15 de Octubre de 2017, 19:32 hrs.
El patrón comenzó a guardar aquella cuchilla que salía del mango de su bastón, mientras que Samantha se quedaba plasmada en el piso sin decir nada. El hombre tomó un banquillo y tomó asiento, haciéndole un pequeño gusto con su mano para que Samantha se sentara frente a él. Ella obedeció y suavemente se acercó al banquillo, dejando que el escote de su vestido le mostrara al hombre que ella también llevaba su arma, y aunque dardos contra la destreza asesina del Patrón no eran nada, al menos podría demostrarle que no tenía miedo a actuar si su vida se encontraba en riesgo.
—En serio, no me era de sorprender tu insistencia con Selena.
—Sabe muy bien que tratare de ayudarla.
—Si, lo sé. —suspiró el hombre. —Y lo seguirás haciendo ¿no?
La pregunta venia sobrepuesta a una amenaza.
—Si, lo seguiré haciendo.
—Eres impresionante... tu mirada.
—Ya me lo has dicho antes. —respondió ella enojada mientras sentía el olor a la sangre de Santis inundar el lugar.
—Tu mirada llena de odio, me recuerda a cuando llegaste a mí, jamás te pregunte como fue que me encontraste. —dijo el hombre apoyado su mentón en su puño cerrado, cuyo codo reposaba sobre el mesón blanco.
—Seguí a uno de los imbéciles que tenías como guardias en el callejón 1. —respondió ella.
—Oh...—soltó este con una sonrisa. —Si, lo recuerdo, ¿Cómo era su nombre? Trato de recordar a los inútiles, todos merecen ser recordados.
—¿Por qué? ¿Por qué te rehúsas a que trate de ayudar a Selena?
La expresión del hombre cambio radicalmente, a una mirada afilada que anticipaba que su paciencia se estaba agotando como también sus intenciones de mantener la fingida sonrisa.
—No sigas husmeando Samantha, Santis es una advertencia.
—No temo a sus amenazas, ya no. —la expresión de Morgan fue de sorpresa. —El miedo ya no es parte de nosotros, tú mismo te encargaste de hacerlo el emblema de la mafia.
—Wow...—dijo el Patrón. —Siempre me has agradado, aun cuando Bruce siempre ha sido mi preferido...
—Pensé que era Selena.
—Selena, Selena, Selena... ¿Cuál es tu obsesión con ella? ¿Te recuerda a tu hermana pequeña? ¿A la que no pudiste salvar?
Los ojos de Samantha se inyectaron de sangre y tomó un frasco de cristal con alcohol dentro de este rompiéndolo en la cabeza del Patrón. Dejándolo con la cabeza ladeada, mientras el alcohol le recorría el cabello suelto que se había desatado debido al impacto. Un corte en su mejilla sangraba y ardió como mil demonios cuando el alcohol la cubrió.
—Jamás...—jadeó Samantha con su sangre hirviendo. —Jamás vuelvas a caer tan abajo Morgan.
Morgan Jackman era un hombre calmado, pero cuando el ambiente subía de temperatura sus palabras salían como veneno, era experto en sacar de sus casillas a la gente y de la misma forma entendía que cuando lo hacía era porque realmente había hecho algo indebido, como resucitar a los muertos frente a aquellos que lloraban su muerte.
—Creo que me lo merezco. —contestó Morgan mientras volvía a mirar a Samantha, cuyo pecho subía y bajaba como si acabara de correr una maratón.
—Lo siento... —murmuró Samantha dándose cuenta que quizás esas serian sus últimas palabras.
Hubo un silencio, uno tan intenso que casi se escuchaban el goteo de las gotas de alcohol al tocar el suelo. Morgan se puso de pie y caminó hacia la puerta del laboratorio, cerrándola con seguro, mientras la suela de sus pies chapoteaba en la sangre de Santi.
—Hace veinticuatro años me uní a la mafia escapando de todo lo que era, de todo lo que querían que me convirtiera...—soltó Morgan dándole la espalda a Samantha. —Hace veinticuatro años, me alejé de donde solía pertenecer, corriendo entre callejones tratando de mantenerla con vida, mientras ella luchaba por ayudarme, fue un sujeto de prueba inesperado que logró sobrevivir luego de estar expuesta durante días a la absorción de energía de los espejos.
Samantha no comprendió lo que decía. Morgan jamás le había hablado de su pasado. Los subjefes eran los únicos en toda la mafia que conocían su nombre, pero aparte de eso, el patrón era un misterio, y al igual que la motivación de todos por convertirse en parte de la mafia, hasta ahora, había sido un secreto que él patrón también guardaba muy bien.
—Selena fue hija de uno de los sujetos de prueba del Proyecto Espejo Fase: Georgia.
En ese momento algo dentro de Samantha comenzó a armar las piezas poco a poco.
—Su madre estaba embarazada, y asumimos que al tener dos vidas en una prueba tendríamos mayores resultados, no analizamos la situación y simplemente nos lanzamos, pues estábamos conscientes de que el gobierno nos pisaba los talones. Una vez la prueba finalizó ella dio a luz a un bebe débil, demasiado débil...
—¿Eras parte de ellos? —preguntó Samantha, pero Morgan la ignoró.
—Dejaron a Selena a su suerte en una sala fría y asquerosa, en ese momento me di cuenta que la visión que mi padre había tratado de mantener se había extinguido, se había evaporado. Asi que hui, tomé mis cosas, un par de archivos y a Selena, me prometí mantenerla con vida y es lo que hecho.
—¿Qué tiene que ver eso con que no me dejes ayudarla? ¿Conmigo podrías mantenerla con vida?
—No. La sangre de Selena es distinta, al igual que su cuerpo, el cual al parecer ha llegado a su límite, la energía no se destruye solo se transforma, o transmuta, en este caso, Selena ya no tiene la energía vital que un ser humano normal, solo bastaran días para que muera.
—No...—susurró Samantha mirando un punto indefinido en el piso.
—A menos que usemos al primer sujeto.
¿El primer sujeto? Se preguntó Samantha para sus adentros.
—Cuando el primer espectro que salió del espejo como manifestación de energía vital, asesinó a una familia. Cuando encontramos al espectro al amanecer, este estaba completamente seco, había asesinado a dos personas, un hombre y una mujer que se encontraban de picnic con su pequeño hijo de no más de cuatro años. Cuando el espectro murió, de alguna forma depositó toda su energía vital en aquel bebé, sin embargo, el gobierno llegó antes y nadie pudo rastrear a ese niño.
—¿Crees que él tenga la respuesta para salvar a Selena?
—Sé que, si ese bebé fue un depósito de energía, existe la posibilidad de extraer energía de él para salvar a Selena, más que mal, fue la energía vital de la madre de Selena y ella las que terminaron por dar vida a ese espectro que salió del espejo.
—¿Dónde está? Ya debe tener cerca de la edad de...
—Gavin.
—Si, ya debe de tener su edad...
—No, no lo estas entendiendo. —interrumpió el Patrón haciendo que Samantha se quedara rígida en su lugar. —Ese bebé es Gavin.
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Nine Mafia: Proyecto Espejo.
General Fiction「Martes y Viernes」Bruce O'Donnell y Gavin Farrell, son dos amantes que cumplen con su deber como parte de los subjefes de la mafia. La pasión de ambos por su oficio solo es comparable con la que sienten entre ellos, y es la motivación más poderosa q...