Samantha Highwood, 31 años, Subjefe, Líder de Química y Farmacia de Nine Mafia.
No tenía intenciones de seguir esperando, no después de ver a Selena durmiendo en la enfermería. Samantha se había levantado y se había dispuesto a caminar, entre la prominente belleza y delicada apariencia, yacía también una formidable fuerza interna por lograr sus objetivos, por no ser débil, o al menos eso se había prometido hace ya varios años, desde aquel día en que se introdujo en las sombras de la mafia.
Jamás lo hubiera pensado, una mujer como ella, tan amable y sumisa, dispuesta a entregar todo por hacer feliz a los demás, era extraño incluso hoy para Samantha mirarse al espejo y ver cuanto había cambiado, de ser una hermana tierna y buena, a una asesina por venganza, aun en esa habitación blanca donde hoy se vestía lentamente con su vestido negro, sus calzas de tela transparente y sus guantes de seda, no le era ajeno notar que dentro de ella ya no quedaba nada de aquella mujer que solía ser.
Samantha Highwood jamás tuvo una vida acomodada, sin embargo, hizo lo mejor para ella y su hermana pequeña, Dominica. Solo se llevaban por cuatro años, pero para Samantha su hermana pequeña lo era todo, pues no tenía nada más, no había mucho mas que quisiera proteger tanto como a ella, es más, no había nada.
Entre la universidad y los trabajos de camarera de Samantha, Dominica viajaba grandes distancias desde el pequeño departamento en el centro de Texas hasta su colegio de secundaria, volviendo de noche a casa, dejando la cena preparada para cuando en la madrugara la hermana mayor regresara. La rutina era la misma, Samantha era una hermana amorosa y cálida, quería darle esa sensación a Dominica, quería que se sintiera amada, que sintiera que no había necesidad de un padre o una madre, pues se tenían a ellas, sin embargo, la realidad no es tan simple, no en el mundo donde una mujer al viajar de regreso a casa en una noche oscura parece una presa fácil de no tener las llaves entre los nudillos. Dominica una noche no volvió, Samantha lo notó al ver que no había cena preparada, y lo afirmó a la mañana siguiente cuando el cuerpo de su hermana, abusado y completamente destrozado como si un animal la hubiese atacado fue encontrado cerca de un basural.
Después de la llamada de la policía, Samantha no recordaba mucho, incluso hoy no sabia muy bien que había sucedido, si había llorado hasta desvanecerse por completo o si había muerto en ese mismo instante con su hermana, solo había algo claro, ese animal andaba suelto, y al mirar a su alrededor todos parecían sospechosos, tanto que aun después de un año de su muerte Samantha no lograba confiar ni en su propio reflejo, hasta que nuevamente sucedió, el mismo evento meses después, un cuerpo de una joven abusado cerca de los basurales, una noticia que la estremeció hasta las entrañas cuando la vio por las pantallas del laboratorio donde había ingresado a trabajar en su primer año de egresada, donde también vio por primera vez el rostro de aquel hombre, que incluso esposado y resguardado por la policía sonreía como si se tratara de un juego.
Dicho hombre fue liberado a los tres días, pues no había suficientes pruebas para inculparlo, peor Samantha lo sabía, solo de verlo sabía lo que había sucedido, sabia que el lo había causado y su estómago se revolvía con solo recordar la injusticia por la que su hermana y esta nueva joven habían atravesado.
—¿Renuncias? —preguntó uno de sus compañeros de laboratorio. —No llevas ni cuatro meses.
—Lo siento, debo arreglar algunos asuntos.
Luego de ese día, Samantha siguió el rastro de aquel hombre, hasta que dio con el a las afueras de Alabama, pues habían encontrado el cuerpo de otra joven, sin embargo, esta vez si seria enjuiciado, pero para ella eso no era suficiente, sus ojos clavados en la televisión de aquel bar mal oliente en la carretera estaban inyectados de algo que la carcomía por dentro, algo que no había sentido jamás.
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Nine Mafia: Proyecto Espejo.
General Fiction「Martes y Viernes」Bruce O'Donnell y Gavin Farrell, son dos amantes que cumplen con su deber como parte de los subjefes de la mafia. La pasión de ambos por su oficio solo es comparable con la que sienten entre ellos, y es la motivación más poderosa q...