21

2.7K 208 112
                                    

Iván.

El reportaje de las muertes de los Arellano era lo que acaparaba la atención de todos.

–¿Me estás diciendo, que tengo años entrenandolos para esto, y vienen ellos y en 5 minutos los matan de esa forma?– decía don Mayo asombrado sintiéndose al mismo tiempo indignado.

–Pa mi que ya lo habían hecho– dijo Alfredo mientras leía el como habían encontrado los cuerpos– O sea, ¿ quién les saca y revienta las tripas sin pudor?–

Mi mente estaba fijada en el recuadro de Cali con don Ismael, sus hermanos harían todo por ella, incluso en convertirse en asesinos, ellos estaban haciendo arder este pedo, y nosotros no hacíamos nada.

Mi vista viajo a Ovidio quien miraba su esclava una y otra vez, serafín estaba al lado de Mayito mientras que hablaban en susurros.

–Ellos ya lo habían hecho– dijo Cali bajando las escaleras apoyada de Mariel, quien solo tenía la mirada en la mano de Cali que se aferraba a la suya.

–¿De que hablas reina?– se apresuro a decir Ovidio mientras se acercaba y le daba un beso en la frente.

–No son tan diferentes después de todo– dijo viéndonos y sin más salió de la sala, dirigiéndose a la palapa de afuera.

Caliope.

2 semanas después.

Fabricio, Fernando, chilo, y Sebas se acababan de ir debido a que ya empezarán a recoger el frijol. Ellos me habían echo mejora, lo sabía al igual que todos aquí.

Estaba afuera con mi mamá y mi papiringo al lado, los muchachos estaban aquí al igual que mi padrino, ellos jugaban a la baraja mientras que Iván y yo intercambiamos miradas. Mi padre lo notó por lo que se hizo el indignado  y siguió jugando.

Mi madre sobaba mi cabello mientras yo miraba el cielo, se había ido, mi papi de verdad había muerto, lo había hecho por mi al igual que al joven que me había ayudado. Mis lágrimas ya no salían, pero la tembladera de mis manos no cesaba.

–Mami– dije haciendo que ella me mirará a los ojos– Voy a las parcelas– ella me miró sin entender– es que Vicente y Mayito me pusieron unas parcelas dónde sembre– dije simple. Sin esperar que me contestara subí de nuevo a la habitación.

[•••]

Me desvesti, y me ví en el espejo del baño completamente desnuda. Las marcas aún estaban, las cicatrices seguían ahí, mis ojos enfocaron a mis venas que estaban notables, así como también eran notables las marcas de las agujas.

El dolor de mi pecho cada vez se intensificaba más, pero yo no hacía nada por detenerlo, el vómito cada vez era más intenso y la sangre que se traía con el era cada vez más me estaba dejando morir lentamente.

Pasaba mis manos por mi cara de manera brusca, tenía 2 semanas limpia, y era un proceso muy desgastante. Tome una playera, un pantalón y un sombrero, empecé a ponerme cada una y cuando terminé, pensé en mi papá Gerardo y todo lo que me enseñó, la noche pasada había soñado con el, lo cual me había dado ánimo para hoy levantarme.

Vicente.

-¿A onde fue la niña?– dijo mi apa viendo a todos lados.

–Subio a cambiarse– fue suficiente para que todos dejáramos de hacer lo que hacíamos poniéndonos en alerta.

Iván fue el primero en ponerse de pie para ir a buscarla, pero se quedó estático cuando la miramos que venía, sus botas, el pantalón, esa playera y el sombrero, era algo había deseado que se pusiera.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora