Capítulo 20

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Willow

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Willow.

En pocas ocasiones de mi vida me sentí sofocada.

Era algo ridículo sentirme sofocada estando en un ambiente bien abierto. Todo el transcurso del viaje hasta el edificio donde vivía Clifford fue muy excitante, no solo porque se la pasó acariciando mis muslos con sugerencia, también yo estuve haciendo mi parte y me enfoqué en susurrarle muchas palabras subidas de tono mientras sobaba su bulto.

Prácticamente lo volví loco todo el viaje, así que gané yo. Ahora estábamos cruzando el vestíbulo de su edificio con bastante sin siquiera detenernos a saludar a las pocas personas que pasaban.

—No puedo creer que tuvieras una cita con Jonas.

—Al menos no es mi ex esposo.

—Tienes que darme explicaciones.

—No, tú tienes que hacerlo. ¿Fue por Heather que cortaste la llamada?

—Soy yo quien da las órdenes.

—Y yo decido si obedecerlas. ¿Y qué crees?—volteé a verlo—. No quiero.

El agarre en mi cintura por parte de Clifford se afianzó más, pegándome a su cuerpo más de lo que podía hacerlo. Llevábamos diciéndonos ese tipo de cosas desde que estacionó el auto. El muy tonto no quería entender que no estaba teniendo una cita con Jonas, pero tampoco me explicaba por qué estaba con Heather, que es su ex esposa.

No respondió a mi provocación, solamente detuvo nuestros pasos frente al ascensor y presionó el botón. En esa cuestión de minutos, descansé el peso de mi cuerpo en una pierna para luego hacerlo en la otra.

Estaba bastante ansiosa.

Clifford también, lo demostró una vez el ascensor se abrió frente a nosotros.

—Me encargaré de hacer que las obedezcas.

De un solo tirón nos metió a ambos en el ascensor del edificio. Su apartamento no estaba muy arriba, por lo que llegaríamos rápido, sin embargo no esperé que a tan solo dos pisos de llegar, detuviera el ascensor abruptamente.

Pasé de mover mi pie sin descanso alguno por la impaciencia, a que mi espalda chocara contra una de las paredes metálicas, quedando atrapada por el cuerpo de mi profesor.

Respiré profundamente debido al suceso tan repentino. A los segundos sentí su aliento caliente chocar en la piel de mi rostro.

—Mírate—susurró en mi oído—. Tu respiración es acelerada, tengo que sostenerte porque tus piernas tiemblan, tus pezones erectos pidiendo atención, y hasta puedo apostar que estas mojada. Demonios, amo cuando no llevas sostén.

—¿Por qué estas tan seguro?—modulé con algo de dificultad.

—Solo lo sé, Willow—sonrió de lado, haciendo que mis piernas temblaran más—. Todo eso con tan solo acorralarte en el ascensor.

Insaciable © [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora