Caliope.
Mire entrar al doctor a la habitación donde estaba, su mirada era de desaprobación.
—Cali, no estás bien— dijo hablando en un tono serio.
—S..se que no lo estoy— a como pude lo dije.
Dicen, o al menos lo e escuchado en Durango, que las personas presentimos la muerte, incluso que la muerte tiene un olor, limones, la muerte huele a limones.
—Ni siquiera te quedan años, te quedan meses Caliope, el cáncer está avanzando muy rápido— dijo viéndome.
—La que le está pagando soy yo, y usted hará lo que yo diga— lo mire y el solo negó.
—Que sea como usted quiera—
El salió y me quedé ahí, acariciando mi abdomen aún plano.
Todo estará bien mi bodoquillo.
La puerta se abrió nuevamente, y no pude evitar llorar.
—Mi reina preciosa— Iván se sento a mi lado mientras acariciaba mi cabello.—Seremos papás de nuevo—
Lo mire a los ojos y en el había un brillo que jamás había visto, ni con mis cuates estaba así, me dolería tanto dejarlo.
—¿Dónde está mi güerita?— Ovidio entro con un ramo de rosas blancas mientras que Serafín grababa y el ratón se limpiaba las lágrimas.
—Aun no puedo creer que estés aquí— dije abrazándolo.
Ambos hermanos junto con Serafín me veían sonriendo.
—No se que haría sin tí— me dijo Iván.
—Ni lo digas, que aún tenemos a nuestra niña por buen rato— Sebastián entro a la habitación.
—¿Y los demás?— todos me vieron confundidos.
—¿Quienes son los demás Cali?—
—Chilo, y los cuates pues— pregunté viendo hacia la puerta, ellos debían entrar por ese espacio, pero no lo hacían.
Voltee a mirar a los hombres que hace unos momentos tenían frente de mí.
—Ellos....— Iván fue interrumpido.
—Ellos están bien Cali, están con papá—
Sebas dejo de hablar y mi corazón empezó a doler.
No, no, no.
—Estas solito Sebas— le acaricie el rostro y comencé a llorar.
—claro que no, te tengo a ti y a los bodoquillos— me dijo sonriendo nostalgicamente.
Justo por eso. Pensé.
La noche llegó e Iván estaba aquí, velando por mis sueños, los dos estábamos en la misma camilla, mientras que los bebés, estaban a cargo de sus tíos.
El aire comenzó a faltarme sentía mis pulmones contraerse, y eso dolía, Iván dormía cálidamente.
Me sale de su agarre y saque el inhalador del cajón, 3 jalones, y ya estaba bien.
Así paso toda la noche, con el dolor en el pecho pero con el amor de mi vida a un lado.
Don Mayo.
Camionetas nos rondaban una y otra vez, algo no estába bien y eso lo confirme cuando las detonaciones empezaron.
—Ya están aquí— dijo Vicente, y al chingazo todos mis hijos, excepto Serafin, se empercheraron, y estaban listos pa salir.
—Trae a Mariel— le dije al chino, quien me miró por unos momentos.—O ya te rajaste por la Cali— dije viendolo.
—Mi lealtad es pa usted don Mayo— traía a Mariel del cabello.
—Dejame Ismael— me dijo llorando— Deja irme con mi hija, te lo pido por favor.— lloraba, pero no de una manera exagerada.
—Nomas que vas a llegar más temprano que tú plebe—ella rápido comprendió lo que le dije.
Y cuando ella quiso correr, un balazo por parte del Chino le llegó en la cabeza.
—Verga— dijo Mayito.
Esperábamos a los chapitos, y fue Joaquín el que llegó.
—Sabes lo que le pasa a los traidores—me dijo riendo mientras estaba arriba de la lobo.
—¡Bájate pinche Chapo!— le dije gritando.
—Pura madre que me bajo— el soltó la carcajada y Ovidio, le dió a madres a la camioneta.
Pinche ratón.
Nadie entendía lo que pasaba.
—¿Fue todo?— dijo Vicente mientras reía.
—No..—Conocia a Joaquín, algo grande estaba por pasar.
"—Señores Zambada, quedan detenidos por los cargos de Narcotráfico, asesinato, y otros cargos mas—".
Pinche Chapo.
A este tiempo ya estábamos de rodillas, con las manos en la cabeza, todos y cada uno de mis hombres.
Iván.
Sentí y mire cada vez que Cali se puso de pie, cada vez que le daba el jalón al inhalador.
Mire a Néstor quien jugaba en el pecho de su madre, y Ovidio, quien ahora que lo pienso, pinche nombre que tiene mi plebe, se lo pusimos por recordarlo y resulta que el cabron estaba más vivito que Jenni Rivera según mi chula.
Sentía los deditos de mis bebés tocar mi rostro.
—Si mis bebés, el es su papi— dijo mi mujer con su tono de voz algo débil.
—¿Dónde están mis hombrecitos que protegerán a mamá de todo y de todos?— dije y mis plebitos sonrieron.
Pero Cali, ella lloraba.
—Prometeme que cuidaras dr nuestros hijos con tu vida Iván— me dijo tomando mi mano— prométeme que ellos serán muy felices, y que serán amados por ti- dijo aún llorando.
—A ti y a mis hijos los protegeré por siempre mija— dije viéndola.—Tu papá...—
—Ya no debemos de preocuparnos por mi papá— dijo ella con una media sonrisa.
—No entendí sus palabras, hasta que ella me señaló con su vista la televisión.—
Don Mayo y sus hijos habían Sido arrestados y con orden de extradición.
—Ahora si podremos ser felices— dije besando a mi plebe.—Veda que sí morrillos— mire a mis hijos.
—El tiempo que esté contigo seré muy feliz, te amo para siempre Archi—
Me dijo ella, pero no lo sentí como las demás veces, lo sentí como una despedida, una despedida del amor de mi vida.
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𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚
FanfictionUn accidente que cambió la vida de toda una dinastía, de más de una familia, y con ello la vida de ella misma. Dónde la princesa perdida aparece, y con ella un nuevo amor.