𝑻𝒆𝒎𝒑𝒕𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏(𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌♡𝑻/𝒏) (Concluida)

capítulo 27

*siempre debo recordar esto. Nada es real vale? Es pura historia. No crean que si es así por favor, es para matar el tiempo*

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Pov ___

La luz daba en la ventana y aún yo no podía pararme de la cama. Lo débil que estaba mi cuerpo. Mis ojos hinchados y rojizos. Sentía que si ponía los pies en el suelo podía caerme. Mi madre llamó esta mañana, Sunwoo también lo hizo, pero no tuve el valor de responder ninguna de las llamadas. Se supone que ya deberían estar enterados de la situación. Tal vez para mi madre iba a ser leve, con un solo abrazo calmante, un consuelo de que pronto pasará. Pero para Sunwoo no iba a ser tan así. Uno porque era el mejor amigo de Eric, y otra porque si se enteraba de que yo era la de la culpa, iba a estar reprochándome hasta el día en el que deje este mundo.

Mi teléfono seguía aún sonando. El nombre de Jungkook aparecía en la pantalla. No tanto como su nombre, sino con el apodo que antes le había puesto. Contestarle no iba a aliviar el dolor. Ni reparar los pedazos de barro rotos del suelo. Debía pensar, no estaba bien irme corriendo a los brazos de él cuando tenía un nudo aún en mi garganta. Opté por apagar mi teléfono. Que el mundo se acabara mientras yo la pasaba tirada en mi cama, sin enterarme de nada.

Las horas pasaban. Y ni el hambre podía levantarme de allí. Del refugio que había creado para mi. La puerta sonó y la dejé sonar. A pesar de eso la escuché abrirse, ni siquiera me asusté. Podía ser cualquiera de los antes mencionados, sin contar a Jungkook. Los pasos profundos se acercaban cada vez más a la habitación. Me tapé más con las sábanas desde los pies a la cabeza. No quería ver a nadie.

—cariño—la voz dulce de mi madre. Un paso que la hizo sentarse en la cama—sabía que no estabas bien, pero no tan así, ven y habla con tu madre.

Aguanté el derrumbarme delante de ella. Aunque eso era inevitable. Dejé escapar mi cuerpo de las sábanas y sus brazos fueron abrigo para mi cuerpo. Pude llorar, desahogarme, sentirme querida, amada, pensar de que todo iba a estar bien por el simple hecho de que no estaba sola, porque la tenía a ella.

—ya está cariño, ya pasó—sus palmaditas en mi espalda mientras la calidez de su voz salía de sus labios—puedes llorar. Si te sientes mejor haciéndolo, hazlo.

—es horrible la presión que llevo en el pecho—mi voz se quebraba.

—¿quieres contarme?—preguntó. Me separé de mi madre. La compasión en su mirada. Y la tristeza de ver a su hija sufrir

—terminamos mamá—emití—yo no quería hacerle daño, te lo prometo. Y lo extraño, más de lo que imaginé. No puedo borrar lo que viví con él en esta casa. Cada esquina, cada rincón lleva su nombre, su risa, su voz.

—cariño, no te mates el alma. Puedo sentir lo doloroso que és, porque eres mi hija y lo noto. Pero debía ser si ambos se dañaban. Se abrían un hueco y le echaban sal a la herida, fué lo mejor. Piensa que si—mencionó.

—él no me dañaba mamá, me curaba—confesé—y no lo supe ver. Solo ví lo malo. Fuí el desgaste de la relación. No tuve intención de repararla, dejé meter a otro en mi vida, sabiendo que tenía a uno que me amaba—a medida que hablaba las lágrimas corrían. Rápidas, sin detenerse.

—no mandamos en el corazón ___—pronunció—aunque no querías hacerle daño a Eric, terminarías haciéndolo. A lo mejor no lo veas ahora porque estás ciega del dolor que llevas dentro. Pero lo harás cuando pasen los días, te darás cuenta que el error que dices haber cometido, fué la forma de librar al corazón de algo que no sentías que te hacía feliz.