Insaciable © [+21]

Capítulo 6

Advertencia: Este capítulo contiene escenas +18. Leer bajo su responsabilidad.

Clifford.

Los labios pintados de un rojo ardiente, se movieron sobre los míos con ímpetu.

Mis pies trastabillaron hasta el ya conocido sofá a sus espaldas, y caímos ambos sobre él, dejándome en una posición en la que se me podía ver completamente apoderado de ella.

—Deliciosa Sunev—vacilé sobre sus labios—, vas a volverme loco.

Había llegado al club hace poco más de una hora, ya pasada la medianoche podía encontrarme con Sunev, quien esta noche decidió portar una cabellera castaña con ondas bien definidas.

Su aspecto no me importo.

Con cada encuentro se me hacía más hermosa que la vez anterior sin importar lo que llevara puesto.

«Completamente irresistible para mí».

Vine acompañado por Gale nuevamente. Evan no pudo venir, estaba atendiendo un nuevo caso que le asignaron, o consiguiendo pistas de un caso que le interesaba mucho, no presté mucha atención la sola idea de pensar en ver a Sunev me impidió prestar atención a lo demás.

Durante su función quedé idiotizado. Bailó con sus compañeras, pero mis ojos siempre estuvieron en ellas, al principio del baile se veía espectacular, pero el solo que tuvo bajo un reflector rojo fue lo que me puso más impaciente, aumentando mis ganas por querer tenerla entre mis brazos y acariciar su delicada piel que brillaba como porcelana bajo la luz artificial.

«Y ahora estoy haciendo eso».

Pensé, succionando su labio inferior con ansias. Un pequeño y suave jadeo escapó de su boca, dejándome escuchar por primera vez algo más.

Sus manos intentaron meterse entre mi ropa, sin embargo lo impedí sujetando sus muñecas, de esa forma llevé sus brazos por encima de su cabeza, inmovilizándola. Me alejé unos segundos, disfrutando de la espectacular vista que me proporcionó el tenerla de esa forma.

—Perderé el control si me das tanto poder en hacerte disfrutar mil delicias—musité con voz baja.

Su respiración era acelerada, el labial rojo de su boca ahora estaba corrido, tenía el cabello desordenado. Cualquiera que la viera sabría la razón de tanta desprolijidad.

—Si continuamos así nada impedirá que esto vaya mucho más que unos besos—atrapé su labio inferior con mis dientes. Tiré de este con fuerza para luego succionarlo, poniéndolo más hinchado.

Se retorció debajo de mí. No sé cómo hizo, pero consiguió zafarse de mi agarre en cuestión de minutos. Libre de mí, impulsó mi cuerpo hacia atrás colocando sus manos en mis hombros, de esa forma retrocedí mientras ella se incorporó.