13 de Octubre de 2017; 10:30 hrs.
—Despierta...
Un beso suave se instaló en al frente de Gavin, quien dormía plácidamente mientras las cortinas automáticas que cubrían los ventanales de la habitación subían lentamente dejando entrar los rayos del sol que se escabullían entre los edificios altos de Manhattan.
Bruce había preparado el desayuno como era de costumbre. Siempre lo hacía, disfrutaba levantarse temprano, ir al gimnasio, darse una ducha y volver a preparar el desayuno. Esa mañana volvía a su cotidianidad, corbata, camisa, pantalones, calcetas y zapatos negros. Su closet consistía primordialmente en prendas de ese color, se había adaptado y acostumbrado a no usar colores llamativos, y solo tenía una que otra camiseta de un color mas vivido.
—¿Qué hora es? —preguntó Gavin mientras se forzaba a despertar.
—Falta media hora para las once —respondió Bruce.
Gavin finalmente se sentó en la cama y vio que su hombre había preparado el desayuno y estaba listo para comer y partir.
—Me daré una ducha y te acompaño para comer.
Gavin se levantó de un saltó y tomó una ducha rápida. Tomó sus prendas oscuras y se vistió de negro como Bruce. Excepto que al joven no le gustaba usar calcetas y simplemente arremangaba la parte baja de sus pantalones, sin embargo, le tomó más tiempo de lo esperado y Bruce ya estaba en la puerta esperándolo.
—Lo siento, lo siento —gruño Gavin disculpándose y tomando una tostada de la mesa antes de salir del departamento—. ¿Te han llamado?
—No.
—Entonces porque vamos tan temprano —repuntó Gavin dentro del elevador.
—El jefe tiene información que darnos.
—¿A todos?
—A los seis —respondió Bruce mirando la pantalla de su celular nuevo.
Bruce procuraba tener más de uno de repuesto, no era de extrañarse que estos no duraran más de un mes, era lo primero en destruirse durante un enfrentamiento.
—¿Te sucede algo? —preguntó Gavin notando a Bruce extrañamente algo distraído.
—Lo siento, cariño, solo me intriga saber lo que nos dirán.
—Debe de ser sobre lo de anoche. También me percaté de que no eran agentes de turno cuando estuve cerca de ellos.
—Si no estaban de turno ¿Por qué nos atacaron?
Gavin se encogió de hombros mientras terminaba de tragarse el ultimo pedazo de su tostada.
—Lo averiguaremos pronto.
Subieron al Jeep negro en el estacionamiento subterráneo del edificio y partieron hacia la central de la mafia, ubicada en el callejón nueve.
En la ciudad, la Nine Mafia tenía diferentes zonas donde sus instalaciones estaban ubicadas. El callejón nueve era la central, aquel edificio escondido en el barrio asiático. Era un callejón húmedo, algo angosto y solo iluminado por un grupo de paneles rojos encima de la puerta endeble de hierro oxidado. El lugar pasaba desapercibido como otro callejón sucio y mal oliente, repleto en su exterior de magulladuras en las paredes y tubos de aire acondicionado que no servían para nada, al igual que las casillas eléctricas que se ubicaban por los costados de la entrada. Los muros se extendían hacia lo alto por seis pisos, todos esos pertenecientes a la mafia.
Bruce y Gavin se estacionaron fuera del callejón nueve siendo completamente ignorados por los transeúntes, nadie quería meterse con miembros de la mafia, eran fáciles de reconocer, pero difíciles de destruir, como cucarachas, solo podías ahuyentarlas, pero volverían. Era de conocimiento público donde la mafia operaba, incluso para la Agencia Federal de Policías, sin embargo, atacarlos sin tener pruebas de nada no era necesariamente un buen plan, la Nine Mafia, a diferencia de muchas otras mafias en el mundo, era ultra cuidadosa con cada una de sus operaciones, y se caracterizaba por su prolijidad y sus precisas deducciones de todos los escenarios posibles.
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Nine Mafia: Proyecto Espejo.
General Fiction「Martes y Viernes」Bruce O'Donnell y Gavin Farrell, son dos amantes que cumplen con su deber como parte de los subjefes de la mafia. La pasión de ambos por su oficio solo es comparable con la que sienten entre ellos, y es la motivación más poderosa q...