capítulo 48

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Antes de comenzar una disculpa por mi falta de actualización, y por lo aburrido que está este capítulo. Quedan dos capítulos más y terminamos con esta historia. Al menos espero que sigan apoyándola y comprendan mi falta de inspiración.🥲

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Pov ___.

Días pasaron desde la última vez en la que la empresa decidió invadir la polémica de Jungkook. No quedó de otra que salirme y entrar a la peor fase, a la que por muchos años detesté, estar desempleada y sin él. Me impidieron ver al pelinegro. Y lo respeté. ¿Por qué? Por él y por no hacer más extensa la situación. Pero el amor sincero es para siempre sin importar tiempos ni distancias, y yo decidí esperarlo pasen días, semanas, incluso meses...

—estar en esta cueva todo el día no te hará bien ___—Sook mencionó—ni siquiera comes lo suficiente ¿te has visto en el espejo lo mucho que has adelgazado?—mientras ella hablaba hacía caso nulo. Recostada en el sofá de mi departamento, con mis piernas alzadas en el mueble y mi mirada fuera del cristal que dejaba ver el paisaje.

Las chicas han estado viniendo seguido a mi departamento desde aquel día en donde las manos de MinHo dieron contra mi mejilla. Y es insoportable el recordarlo, el que sienta como sus manos aún golpean mi cara. La vergüenza de que mis compañeros de trabajo lo estuviesen viendo todo. Sinceramente no me apetece ver a nadie, ni a las chicas que se pasan horas haciéndome compañía cuando lo que quiero es estar sola y esperar, porque no me queda de otra que ser paciente y esperar.

—hagan vida social fuera de mi departamento—recosté mi espalda en el sofá, desviando mi mirada con un susupiro—¿vale?.

El fuerte estruendo de la cocina llamó nuestra atención.

—Iseul vas a quemar la cocina, no queremos morir en un incendio por tu maldita culpa!—Sook alzó la voz. E inmediatamente tapé mis oídos al sonido. Mi cabeza dolía.

No niego que comer para mi estos días ha sido difícil. Hacer el esfuerzo de pasar los alimentos por mi garganta se quedaban en el intento. ¿He adelgazado? Tal vez. No obstante solo pienso en el momento de que Jungkook al menos me texteé y me diga que todo está bien, que él lo está. La desesperación y la inquietud me tienen al punto del colapso mental.

—!por lo menos hago el intento, tú sólo vienes a estar sentada!—otra que alzó la voz.

Desde que Min se fué a Italia con Juyeon ellas han sido mi soporte. Que tu mejor amiga, como hermanas, criadas desde pequeñas decida irse lejos de ti es insuperable. Min se fué a cumplir su sueño de ser periodista a otro país, y Juyeon no se negó en acompañarla. Al menos me quedaba tranquila con eso, porque sabía que estaba en buenas manos. Es mi mejor amiga, quiero lo mejor para ella. 

—oigan creo que en verdad quemé algo—pronunció Iseul. Lo próximo fué verle con su blusa toda estropeada de salsa de tomate y una paleta de arroz en su mano.

Nos partimos de la risa al verle. Y esa fué la primera sonrisa natural que salió de mi boca, esa noche rodeada de mis amigas.

—Iseul si es mi licuadora te mataré—me levanté del sofá. Caminando directamente hacia la cocina.

Aunque esperaba lo peor. Me di la sorpresa de mi vida. La cena estaba sobre la encimera, decorada con algunas velas aromáticas de decoración y una botella de vino, la más cara, la que tenía guardada en mi mini bodega de reserva para los días en los que Jungkook se aparecía de sorpresa en mi departamento, llenándome de besos, follándome con delicadeza, pero sobre todo amándome a cada instante.

—te declaro lista para casarte amiga—Sook mencionó a mi lado. Es que hasta los platos y cubiertos estaban bien decorados. Formó hasta con las servilletas figuras raras que ni se entendían que bicho eran—¿un lagarto o un majá?—señaló con sus dedos. La rubia la miró re mal. Y yo seguía sonriendo.

𝑻𝒆𝒎𝒑𝒕𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏(𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌♡𝑻/𝒏) (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora