Capitulo 39

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16 de Octubre de 2017, 08:19 hrs.

Aunque debajo de su aburrido rostro un caos de inseguridades lo atiborraban, Yona sabía que debía permanecer sereno frente al resto en la mesa de subjefes o al menos los que estaban presentes. El patrón estaba pensativo mientras Selena relataba cada hallazgo, entre ellos el más importante que consideraba la ubicación de uno de los espejos que Flavio había estado esperando, una forma explícita de tener contacto con Laboratorios Lauburu, y también de encontrar a Gavin. Sin embargo, Yona no estaba siquiera cerca de que su intención se inclinara hacia su deber con la mafia, en ese momento lo único que podía ver era el peligro que su madre corría por el simple hecho de estar cerca de aquella cosa, que si lo que decía Selena era cierto, el espejo servía como puerta para que los espectros aparecieran.

—¿Se han comunicado con el laboratorio?

—Si, pero no reciben visitas de extraños, solo familiares.

—Entonces deberemos forzar la entrada —agregó el Patrón.

—No... —respondió Yona rápidamente— De hacerlo podríamos provocar un caos, son pacientes psiquiátricos, y uno de los grandes problemas de que convivan en multitud es la histeria colectiva que es mucho más frágil. Yo iré.

—¿Y cómo pretendes entrar?

Claro estaba que ni Selena ni Yona le habían comentado a nadie sobre su secreto, quien lo había dejado escapar en un momento de debilidad. Nadia sabia lo de su madre, pero no era momento de ocultarlo, debía tomar la decisión que asegurara su bienestar, así que el pelirrojo haría lo necesario para proteger una de las pocas cosas que lo mantenían aun de pie.

—Mi madre está internada en el hospital psiquiátrico. Pediré lo antes posible una visita, pero debo ser claro en recalcarles que son bastante intensos en cuanto a las visitas se refiere.

—Ya sabemos porque lo son —respondió Samantha sentada al frente de Yona—. Si el hospital está en contacto con Laboratorios Lauburu, lo más probable es que no sea necesariamente para adquirir medicamentos. Selena lo anticipó y creo que es correcto apuntar que puede que los pacientes del lugar no sean mas que ratoncillos para experimentar con ellos.

—Samantha... —murmuró Selena ante la cruda verdad de la mujer.

—Debemos ser realistas, no estamos en posición de divagar entre esperanzas mal formuladas —respondió Samantha.

—Iré hoy a investigar lo que ocurre dentro del hospital —agregó Yona.

—Yona, sabemos que puede haber emociones involucradas, y me es raro verte tan impaciente, pero debes entender que no podemos fallar en ningún movimiento que hagamos, estamos en la línea de fuego ¿estas claro? —aclaró el patrón.

—Lo tengo presente día y noche, la ropa negra que visto se encarga de recordarme cuan cerca de la muerte tránsito.

—Lo mejor sería enviar a un grupo con Yona, no sabemos que puede haber dentro del hospital.

—Ire solo, no hay forma que me dejen entrar con cinco hombres de dudosa procedencia.

De pronto la puerta del elevador crujió y desde esta, una muchacha que no aparentaba más de veinte años apareció lamiendo una paleta de caramelo, mirando con una sonrisa en su rostro a los presentes. Samantha, Selena y Yona quedaron estáticos al verla entrar, pero por otro lado el patrón solo le devolvió el gesto a la muchacha.

—Siempre llegas en el peor momento.

—Pues siempre nos llamas en el peor momento, es mi pequeña venganza... —respondió la muchacha risueña acercándose a ellos arrastrando con ella una pequeña maleta rosa.

Vestía una playera negra con una calavera y pantalones holgados de mezclilla, pero lo más exótico de ella eran sus ojos rasgados, sus rasgos asiáticos y sus cabello negro y brillante que le rozaba la espalda.

—Ella es Kimura Hayashi, uno de los Subjefes de la Nine Mafia.

—Tranquilos... — Kimura examinó a todos los presentes poco entusiasmados: a la mujer rubia y elegante, a la muchacha de mirada cansada y tímida, y al hermoso pelirrojo de expresión aburrida, pero con un fuego alarmante en su mirada, o como ella diría, una mirada explosiva. La muchacha, aunque parecía una pequeña niña no lo era, y aunque revelar que ya había superado los treinta hace unos días le era algo vergonzoso, conocía el poder de la dulce inocencia camuflada en letalidad, pues el Patrón le había enseñado bien—. Las apariencias engañan.

—Iras con ella, Yona.

—Ya dije que no me dejaran...

—Y yo digo que la llevaras y la harás entrar contigo a como dé lugar —interrumpió Morgan— si queremos terminar con esto esa es mi orden. Partirán en unas horas, elaboren un plan en conjunto.

—Ya ansío conocerlos a todos —dijo Kimura lamiendo su paleta de forma provocadora—. y que mejor manera de comenzar con el guapo pelirrojo. 

Nine Mafia: Proyecto Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora