14 de Octubre de 2017, 13:38 hrs.
—No llegaremos a tiempo. —gruñó Bruce mientras Samantha cargada su arma y el Jeep se movía por las calles de forma fluida deteniéndose frente a un semáforo en rojo.
—Si lo haremos...—respondió ella, digitando en la pantalla una ubicada en la parte trasera del asiento del chofer el número de Yona.
—"Que molestos, y hoy era mi día libre" —fue lo primer que dijo el chico desde el otro lado al responder el llamado.
—Límpianos el camino, si los atacantes decidieron ir por el callejón 5 podremos capturar a alguno de ellos.
—"Suerte con eso, dudo que lo logren sin que los hijos de perra se suiciden en miles de pedazos. Ahí les va ayuda, dile a tu chofer que no se detenga..."
El chofer pareció escuchar dicho recado y Bruce notó el sudor en cuello del hombre, el cual mojaba su camisa negra. El jeep comenzó a andar y llegaron al primer semáforo y este de forma rápida cambio a verde.
—Esta cambiando los colores. —dijo Bruce también comenzando a cargar su arma.
—"Sigan hasta la primera intersección de Midtown, llegarán en cinco minutos." —agregó Yona.
—¿Qué pasa con los que resguardaban el callejón 5? —preguntó Bruce, mientas tomaba su celular y enviaba un mensaje a sus súbditos de área para que fueran al lugar como refuerzos.
—"Muertos, al menos eso puedo ver con uno de los drones que tengo en el área"
Ni Samantha ni Bruce emitieron otra palabra y Yona colgó.
El jeep no se detuvo en ningún momento, todas las luces rojas de los semáforos cambiaban a verde al instante en que el Jeep se acercaba, volviendo a la normalidad una vez este las pasaba.
Finalmente llegaron a la intersección de Midtown, la primera que llevaba hacia el callejón 5. El Jeep se detuvo y Bruce y Samantha corrieron hacia el lugar con sus armas en las manos. Samantha miró su celular y notó que los refuerzos iban en camino.
—No podemos esperar...—murmuró la mujer.
—Vamos. —afirmó Bruce caminando poco a poco.
El callejón 5 era un lugar amplio casi como un gran estacionamiento de un supermercado, rodeado de casas que habían sido compradas por la mafia para mantener vigilada el área. Dentro de estas casas vivían guardias de la mafia que habían dado el mensaje de alerta. Bruce los vio desde donde él estaba, los guardias estaban en las azoteas de las casas apuntando en dirección al callejón, tenían ordenen especificas no disparar a matar, ya que necesitaban obtener a algún rehén, así que solo estaban esperando que la situación se alterara para poder actuar.
Samantha y Bruce se colaron entre un pequeño pasadizo y notaron como mas de diez hombres, que no se preocupaban por cubrir sus rostros, comenzaban a sacar los grandes camiones del depósito. Alrededor de ellos había cinco cuerpos de personas pertenecientes a la mafia, asumieron que otros cuantos estarían dentro del depósito. Los atacantes sacaron tres camiones y partieron, solo quedaron dos hombres cerrando todo, como si realmente fueran educados.
—¿Por qué? —peguntó Samantha.
—Solo tres camiones. —contestó Bruce.
—¿Qué pretenden cargar en ellos?
—Debemos tomarlos, pero si nos ven o hacemos ruido con nuestras armas se inmolarán al instante.
—No... —soltó Samantha pensativa. —No lo harán.
La mujer sin esperar ayuda de Bruce se introdujo entre los pocos autos que había en el estacionamiento y apuntó a los hombres. Ambos estaban de espalda y parecían estar yéndose del lugar, así que Samantha disparó dos dardos certeros, uno en cada uno de ellos. Los hombres notaron un pinchazo en sus cuellos, pero antes de siquiera poder reaccionar, sus músculos se relajaron y cayeron al suelo como muñecos flácidos y obedientes.
Samantha levantó la mano y llamó a Bruce quien se acercó rápidamente.
—Revisa sus bocas, rápido. —ordenó la mujer, mientras ella abría las camisas de los hombres notando los artefactos explosivos artesanales cuyos sistemas eran bastante primitivos, pero aun así potentes.
Con una pequeña navaja que sacó desde su muslera, cortó dos de los tres cables, aquel que permitía que el artefacto explotara, y otro que permitía detonarlo de forma remota.
—Entiendo... —murmuro Bruce.
Bruce abrió la boca de uno de ellos, y esta como abrir una puerta, obedecía solo con un suave movimiento. Bruce comprendido que Samantha había usado algún tipo de fármaco que atacaba el sistema nervioso central de los objetivos, inhibiendo la capacidad de contracción muscular y de envió de señales nerviosas al cuerpo, mantenía la conciencia del objetivo pero no le permitía moverse por su cuenta.
—Samantha... —susurró Bruce al mostrarle la boca de los sujetos a la mujer, los cuales son tenían ni lengua ni dientes.
—Era obvio. —dijo esta.
Entonces dos disparos retumbaron en el lugar,uno que atravesó el hombro derecho de Bruce, y otro que atravesó el muslo descubiertode Samantha.
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Nine Mafia: Proyecto Espejo.
General Fiction「Martes y Viernes」Bruce O'Donnell y Gavin Farrell, son dos amantes que cumplen con su deber como parte de los subjefes de la mafia. La pasión de ambos por su oficio solo es comparable con la que sienten entre ellos, y es la motivación más poderosa q...