Capitulo 20

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15 de Octubre de 2017, 08:12 am.

—¿Estas bien? —preguntó Yona a Selena quien no tenía una buena cara, estaba algo pálida.

Selena se había movido a su oficina para analizar junto a Yona los últimos documentos que quedaban, en conjunto con las dos subordinadas.

—Si, solo creo que tomare un resfriado. —respondió ella. —Pero estaré bien, debemos terminar con esto luego...—la chica comenzó inconscientemente a sobar su cadera.

—Señorita Selena, si gusta podemos nosotras seguir con el Señor Yona, sería bueno que fuera a la enfermería a tomar algo. —dijo una de las subordinadas, una con un tatuaje de una pequeña mariposa sobre su ceja.

—Me obligaste a venir a trabajar a la central mientras te enfermas...—gruño el pelirrojo frunciendo el ceño. —Ve rata, no quiero que me pegues tus virus...—agregó Yona volviendo a su trabajo.

—Lo siento, era necesario Yona...—respondió ella con una sonrisa amigable.

Entre las personas a las que Selena admiraba Yona no se quedaba atrás. Era un chico altamente frustrante, arrogante y más que desagradable, pero Selena sabía que solo era su forma de expresarse y no representaba realmente el corazón del joven, el cual era completamente diferente, lo mas probable era que esa apariencia fuera fruto de una forma de sobrevivir, tal cual lo hacen muchas personas, por eso los despectivos provenientes de él hacia ella no le afectaban, porque a pesar de que ya llevaban trabajando en sintonía por más de cuatro años, el chico era considerado cuando estaban solos. Usualmente llevaba café o algo para comer cuando las investigaciones se tornaban tediosas, una vez la llevó al centro comercial, aunque él se excusó diciendo que debía comprar algunas cosas, o aquella vez que la sujetó cuando perdió la fuerza de sus piernas de la nada. Yona era amable y empático debajo de esa careta de chico rudo y desinteresado, era una de las pocas personas que realmente eran buenas en ese lugar, Samantha y Gavin también caían en esa categoría, aunque no podía decir lo mismo de Bruce y Benedict.

Selena asintió algo nerviosa y caminó a la enfermería con un exagerado cojeo, hoy parecía estarle doliendo más de lo usual.

—¿A todo esto? —preguntó una de las súbditas que ayudaba en la oficina de Yona. —¿Por qué la señorita Selena nos llamó a todos a la central? Usualmente trabajamos en turnos diferentes, pero ahora se encuentra casi la totalidad del personal.

Yona sonrió mientras volvía a ponerse sus audífonos y su micrófono.

—Es Selena, siempre va un paso adelante de todos. —respondió el.

Cuando Selena nació su cadera había tenido una mal formación por ende tuvo una cirugía que solo arregló su cadera de forma que pudiera caminar, pero jamás eliminaron el dolor, ya que había nervios importantes involucrados los cuales podrían terminar por destrozarse ante una intervención quirúrgica.

Selena sobrellevó el dolor por años, hasta que el Patrón le dio un par de pastillas que sirvieron casi eliminando el malestar, sin embargo, había un costo que debía pagar para obtenerlas, ese costo era permitirle al Patrón hacer un pequeño experimento en ella, el cual solo constaba con inyectarle cierto fármaco cada cierto tiempo, una vez por semana, el cual no producía nada, solo un poco de mareo además de secarle la boca.

—Selena, ¿qué te trae por acá? —preguntó la enfermera, quien pertenecía al equipo de Samantha.

—Estoy algo débil, creo que es un resfriado, pero podrías darme algo, no se ¿un antibiótico? —dijo ella sentándose mostrando su cansancio evidente.

—Creo que tienes fiebre. —dijo la enfermera.

Selena comenzó a ver todo dar vueltas a su alrededor, y luego soltó un vomito que ensucio todo el piso. Si bien la cerámica del suelo de la enfermería era blanca, se tiño de rojo, Selena había vomitado una gran cantidad de sangre que incluso causo sorpresa en la enfermera.

—¡Selena! —exclamó la enfermera sujetando a la chica quien no podía ponerse de pie.

—Estoy bien... —Pero al terminar de decir aquello volvió a vomitar.

La enfermera llamó a otra y entre ambas acostaron a Selena en la camilla. Uno de los médicos de turno, el doctor Santi Belladona, un hombre rubio y de ojos verdes, quien parecía tener algún parentesco con Samantha se acercó a la joven, al tomar su pulso notó que este era débil, así que de inmediato le tomó una muestra de sangre, y finalmente Selena se desmayó.

Nine Mafia: Proyecto Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora