, claramente no me calmaría hasta poder sacar lo que estaba carcomiéndome.
«Pero no parece ser el momento».
—¡Los encontré!
Su exclamación proveniente de la habitación me sacó una sonrisa.
Por todo el apartamento, en cualquier rincón habían pertenencias de Willow. No importaba lo pequeño que fuera el objeto, algo de ella encontraría por donde mirara.
Eso me encantaba.
Y algo que descubrí estos últimos días, era que siempre anotaba cosas en post it. No importaba lo que fuera, siempre había algo anotado por toda la casa.
Volvió mi apartamento en algo suyo, y yo no podría estar más cómodo con ello.
Los pasos de Willow regresando a la sala me sacó de mis pensamientos. No pasó mucho en que ella apareció en mi campo de visión, o mejor dicho su firme trasero, ya que no demoró en sentarse en el sofá, obligándome a enderezarme.
—¿Puedes ponerme el collar? Por favor.
—Ven aquí.
Accediendo a su pedido como un esclavo sirviendo a su amo, sujeté el collar que me tendió.
—Gracias por hacerlo.
Sin responder, le colocó el collar después de que corriera su cabello a un lado para así poder tener más visibilidad en lo que debía hacer.
Pegué mi pecho a su espalda para poder sentir su adictivo calor. Al terminar de ponerle el collar, rodeé su cintura con uno de mis brazos y la hice sentarse sobre mis piernas. Un claro chillido de sorpresa escapó de ella.
—Hueles bien.
Susurré, hundiendo mi rostro en su cuello. Willow soltó una risita baja, echando la cabeza atrás por consecuencia.
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Insaciable © [+21]
RomanceUn club nocturno. Una bailarina exótica. Un profesor recién llegado a la ciudad de Chicago. Y un baile demasiado excitante para el hombre que creía que iba a ser una noche aburrida. ¿Qué ocurrirá cuando el profesor descubra quien es la bailarina qu...