11

4.1K 270 32
                                    


Caliope.

Estaba en la que se supone que es mi habitación, mirando detalladamente cada rincón, así como observando detalladamente a los 10 hombres que se encontraban tendidos en mi cama, mis hermanos platicaban entre ellos, Ovidio  veía tiktoks junto con serafín, Vicente y Mayito de vez en cuando volteaban a mirarme y sonreían, Alfredo miraba y analizaba mi maquillaje, haciendo preguntas como ¿Que es esta madre? ¿Por qué ésta está  aplastada? ¿Para que es este lápiz negro?.

Mientras Iván, el me mantenía la mirada fija, como si yo no fuese real.

-Niños, ya dejen a su hermana sola, tienen que prepararse para la fiesta- decía mi mami, mientras los sacaba, junto con ellos yo haciendo puchero y meneando mi mano para decirles adiós.

-¿Que te pondrás ojitos?- dijo mirándome con sus ojitos cristalinos mientras que sonreía y acariciaba mi mejilla.

-Creo que esto mami, pero no lo sé, ¿como ves tú?- dije mostrándole unos pantalones vaqueros, una camisa  floreada, botas y mi tejana negra. Pero la cara que hizo era un claro No.

-Mi amor, me gusta mucho- ¿Qué?- pero esta fiesta es más elegante, quizás podrías optar por un vestido.

Sé que mi cara debió a ver cambiado debido a que su miraba cambio a una preocupada. Pero ¿Cómo decirle que no uso vestido desde hace 3 años? ¿Cómo decirle a mi madre, que fui violada a los 17 por usar un vestido? O al menos fue lo que dijo el cabron antes de  matarlo. Mis hermanos y mi papá Gerardo sabían de esto, pero si ellos, siendo agricultores, hicieron arder Mi pueblo y la mayoría de Durango cuando les conté, y así poder encontrar a ese maldito cerdo, ¿Cómo se pondrían mis hermanitos y mi papiringo al saberlo? Siendo que son considerados algunos de los sicarios más sanguinarios.

No supe ni cuánto tiempo estuve ida, ni que había pasado en este tiempo hasta que sentí unos brazos rodearme. Isidro me estaba abrazando de manera que reaccionará.

-Ya paso mi nena- decía susurrando y sobando mi cabello- Estás segura ahora- dijo dandome un beso en la frente.

No supe en qué momento llegaron todos, pero ahí estaban.

-Mi niña- dijo mi papiringo abrazandome-¿Estás bien mi reina?- dijo mientras  me examinaba todo el rostro.

-Si pa- fue lo único que pude decir- todo está bien, pero órale cabrones a arreglarse- dije como si no pasará nada. Ganandome una mirada de los Barraza, de los Zambada y de Ovidio que me miraba notablemente preocupado.

-Estoy bien Ovi- dije solo moviendo mis labios a lo que el asintió.

-¿Que paso mi reina?- dijo mi mamá abrazándome- Me puedes contar lo que quieras, ¿Está bien? - dijo llenando mi cara de besos.

-Si mamá, ¿Qué vestido usaré?- dije dándole una sonrisa sincera a lo que ella abrió mi armario dejando ver un vestido rosa.

-Es del mismo color del vestido, que cuando te perdí mi niña- dijo mi mamá sollozando- Perdóname por favor- dijo para soltarse a llorar.

-Mami tu no tuviste la culpa- dije mirándola- sé que me buscaron, se que me buscaste, así como se que ese día no solo me perdiste a mi mamá- dije también llorando.

-No sabes cuánto soñé con volver a mirar tu cara mi hermosa, te imaginaba, así, pero no pensé que fueras tan preciosa como ahora- dijo sonriéndome.

Mi madre me extendió el vestido. No pude evitar sonreir, era demasiado, tan bonito como sencillo, hoy comenzaba una nueva etapa para mí, hoy resurgía una nueva era, hoy nacía una nueva Caliope, pues  la Princesa pérdida había sido encontrada.

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora