Willow.
Liberé un suspiro de cansancio, llevaba unos 15 minutos intentando resolver el último de los ejercicios dados por Clifford, más no podía con este.
Era más complicado que quien lo dio.
—Así que...—alcé la mirada de la hoja cuadriculada dirigiéndola hacia Rose—. ¿No lo has visto desde la noche del sábado?
—Exacto—lancé el lápiz a un lado, ya no le prestaría atención.
—¿Tuviste suerte?—mi amiga se inclinó levemente sobre la mesa, dejando su bebida caliente a un lado.
De a poco, las comisuras de mis labios se fueron elevando hasta conseguir formar una gran sonrisa en mi rostro que no solo respondió la pregunta de Rose, sino que de igual forma las hizo sonreír de diversión.
—Tendrían que haberlo visto, fue muy gracioso. Hice lo posible para no reírme en su cara—terminé por decir rebosante de alegría.
Cerré el cuaderno donde anteriormente estaba haciendo el maldito ejercicio y comencé a guardar todas mis cosas. Era temprano por la mañana del lunes, nos reunimos para así poder desayunar algo en Barney's antes de las clases.
Y además para así contarnos qué sucedió con cada una.
—Aunque también hice lo posible para no lanzarme sobre él—confesé.
—No era momento de caer, sino de vengarnos.
Suspiré, regresando a la sonrisa radiante.
—Bien, ¿a ustedes cómo les fue?—inquirí, viendo a Amber.
Ella alejó su taza de café de su rostro un momento y jugó brevemente con la servilleta.
—Solo diré que la señora Morris, vecina de Gale, ha visto lo que a su esposo no le sirve desde que tiene 53 años—dio un sorbo al café—. Y que ahora es el exhibicionista del edificio.
—Bueno, al menos esa noche alguien durmió feliz.
—¿Y a ti?
Ambas volteamos a ver a Rose.
—Bueno, los compañeros de Evan ahora saben que él prefiere ser azotado en vez de hacerlo.
Eso fue todo lo que necesitábamos para reírnos a carcajada libre. Todo, o la mayoría de lo que planeamos salió a la perfección. La venganza fue tan dulce y divertida que tenía ganas de volver a hacerlo, solo por la satisfacción de tener el poder.
—Gale sabe que soy la bailarina, está enojado por eso—liberó Amber de imprevisto—. Además de que es mi jefe, aunque de seguro ya lo suponían.
—Pues Evan también lo sabe, y le encanta.
Lo de Amber, era de esperarse, más queríamos que ella nos dijera. Y la relación de Rose con Evan, no tenía idea de cómo inicio, pero ella se veía bien, por lo que no había de qué preocuparse.
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Insaciable © [+21]
RomanceUn club nocturno. Una bailarina exótica. Un profesor recién llegado a la ciudad de Chicago. Y un baile demasiado excitante para el hombre que creía que iba a ser una noche aburrida. ¿Qué ocurrirá cuando el profesor descubra quien es la bailarina qu...