Clifford.
Estacioné el auto detrás de donde lo hizo Evan. Llegamos al establecimiento donde se encontraban las chicas según Gale y su guardia quien estaba encargado de cuidar a Amber, a escondidas.
Me dieron ganas de pedirle algún tipo de explicación al respecto, pero decidí no hacerlo, al menos no por ahora. Primero debía encontrar a Willow, hablar con ella, resolver los que estuviera creando conflicto entre los dos, y después tendría tiempo de averiguar qué sucedía entre mi alumna y mi mejor amigo.
«Willow es más importante».
Bajé del auto poniéndole el seguro al cerrar la puerta. Me acerqué hasta donde estaban parados Gale y Evan. Los tres nos miramos para luego dirigir la vista al edificio que se encontraba cruzando la calle.
Un elegante letrero en rojo neón nos presentó el nombre del lugar:
Ruby's Club.
—¿Seguro de que están aquí?
Evan y yo volteamos a ver a Gale quien estaba tirando el cigarrillo ya consumido, lo que delató su enojo. Siempre fumaba al estar molesto.
—Es lo que dijo Bob—liberó por completo el humo—, recalcó que debíamos llegar rápido.
—¿Eso qué significa?
—Que habrá problemas si continúan ahí.
Habiendo dicho eso, emprendió sus pasos en dirección al edificio.
Dando un profundo respiro antes de seguirlo, me mentalicé para lo que pudiera suceder ahí dentro. Sentía como si me estuviera preparando para la guerra, y en cierto sentido no estaba equivocado.
Willow estaba molesta, debía solucionar eso a como diera lugar.
Seguí a los chicos hasta la entrada, ahí sin preguntar nada, los guardias que custodiaban la puerta abrieron dejándonos ver el interior. Mi boca se entreabrió levemente ante lo que mis ojos vieron. Luces rojas, cortinas del mismo color pero un tono más oscuro, mesas redondas en ciertas partes, una barra de bebidas, y muchas personas bailando junto al otro.
Lentamente los chicos y yo empezamos a buscarlas con la mirada acercándonos de a poco a la multitud dejando atrás la entrada.
No demoramos mucho en concretar nuestra búsqueda.
—¿Están viendo lo que yo veo?—musitó Evan, deteniéndose.
—Tiene que ser una jodida broma.
—Oh, diablos—murmuré entre la música estridente.
Y la vi.
La vi tan diosa como era ella.
La vi tan maravillosamente sexy.
La vi tan... perfecta.
«No volveré a dejar que salga, no sin mi».
Estaba sobre una mesa del lugar, moviéndose como solo ella sabía hacerlo, atrapando a la gente con sus movimientos y carisma seductor, tal como lo hizo conmigo.
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Insaciable © [+21]
RomanceUn club nocturno. Una bailarina exótica. Un profesor recién llegado a la ciudad de Chicago. Y un baile demasiado excitante para el hombre que creía que iba a ser una noche aburrida. ¿Qué ocurrirá cuando el profesor descubra quien es la bailarina qu...