Capitulo 7

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14 de Octubre de 2017; 00:42 hrs.

—¿Me traes trabajo a esta hora? —alegó Yona bostezando enojado al ver a Bruce en la puerta de su departamento.

—El Patrón me dijo que se lo hiciera llegar lo antes posible...—respondió Bruce mostrándole el celular. —pero tiene información indescifrable, correos electrónicos, carpetas y archivos.

El pelirrojo quien solo vestía una polera sin mangas y ropa interior roleó los ojos y dejó pasar a Bruce a su departamento, un pequeño lugar de un ambiente. La cocina, la habitación y la pequeña sala de estar estaban todas juntas, excepto el baño, pero eso no era lo que causaba sorpresa en Bruce, sino la cantidad de equipos electrónicos en una esquina, un lugar completamente equipado para el Líder de Informática de la mafia, "El Hacker de Mano Negra" como era conocido por todos en la organización.

Yona Colfer era un chico de veintisiete años, fue reclutado por el Patrón una vez el pelirrojo intentó meterse en los sistemas de la mafia para recolectar información de una droga en específico que ellos traficaban y producían en masas. Yona era un chico revoltoso y flojo desde pequeño, pero sus motivaciones iban más allá de la simple maldad y oscuridad con la que la mafia lo cubría. Su habilidad con la informática le permitió a la mafia acceder a cámaras de seguridad de todas partes de New York en cosa de minutos, siendo esta una de las principales fuentes de información para Selena, con quien Yona trabajaba en conjunto la mayoría del tiempo. Aunque si bien todos era desagradables para Yona, el chico sabía cuál era su lugar, y no había llegado ahí por simple casualidad, se lo había ganado, y no lo arriesgaría solo por su personalidad de mierda, eso se podía controlar, y Yona lo hacía, excepto cuando veía a Gavin, con quien la historia era diferente.

—No toques nada. —gruñó Yona mientras se dirigían a su rincón de computadoras.

—No lo haría. —respondió Bruce algo irritado por la constante actitud desagradable de su compañero.

—Dame el celular.

Bruce se lo dio una vez Yona se sentó en la computadora luminosa. Conectó el dispositivo y rápidamente, entre las seis pantallas que componían su equipamiento en aquel rincón iluminado, varias ventanas de color negro se abrieron. Yona tomó un par de anteojos y se los puso para comenzar a trabajar.

—Puedes irte si gustas, esto tomara tiempo. —añadió el chico al mayor.

—No. Me quedaré para saber qué fue lo que rescaté.

—Como gustes, pero no te sientas como en casa. —agregó Yona desconectándose del mundo exterior y enfocándose completamente en descifrar los archivos encriptados.

Bruce dio una media vuelta y miró el desorden del lugar, ropa por todos lados, la mayoría negra como era de esperarse, había un olor a comida y el sonido del microondas afirmo que Yona se había estado preparando algo para comer antes de que el llegara. Tenía un gran televisor frente a un sofá nuevo, parecía que no solía usarlos mucho, y su cama estaba hecha, por ende significaba que no había dormido en el lugar, Yona no era de dormir en el callejón nueve. Si su ropa estaba tendida por todos lados y el desorden era evidente, Bruce pensó que tampoco debería estar hecha su cama, no era lógico. El chico debería haber estado en algún lugar anoche, o ante noche cuando habían atacado el depósito del callejón cuatro. Miró de reojo al pelirrojo quien parecía no notar la presencia de Bruce en el lugar. Jamás había entablado un contacto el fuera del callejón con el chico, lo que le hacía preguntarse si era él realmente el soplón. La idea le revoloteaba en la cabeza como una abeja sin dejar de mover sus pequeñas y sonoras alas.

—Listo... —interrumpió Yona sacando de sus pensamientos al mayor, quien dio un paso al frente acercándose a las pantallas. —Vamos por paso. Todo estaba encriptado con tres sistemas de seguridad diferentes por ende debe ser algo de gran importancia, mientras eso se termina por liberar, tenemos las fotografías y algunos correos.

Nine Mafia: Proyecto Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora