14 de Octubre de 2012, 11:45.
Si bien el antídoto de Samantha había surtido efecto en el momento, al parecer tenía una duración menor al somnífero ya que este se había reactivado haciendo que Bruce durmiera hasta casi las doce del día.
Se sentó en la cama mientras su cabeza daba vueltas lentamente. Miró con expresión enojada la hora a la que había despertado, se puso de pie y se dirigió al baño a orinar, debía sacar todos los residuos del fármaco de su cuerpo. Luego, se dirigió a la cocina y tomó un gran vaso de agua, mientras miraba su celular y veía un mensaje de Gavin, donde le decía que esperaba tuviera un buen día.
Bruce lo extrañaba ya recién despertando, quería tener otro día libre, uno sin balaceras, uno para ellos, quizás ahora podrían ir de vacaciones, pero eso era imposible, en la mafia solo tenías un día libre al mes, el resto era de pertenencia a la organización.
Después de ducharse, se vistió, tomó desayuno y salió hacia la central del callejón 9. El jeep para su movilización siempre estaba en el estacionamiento subterráneo del edificio, pero esta vez su lugar estaba completamente vacío, su Jeep aun no llegaba.
—Bruce O'Donnell... —escuchó detrás de él.
No estaba solo en el estacionamiento.
Bruce se giró y vio a un agente federal. Llevaba su placa puesta, Bruce no logró ver su nombre, pero si pudo notar que debajo de su camisa llevaba su chaleco antibalas.
—No te esfuerces por reconocerme, nunca nos hemos visto. —dijo el agente con las manos en los bolsillos.
Era solo un poco mayor que Bruce, treinta y cuatro años, tenia el cabello corto y marrón oscuro bien peinado.
—No me esfuerzo, solo me preguntó que carajos quieres, no he tenido buena mañana y no tengo ánimos. —Bruce también estaba con las manos en los bolsillos de su abrigo negro largo.
—Tenemos tiempo, su transporte se tardará un poco más, un inesperado tumulto de gente lo retiene unos minutos. —respondió sonriendo satisfactoriamente el agente.
—No tengo tiempo. —respondió Bruce firme sin dejar de mirar a los ojos negros de su contrario.
—Entones iré al grano. —dijo el agente. —Quiero saber de una vez por todas donde están mis subordinados, los agentes que la mafia a capturado.
—¿Para que querría la mafia un par de agentes incompetentes? —preguntó este.
—Información.
—¿Qué información obtendríamos de agentes que se dejan capturar por la mafia? No una muy relevante, además, sus agentes son duros como una roca, ni sacándoles la uñas o dientes revelarían algo de ustedes, es algo que merece reconocimiento, su aguante, no su intelecto o siquiera valor.
—Subestimas las capacidades de mis hombres...—respondió el agente.
—Entonces eres un jefe del departamento...—dedujo Bruce. —No es común que ustedes salgan de sus cómodas sillas giratorias mientras mandan a hacer el trabajo sucio a los nuevos.
—¿Siempre hablas con esa calma y desdén? —preguntó el agente.
—No, mi calma es efímera, y hoy, como te dije anteriormente, no tuve un buen despertar, lo que hace relucir mi desdén hacia tu clase. —respondió Bruce con tono seco. —Además, mi calma te dice que estás buscando en el lugar equivocado, ¿te has preguntado eso? ¿si estás buscando en el lado correcto? Porque otro agente ya vino y no le fue muy bien tratando se asumir que nosotros teníamos a uno de ustedes.
—Si. Lo noté, está de baja, era diestro y le quebraron la muñeca. Gracias por eso.
—De nada. —respondió Bruce. —Otra cosa, tengo un celular en mi bolsillo, ya envié una señal de que estoy frente a un agente, y que otro me está apuntando la escapula izquierda.
El agente frente a bruce tuvo una pequeña reacción de sorpresa que intentó disimular. Bruce lo había notado por un espejo convexo que estaba sobre la puerta del elevador donde había salido, vio al segundo agente detrás de una columna de concreto apuntándole.
—La mafia...—suspiró el agente soltando una risa casi inaudible. —siempre un paso adelante.
—Eso no deberías olvidarlo, pero no es cierto...—replicó Bruce al ver como su Jeep se acercaba y se estacionaba en su lugar, mientras un guardia de lentes oscuros salía desfundando su arma y apuntando al agente del pilar. —No estamos un paso adelante, vamos cientos de kilómetros adelante, donde ni siquiera puedes ver nuestra sombra.
—Te tienes confianza ¿no O'Donnell? —preguntó el agente desfundando su arma y apuntando a Bruce rápidamente.
—Si, tanto así que, a diferencia de tus manos, las mías no sudan cuando levanto mi arma frente a uno de los tuyos. —contestó Bruce.
—Te aseguro que mis manos pueden sudar, pero mis tiros no fallan, ¿quieres comprobarlo? Podríamos intentarlo con... como se llama ¿Gavin Farrell?
En un movimiento casi imperceptible por el agente, Bruce se abalanzó sobre él tomándolo del cuello con una mano y apasionándolo contra el muro mientras que con la otra desviaba el cañón del arma del agente hacia el techo. El agente del pilar intentó apretar el gatillo para dispararle a Bruce, pero el guardia que había salido del Jeep le disparo atravesado su corazón, dejándolo sin vida en el piso.
El agente no podía respirar, golpeaba los brazos musculosos de Bruce, pero parecía no hacerle siquiera cosquillas. Los ojos azules del hombre eran como los de un lobo feroz mirando a su presa a punto de devorarla, pero este lo soltó y el agente cayó al piso, a lo que Bruce lo tomó del pelo luego de patearle lejos el arma.
—Te lo digo acá, y no lo volveré a repetir, puedes darles el mensaje a todos tus subordinados, a tus jefes, al presidente. Si alguien de los tuyos intenta herir a Gavin directa o indirectamente, iré uno por uno, iré por sus familias, por sus amigos, los matare a todos, no me importa si tienes hijos...—la pupila del agente se expandió al escuchar la palabra hijos. —Ah, así que si los tienes...—Bruce embozó una sonrisa ladeada mostrando sus dientes con expresión vil. —Entonces sabes lo que está en juego. Un pelo ¿me oíste? Solo un pelo le tocan a Gavin y mis manos no sudaran ni siquiera al apuntar entre los ojos de esos niños.
El agente no se dejaba atemorizar por las palabras de mafioso, pero sus músculos faciales se tensaron tanto que su mandíbula parcia una roca rozando otra.
—Te dije que mi calma era efímera, sobre todo en días como hoy.
Bruce soltó bruscamente al agente y lo pateo en la cara dejándolo inconsciente en el lugar mientras se dirigía al jeep, y el guardia se subía con él.
—Bien hecho. —congratuló Bruce al guardia una vez este encendió el motor.
Bruce sacó su teléfono y enseguida llamó a Clara, había un desastre que limpiar.
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Nine Mafia: Proyecto Espejo.
General Fiction「Martes y Viernes」Bruce O'Donnell y Gavin Farrell, son dos amantes que cumplen con su deber como parte de los subjefes de la mafia. La pasión de ambos por su oficio solo es comparable con la que sienten entre ellos, y es la motivación más poderosa q...