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Nadie en la sala donde se encontraban sabían cómo reaccionar, esas palabras fueron como un balde de agua para todos los presentes.

-Por favor, por favor, dime qué eso no es verdad Fernado- Decía Ovidio en un hilo de voz.

-Fernando- dijo Vicente mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas- por favor dinos que eso no es verdad, dime por favor que a mi princesita no le hicieron eso- pedía llorando, suplicando que eso que había dicho el mayor de los Barraza fuera falso.

-Nosotros quisiéramos que fuese mentira también muchachos- dijo Don Gerardo mientras con un paño se limpiaba las lágrimas.

-¿Quien fué?- dijo Iván mientras se limpiaba bruscamente sus lagrimas- ¿Dónde está el pinche cobarde que le hizo eso a mi reina?- cada vez que decía una palabra su coraje era más y más. Al mismo tiempo se ganaba una mirada fulminante de los hermanos de Caliope, ya que de manera indirecta, había confesado sus sentimientos por ella.

-El está pudriéndose en el infierno- dijo Sebastián mientras subía las escaleras y se iba  de ahí.

-Caliope lo mato- dijo Isidro para seguir a su hermano menor.

Esas 3 palabras hicieron que los Guzmán y Zambada quedarán aún más en shock de lo que ya estaban.

Ismael se mantenía en silencio, mientras las lágrimas lo traicionan, y como no, su hija, su princesa había pasado por algo tan asqueroso como lo es eso. En el fondo el ya estaba ideando el como hacer pagar al cabron que le había hecho eso. Sin embargo no pudo evitar sentir orgullo cuando Isidro dijo que ella, su propia hija había matado al cabron aquél.

-¿Cómo lo hizo?- pregunto serafín completamente confundido.

Los cuates se miraban inseguros si contar el como su hermanita menor lo había hecho, pero fue ahí cuando el padre de estos hablo.

- El era su novio- todos a excepción de los Zambada abrieron los ojos como platos.-Cuando paso eso, ella duro casi 1 mes en poderse "recuperar", cuando al fin logro estabilizarse, lo busco por todo Durango, por cada municipio, por cada rancho, incluso por toda la sierra, ella sola lo hizo- dijo mirando a cada uno de los presentes- cuando por fin lo encontró, lo manipuló a su antojo- En las caras de todos se reflejaba la confusión- Ella jugo con su cabeza, haciendole creer que no había pasado nada, lo invito a cenar a una cabaña que tenemos por ahí- dijo esto llamando discretamente la atención de Iván, Vicente y Don Ismael, quienes se dieron una mirada rápida- ella le hizo creer que tendrían otro encuentro, pero ahora lo harían a su modo, ella lo esposo a la cama y vendo sus ojos- la tensión en el ambiente era muy tensa.- lo desnudo y paso un encendedor por su glande, quemandolo- todos hicieron una cara de dolor y automáticamente cerraron sus ojos, don Gerardo al ver lo que había provocado decidió por dar la versión rápida sin detalles- solo les puedo decir que después de quemarlo lo corto pedazo por pedazo hasta que el dejo de gritar-.

Todos estaban sorprendidos, eso era algo que no se esperaban.

-Es una Zambada, ¿Que esperaban? Se crío 4 años conmigo, que le aventara flores o qué?- dijo el chino recargado en el marco de la puerta quien acababa de llegar de Holanda- es obvio que en algún momento sacaría su lado
sanguinario.

Ovidio.

El pecho me dolía un chingo, mis lágrimas no paraban, y yo solo miraba (o trataba de hacerlo) mi esclava, leía una y otra vez su grabado "estaré contigo hasta el final de la línea, pinche ratón cagabotas" fue ahí cuando el sentimiento de culpa apareció de nuevo. No estuve a su lado para protegerla de todos y de todos. Mis manos empezaron a temblar, y fue hasta entonces que sentí unos brazos rodearme.

-Todo está bien cabron- decía Iván igual o peor que yo- ella estará bien- dijo tomando mi rostro en sus manos.

-Ivan-dije en un susurro que fue interrumpido por un sollozo de mi parte- no la proteji, no la protejimos- dije aún con mis manos temblando.

Me separé de Iván, me puse de pie y fui hacia donde estaba Caliope.

-Ovidio- dijo Mariel mientras me daba un beso en la frente- puedes cuidarla un momento- sin poder decir nada, asentí.

-Hola mi princesita- dije en un susurro, ya no tenía el oxígeno, y su vista estaba enfocada en mí. - ¿Te sientes mejor?- dije esperando una respuesta, pero no conseguía nada. - perdóname Cali- dije rompiéndome por 3 vez en el día- perdóname, no te pude proteger- dije mientras tomaba sus delicadas manos que estaban muy frías para mí gusto.

Ella apretó mi mano, haciendo que mi vista fuera de nuevo hacía ella.

-No fue tu culpa Ovi- dijo en un susurro casi inaudible.

El alma me volvio al cuerpo al escuchar su voz.

-Te amo para siempre princesita-

-Te amo para siempre ratón-

Iván.

Miraba como mi hermano se devotaba por Caliope, era su alma gemela y eso en un fondo me preocupa.

-Ivan-dijo el llamando mi atención -Pasale, mira ya hablá- dijo haciendo que yo mirara a Cali sonriendo-Anda habla- dijo el mientras le palmeaba la mano y le alentaba con la cabeza, tal como si de dos niños pequeños se tratarán.

-Aver dime- dije yo haciendo que ella me mirará.

-Hola- dijo en un susurro haciendo que una sonrisa se formará en mí.

-Ah no- dijo Ovidio llamando la atención de los dos- dile lo que me dijiste- la cara de ella y mía era de total confusión- Si ándale, acuérdate que me dijiste que cuando vieras a Iván lo ibas a besar y no que tantas cosas ibas a hacer- dijo este riendo.

Mi boca se abrió levemente asegurando mi sorpresa, mientras que ella se ponía rojita rojita.

- Pues eso se soluciona mija- dije yo acercándome hacía ella y justo cuando estába por besarla sentí unos brazos alejarme de ella.

Vicente era quien me había alejado.

-A dónde cabron- pregunto viéndome con ojos de pistolas.

Sé me bajo la azúcar, la presión y estoy seguro que en este momento estoy más blanco que la coca.

-a medir su temperatura pues- dije mientras levantaba las manos en señal de rendición.

-i midir si timpiritiri pis- dijieron Fernando y Fabricio mientras se ponían al lado de Vicente. Bien ahora eran 3 los que me mataban con la mirada.

-Dejen a mi chulo- dijo Caliope en susurro provocando la indignación de sus hermanos y de esa manera que me pusiera rojo, por primera vez en mi vida.

-Chulo de mis huevos hermanita- dijo Vicente dándole un beso en la frente mientras que me paraba el dedo.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora