Capitulo 41

60 9 1
                                    

16 de Octubre 2017, 14:44 hrs.

El sonido distante resonó como un eco en sus oídos, uno que cada vez se hizo más y más fuerte hasta que su conciencia lo obligo a levantar los parpados con lentitud. Sobre el, solo vio un techo de metal oscuro, oxidado en los tornillos que lo mantenían en su lugar. La humedad le rozaba el toroso desnudo y entre la luz tenía y anaranjada que poco de dejaba ver logró divisar una puerta a su costado. Era una sala pequeña, y la puerta como todo, era casi imperceptible, camuflándose entre los muros de concreto y las sombras.

—Has dormido bastante.

La voz peculiar y misteriosamente familias se deslizó desde una de la esquinas de la sala. Las pocas energías que Gavin poseía le dificultaron el mover su cuello hasta el otro rincón, pero una vez lo logró, lo vio salir desde las sombras.

—¿Qué...? —musitó con dificultad, con los labios resecos y los ojos cansados, pero aun entre la nebulosa oscuridad, Gavin pudo ver que Benedict se acercaba a él.

—No te fuerces en hacer nada, incluso balbucear dolerá por un tiempo. Lo has hecho de maravillas, debo concederte eso, has superado con creces las expectativas que teníamos sobre ti, y nos has ahorrado semanas de trabajo. Si continuas así, terminaremos antes de lo planeado.

—¿De qué... hablas...? —Pero Benedict lo callo con una señal de su dedo índice.

—Ya te dije que mejor ahorres esa energía, pues la necesitaremos. —Benedict se acercó a la camilla donde reposaba Gavin, amarrado aun de muñecas y torso, y se sentó en un banquillo a su costado—. Eres único ¿lo sabes? No lo creo, no sabes nada de lo que ocurre acá, ni de lo que ha ocurrido a tu alrededor por años, ni siquiera saber lo que ocurrió antes de que te convirtieras en lo que eres, así que te daré la información, entenderlas será tu trabajo.

Benedict vestía una bata blanca y de su cuello colgaba una tarjeta de identificación, Gavin aun en su torpe conciencia, pudo reconocer el símbolo en un extremo de ella, aquel molino, aquella esvástica Lauburu. Asumió con rapidez que Benedict los había traicionado, asumió lo había vendido a él y a...

—Br... Bruce...

Benedict lo ignoró.

—Comenzare por lo más básico, aunque creo que quizás recuerdas ese día, donde quedaste solo. La verdad detrás de aquello se remonta a este mismo experimento, aunque en aquel entonces no era realmente la meta. Uno de los espectros escapó, corrió por el bosque donde estabas acampando con tus padres y bueno, asesinó a ambos en un instinto animal. Te atacó a ti también, pero antes de herirte de gravedad la luz del amanecer lo tocó y desapareció. Sin embargo, por una extraña razón aquella fuerza vital que tenía aquel espectro fue transferida a ti Fascinante ¿no?

Las palabras de Benedict no eran fáciles de captar por Gavin, quien dormitaba cada segundo, pero si le hicieron recordar aquel momento: el, su padre, su madre, habían recorrido aquel bosque de Georgia en busca de un lugar donde escuchar a las aves y ver el cielo nocturno, en un claro acamparon y antes del amanecer, los gritos de su padre lo despertaron. Pensaron que había sido un oso, pero Gavin recordó aquella bestia, aquella criatura que rugía con cada golpe que destrozaba el cuerpo de sus padres, intentó huir, pero la bestia saltó sobre él, araño su espalda y entre sollozos y lágrimas, a punto de aceptar su destino, el sol se mostró entre los árboles, silenciando por completo a aquel monstruo, y al mismo tiempo a él.

—La transferencia de aquella energía jamás había estado en el campo de probabilidades del proyecto, no obstante, una vez supimos lo que eras nos fue fácil dar contigo. Veras...—Otra voz interrumpo y Gavin no pudo ver de dónde provenía. Benedict miró por sobre la cabeza de Gavin y se puso de pie dándole el paso a otro hombre. Su cabello rubio y corto parecían hebras caí transparentes. Ocultaba su intriga debajo de sus anteojos de cristal.

—Morgan era parte de nosotros, su visión sin embargo era demasiado honesta para los propósitos, digo la investigación es una montaña rusa, buscas algo y terminar encontrando maravillas inexplicables: la ruta de la ciencia es ciega.

»Años busqué una forma de revivir el proyecto, y cuando lo hice, seguía faltando la pieza crucial, claro el primer espectro, pero era absurdo llorar sobre la leche derramada ¿no? —el hombre hablaba con autoridad ¿era el la cabecilla de todo eso?— Entonces recordé aquel incidente, y luego Benedict llegó a nosotros con noticias que salvaron mis esfuerzos, revitalizando la misión de mi padre. Tú, Gavin, eres todo lo que logramos hace tanto, eres todo lo que nos hacía falta, y gracias a eso, ¡tenemos decenas de espectros solo en cuestión de días! ¡Has abierto una puerta hacia ese mundo! Con esas reservas de energías, eres un ser hermoso, sin embargo, eres humano. Aquella energía necesita ser transferida antes de que tu cuerpo no pueda seguir tolerando nuestros experimentos, así que déjame explicarte con términos que tú, como miembro de la mafia puedas entender: Usaremos tu cuerpo para manifestar hasta la última gota de energía vital que nos puedas dar, cuando estes destrozado por completo, transferiremos esa energía a un nuevo cuerpo y seguiremos experimentando, años, y años hasta obtener las respuestas que buscamos.

Gavin entrecerró sus ojos y el rostro de aquel hombre estaba imbuido en una expresión desquiciada a solo centímetros de él. Sin embargo, por algún motivo lo único que Gavin pudo hacer fue soltar una risa de desprecio, la cual fue apagada de golpe ante un dolor crudo que recorrió todo su brazo. Ahogó un grito pues no sabía que había ocurrido, pero cuando volvió a ver al frente, aquel hombre sostenía la mano cercenada de Gavin frente a sus narices.

—Mi nombre es Jeff. No vuelvas a reírte en mi cara —amenazó hombre antes de tírale la mano ensangrentada sobre el abdomen y salir de la sala.

Benedict se acercó y tomó la mano de Gavin poniéndosela de regreso en la muñeca, donde las fibras musculares y nerviosas comenzaron a unirse nuevamente a un ritmo lento pero que aseguraba que la fuerza vital de Gavin se sobreponía a todo tipo de drogas existentes. ¿En que se había convertido aquel muchacho? La mano volvió a unirse a su cuerpo completamente y el dolor comenzó a disiparse, no así su cansancio.

—Solo diré una esto... —dijo Benedict envolviendo la muñeca de Gavin en un vendaje improvisado—. Tu trabajo es ganar tiempo, y el mío el que no mueras. 

Nine Mafia: Proyecto Espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora