𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚

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Caliope.

Le conté al doctor sobre el tratamiento que estaba tomando y que había dejado desde que llegué aquí,  de la misma manera que el me recetó otro nuevo, debido a las drogas el cáncer se había agraviado.

El doctor salió de ahí, no sin antes decirme que le tenía que decir a mi familia, ni siquiera mis hermanos sabían, mi papá era el único que sabía, no sabía cómo lo iban a tomar, y siendo sincera yo no sabía que hacer.

–¿Te sientes mejor princesa?– dijo mi mamá llegando con mi papá.– ¿Que dijo el médico?–.

–Le pueden hablar a los muchachos–

Ambos me miraron sin entender, Pero devolada les hablaron. Todos en el cuarto tenían cara de preocupación.

Iván y Chente estaban a mi lado mientras que serafín y Ovidio tenían sus cabezas en mis piernas.

–Diganos pues mija– dijo mi apa con todo desesperado.

–¿Que te dijo el médico?– dijo Vicente sobando mi cabello.

Mis lágrimas estaban a punto de salir, y por instinto lleve mi mano a mi abdomen y justo cuando iba a hablar el grito de Vicente me hizo asustar.

–¡PINCHE IVAN! Te dije, Te dije cabron– ¿Pero que mierdas?– Apa su hija ya salió con su domingo 7– dijo muy enojado mientras se paraba de mi lado.

Voltee con mi papá y tenía los ojos abiertos como platos.

–¿Vamos a tener un bebé?– dijo Iván mientras me veía con el ceño fruncido y quitaba lentamente su mano de la mía, acción que me dejo sorprendido.

–O sea que si se tiraron– dijo Serafín abriendo la boca y mirando ofendido a Iván.

Por parte de Ovidio miraba su teléfono sonriendo para luego pasármelo.

–¿Lo compro?– me enseñaba un pañalero del América mientras sonreía.

Una sonrisa en mis labios se formó al ver cómo Ovidio me mostraba las fotos de eso.

–Salganse– dijo Iván completamente serio, haciendo que la mirada de todos se posará en él.

–Ivan ¿que pedo?– dijo mi apa complete te confundido.

Estaba tan confundida como todos aquí.
Mi madre saco a los muchachos y sin más cerré la puerta.

–¿Que pedo Iván?– dije viéndolo de manera sería.

–Nosotros no podemos tener un bebe Caliope. No quiero ser padre, nunca– mi vista estaba fijada en el.

Sabía que detrás de la puerta estaban todos, pues se escuchaban los murmullos.

Vicente.

–Mira que cabron– dijo mi apa desfajandose la 45 mientras Mariel le daba un sape.

–Shh ya cállense– dijo Mayito que no se a que hora había llegado.

–Ivan– Cali iba a comenzar a hablar cuando Iván la interrumpio de nuevo.

–¡No quiero Caliope! Yo te iba a dar mundo entero ¡A ti!– dijo alzando la voz. –Aparte, de seguro el plebe ni es mío, ¿Olvidas cuántos te tocaron esos días?Fuiste su perr...– Iván iba a saguir hablando cuando un golpe se escuchó.

Fue suficiente para que yo entrará seguido de todos.

Cali había cacheteado a Iván.

–¡Cállate!– grito Cali llorando. –Ni siquiera te atrevas a decirlo– dijo señalando lo mientras su mirada se volvía sombría.