Capítulo 11

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Willow

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Willow.

A veces había días en los que el cielo parecía ponerse de acuerdo con lo que uno estuviera sintiendo, dándole más intensidad a tus sentimientos. Como queriendo hacerte entender que todos podían ver cómo te sentías aunque no quisieras.

Eso lo que sucedía hoy.

Del cielo nublado y oscuro se emitió un fuerte sonido después de un relámpago que fue suficiente para iluminar todo Chicago de haber sido de noche.

Ya había pasado una semana después de salir corriendo apenas llegué a la universidad, por lo que era miércoles.

Durante toda la semana falte a clases, no tenía el tiempo, los ánimos, ni nada por el estilo como para ir a clases y estar horas sentada en un mismo lugar. No tendría sentido estar cuando mentalmente no lo estaría.

«En cualquier momento me echaran de la universidad».

Abracé mi cuerpo, en busca de no sentir frio por la fuerte ventisca que se levantó de un momento a otro. Ya llevaba varios minutos caminando hacia casa debido a que mi auto se averió nuevamente, justo en el peor momento.

Y mis amigas no podían llevarme a casa al ellas sí tener clases a las que asistir. Odiaba las clases por las tardes, quitan tiempo.

El día de hoy tuve que asistir a la universidad para poder justificar mis faltas ante todos los profesores. Por suerte la mayoría comprendió que la situación de mi tía era bastante importante para mí, sin embargo tuve que prometer el ponerme al corriente lo más pronto posible.

Toda la semana estuve desconectada del exterior. Incluso ignoré los mensajes de Clifford posterior a las fotografías que le envié.

Si no le hubiera sucedido eso a mi tía, habría flipado con las respuestas que aún no veía.

Otro fuerte trueno se escuchó por la ciudad.

Debía apurarme para poder llegar a mi departamento lo más rápido posible antes de que lloviera torrencialmente. En las noticias nunca anunciaron lluvias, al menos no para la tarde, la noche sí, pero la tarde no.

Me sentía estafada.

Y me sentí mucho peor cuando algo cayó en cabeza segundos después de pensar en los estafadores del clima.

Elevé la cabeza al cielo, sintiendo lo mismo chocar esta vez contra mi rostro. De a poco las gotas de agua fría comenzaron a caer del cielo, una tras otra, sorprendiendo a varias personas como yo que iban a pie sin esperar que lloviera de esa forma.

Deje que las pequeñas gotas impactaran contra mi rostro. El clima pareció ponerse de acuerdo con mi estado de ánimo.

—¿Justo ahora va a llover?—emití al cielo.

«Magnifico, simplemente eso».

Al no portar con ningún paraguas, continué mi caminata debajo de la lluvia que se fue haciendo más intensa. Mientras todos corrieron de un lado a otro en busca de un techo donde evitar mojarse, proseguí la caminata.

Insaciable © [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora