𝑻𝒆𝒎𝒑𝒕𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏(𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌♡𝑻/𝒏) (Concluida)

capítulo 43

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Hace 5 años. Estados Unidos

Pov ___.

Una mañana de invierno. En donde los copos de nieve rozaban las ventanas de cristales y se escuchaba como el sonido de la lluvia goteaba contra los charcos. Hoy era el día, otro comienzo de curso. Otro año tratando de pasarlo lo más rápido posible, dándome ánimos a mi misma. El olor a café me hizo despertar, mi madre, me apuesto a que lleva otra noche más sin apenas dormir. No la culpo, desde que mi padre se fué de casa hace tres años no ha sido nada fácil para ninguno. Sunwoo es el que menos parece afectarle, aunque en el fondo sé que si, lo conozco como si hubiésemos nacido a la misma vez, el mismo día.
La ducha que tomé duró al menos diez minutos. Quería relajarme antes de volver al colegio. Sonreí nerviosa, la noche anterior había sido maravillosa. Logré ligar con Aaron en la fiesta, y me siento orgullosa de mi, un paso enorme debido a mi personalidad. Esperaba que cuando lo volviese a ver no me tratase de esa forma tan indiferente como suele hacer. Vestí sencillo, como siempre lo hago desde que tengo uso de razón. Le hice un nudo a mis botas y bajé el borde de mi saya. Alcancé la mochila en una esquina de mi escritorio y bajé a la cocina.

El cabello castaño de mi madre, alborotado por su despertar observé. Su bata de ceda rosada y sus pantuflas. Mi madre es hermosa, tanto que duele verla sufrir por una persona que no sabe lo que vale. Tiré mi mochila a una esquina del sofá y fundí mis brazos alrededor de su cintura delicada. Su fragancia natural atravesó mí nariz, el calor de su cuerpo, esa calidez de madre, la protección.

—pensé que te tendría que despertar con el megáfono de tu hermano—emitió sonriente.

—gracias por recordar ese pito con complejo de trompeta que Sunwoo compró en ese partido de Voleibol—me incliné en la silla, tomando una rebanada de fruta de la encimera de la cocina—y para ser sincera, me ha despertado tu olor a café—mencioné luego de dejar un beso en su mejilla, pegajoso—Sunwoo tiene colegio también, ¿por qué no se ha levantado aún?

—lo sentí llegar tarde anoche, pensé que estaría en casa sabiendo que hoy comenzaba el colegio otra vez. Pero no, sabrá dios en donde estaba—pronunció preocupada. Yo suspiré.

—ya se le pasará mamá, seguramente es rebeldía de la adolescencia—mi madre vertió café en una taza mientras que yo preparaba algunas tostadas—sabes que pasé algo parecido.

—lo entendías ___, tú hermano al parecer no. Es como hablarle a un sordo, no escucha nada de lo que le digo.

Otro suspiro salió de mi boca. Y aunque no era mucha la diferencia de edad entre mi hermano y yo, mi adolescencia a pesar de que en momentos mi madre había sido llamada a la dirección por mi conducta. Fué diferente. Sunwoo por lo contrario va de fiestas con alcohol, chicas como cambio de calzón, y vaya a saber tú que más consume. Fué un cambio entre pestañar y abrir de nuevo los ojos, eso que no pasa ni tres segundos en el proceso. Sin embargo seguía siendo el chico más inteligente de su clase, no bajaba de rango y mantenía sus notas altas. Pero no hay nada para que también todo eso decaiga.

Subí las escaleras nuevamente y apreté el pomo de la puerta de madera, rezando porque no estuviese cerrada con seguro. Y no, la pude abrir celebrando para mis adentros. La oscuridad se apoderó de mis ojos. Ni un mínimo rayo de luz daba lugar en ese espacio que parecía un matadero. Camisas, jeans, camisetas, medias, calzones, hasta comida en el suelo. Tapé mi nariz al tomar una de las medias con mis manos. Y se la aventé a su rostro. Corrí hasta la ventana, alando las cortinas y que la luz tomara vida en ese desastre. Como supuse, mi hermano gruñó debajo de las sábanas.

—si no levantas ese cuerpo asqueroso de la cama, tomas una ducha y te preparas para el colegio, te prometo que llamo a Isabela y le digo que te has ligado con Julia—amenacé. Sunwoo chasqueó.