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Ovidio

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Ovidio.

Reparaba una y otra vez la esclava que adornaba mi mano derecha. Desde que ella se levanto, se puso a mi altura y toco mi frente trantando de medir mi temperatura, mi estomago se revolvio, mi corazon latia tan fuerte, ¿Podria ser posible que sea ella? La posibilidad de que mi alma gemela estuviera a menos de 100 m de mi me calcomia el alma.
Don Gerardo ya habia llegado y le pidio a los cuates que le acompañaran, dejandonos a los menores a cargo de Iván quien se notaba realmente ido.
Esta vez mire la esclava que adornaba la izquierda, pasaba mis dedos por cada letra de su nombre, Caliope, sonaba y sonaba en mi mente, me levante, mire al cielo y le pedia al Señor que ella fuera mi niña, mi hermanita, en cuanto menos lo pensé ya estaba mi cara mojada debido a las lagrimas involuntarias que salían. Soy creyente, pero nunca habia sentido la necesidad de pedirle algo desde lo mas profundo de mi corazon como esta vez. Mire a Serafín, que hablaba con Mayito Gordo, supongo.

-Creelo carnal...algo en mi dice que si es....ya se que hay mas probabilidad de que no lo sea... Pero imagínate que sii..-

Sentia tanta emocion, tanto temor.

-Ay vienen cabrones- dijo Iván parandose en verguiza acercándose a nosotros, Serafín en putiza se puso a un lado mio.

-¿Que pedo cabrones?- dijo Vicente con un tono serio pero burlesco.

-Ovidio- dijo ella haciendo que mi piel se erizara.- Tengo unos animales por aca que quiero que veas, Vicente me platico que te gustan los gallos- No tuvo que decir mas para que yo fuera tras ella.

En el fondo oia a Serafin e Ivan hacer berrinche mientras ambos le preguntaban que habia pasado.

-Mira- dijo enseñandomelos- todos tienen nombre- voltee a verla con los ojos entrecerrados y una sonrisa burlesca.

-Como se llama este- Señale a uno completamente negro.

-Chilo, el pendejo hizo que lo cargara y el pinche gallo me pico- realmente me sorprendia el como podia ser engañosa, parecia un angelcon su cara blanca y con esos ojos azules que le deslumbraban su aura, pero en la forma que hablaba, jijuesu la chingada.

Ella continuo mencionandome todos los nombres de los gallos y el por que les habia puesto así. Todos coincidían en que la hacían enojar y de ahi se derivaba el nombre. Al darme cuenta de ese detalle mi corazon latia demasiado fuerte, sudaba helado. Voltee a verla y ella miraba hacia las siembras de su familia, sus ojos estaban totalmente llorosos. Sus manos temblaban y en su rostro tenia una pequeña sonrisa, no sabia lo 1ue estaba pasando, pero cada segundo que pasaba yo viendola, mi corazón latia y latia con mas velocidad.

- Miras aquel perro- decia mostrandome a un pastor alemán que acarriaba asus crías- desde qué nacieron los perritos los cuida mucho.

-¿Cual es su nombre?- Solte en casi un susurro

-Raton- dijo ella mientras que sus lagrimas corrian, mi corazón se detuvo por un momento- No queria olvidarte ratón, pero creo que lo hice, hasta ahora, que vi tus ojitos, tu eres mi Ovidio, mi ratoncito- en ese momento cai de rodillas, lloraba como un niño y como no, si tenia conmigo a mi otra mitad, aun recuerdo cuando llegue con mi ma Mariel y la abraze diciendole que sentia mucho no haber podido encontrar a Calíope, mientras ella me decia que tambien lo sentia, yo no entendia sus palabras hasta que me dijo "yo perdi a mi princesa, pero tu, tu perdiste a tu mitad.".

Ella se puso a mi altura y me tomo de las mejillas haciendo que la viera.

-No queria olvidar a mi alma gemela Ovi- dijo para despues soltarse a llorar como una niña pequeña mientras yo me aferraba a ella.

Habia soñado y añorado tanto este momento.  Y al fin la tenia aquí, conmigo, pidiendo que no la vuelva a dejar sola, y yo prometiendole a ella, que jamas la volveré a soltar de la mano.

Calíope.

Mi vida estaba vuelta, habia encontrado a mi familia, mi chentito, mi Ovidio, y el que parecia ser Sera y mi....¡Archivaldo! El guapo que me consolaba y cantaba conmigo con un vestido rojo, era este mismo hombre que me estremese, es el perro de Archivaldo.

-No sabes cuantas veces soñe contigo, Cali- me dijo Ovidio mientras me miraba y de sus ojos salian lagrimas.- Esta por dwmas el decirte el cuanto te necesite, el dia que no llegaste a mi cumpleaños, ese dia me rompí en mil pedazos, y hasta hoy 17 años después, me siento completo, mi princesa- Decia mientras me besaba el cabello y se aferraba mas fuerte a mi.

Apenas iba a responder cuando un grito me hizo voltear de inmediato.

-¡CALIOPE! hija de tu hermosa madre- me decia Serafin mientras me abrazaba y lloraba- No sabes cuanto te extrañe hermanita, no puedo creer que estes aquí mi niña hermosa- decia mientras me miraba mi cara detenidamente. - Mira nomás, te pusiste pero bien chula cabrona- y me volvió a elevar por los aires.

-No puedo creer que seas tu Sera cabrón- dije mientras me separaba de el y le besaba la frente.

-Mi papa se va a volver loco cuando te vea- Mi papá, mi papi, mi papiringo.

Mi papá Gerardo es el mejor papa del mundo, pero no era mi papito, a ambos los amaba y ambos los voy a necesitar siempre.

-Deja tu mi apa, cuando se entere el chino, te va a traer todas las rosas de culiacan verga- decia Vicente mientras se acercaba lentamente junto con Iván.

Iván.

Era ella, mi preciosa niña era esta musa hermosa de curvas preciosas y ojos magicos que tenían el poder de envolver a quien sea.

Me acerque a ella, ella me miraba sonriendo mientras mis ojos y los de ella escurrían lagrimas. Mi corazón casi se salia de mi cuando ella se aventó a mis brazos, provocando indignación de los hermanos Zambada, Barraza y de Ovidio.

-Archi- dijo ella llorando y causandome una sonrisa al escuchar de nuevo mi nombre salir de los labios de esa niña que me volvia loco.

-Princesa hermosa, sabía que te encontraríamos, sabía que te volviera a mirar- dije susurrando causando que su piel se erizara.

-No me dejes nunca Iván- dijo ella separandose de mi y viéndome a los ojos mientras hacia pucheros.

-No lo volveré a hacer,  Mi princesa, No te dejaré sola, no de nuevo.-



𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora