Capitulo 91 - Disimulas bien

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Leah miró aturdida hacía la puerta. Zac estaba inmóvil frente a ellos, con la puerta de par en par. Agarrando fuertemente el pomo de esta y mirándolos con una expresión sin emoción.

- Amore -dijo finalmente el italiano mirando con una sonrisa a su novia- ¿Tienes planes para cenar?

La chica parpadeó perpleja, miró a Zayn que aún se encontraba sentado entre sus piernas desnudas y después miró de nuevo a su novio. Tragó el nudo de su garganta y se obligó a contestar.

- Zayn ha comprado comida china -agradeció que su voz se escuchase más que un susurró.

- ¡Bien! Yo comeré algo por ahí. Los chicos me esperan para tomarnos unas copas ¡No me esperes despierta! -le aconsejo Zac risueño.

Y con esto cerró tras él, dejándolos solo y atónitos. Zayn se levantó lentamente de la cama sin dejar de mirar a la puerta. Leah reaccionó más rápido. Y con un grito de frustración se tiró sobre la cama y comenzó a patalear y sacudir las sábanas y almohadas hasta deshacerlas por completo. Enmarañada, con la ropa liada a su alrededor, despeinada y exhausta, se tendió bocarriba perdiéndose en sus pensamientos. Como si en el techo pudiese encontrar sus respuestas.

Zayn observó la escena con compasión y se le acercó con toda la ternura que le fue posible. Se unió a ella en la cama, tendiéndose a su lado y atrayéndola hacía él para abrazarla. Ella se dejó consolar y ocultó el rostro en su pecho.

- Él te ama -le aseguró Zayn, acariciándole el pelo rubio.

- Pues lo disimula muy bien - farfulló ella desde su escondite.

- Simplemente no es celoso -explicó él, no muy convencido. Algo no andaba bien con su hermano.

- ¡Oh por Dios! ¡Cuéntale eso a otra! -replicó Leah irritada- Tú has armado todo un drama solo por escuchar a tu novia darle un consejo a otro hombre ¿Qué habrías hecho si te la hubieses encontrado abrazada a tu hermano y en la cama?

¡De acuerdo, él los habría matado! Y no entendía como su hermano no hacía lo mismo. Él tenía una mujer impresionante a su lado ¿Cómo no podía darse cuenta? Cualquier hombre mataría por tener algo como lo que él tenía. Y acabaría perdiéndola por desatenderla. Aunque probablemente lo merecería. Sabía que su hermano la amaba. Podía verlo en sus ojos cuando la miraba. Había amor a raudales en ellos. Pero después tenía comportamientos como este que hacía que ella dudase. Y Zayn entendía sus motivos. Era posible que él no fuese objetivo. Nunca había hablado con su hermano del tema y sabía lo que estaba sufriendo su cuñada con el abandono de Zac. Pero nadie podía culparlo por estar junto a ella cuando lo necesitaba, al igual que hacía ella.

Ignoró el comentario erróneo sobre su dramatización de lo que había escuchado decir a Selena e intentó calmarla. Lo más convincente que pudo, para no ser un actor profesional.

- Él y yo somos diferentes. Tienes que plantearle tus dudas sobre su relación antes que el problema se agrave -sugirió Zayn, acariciándole gentilmente el brazo.

- No hay ningún problema. Para él es la relación perfecta. Puede irse de fiesta con los amigos sin que nadie le pida explicaciones y cuando vuelve tiene a una tonta calentándole la cama -se reprochó la Leah.

- ¡Tú no eres tonta y dudo que lo esperes de forma tan pacífica! -se burló Zayn, levantándole el mentón- ¿Por qué no sigues tus propios consejos y hablas con él?

- Porque no quiero tener pruebas de que no me ama. Tendría que dejarlo y no quiero.

Y sin querer hablar más del tema se acurrucó unos segundos bajo su brazo para después salir corriendo hacía la sala. Zayn se levantó y la siguió para asegurarse de que estaba bien. No tardó más de un minuto y ella ya estaba engullendo comida como si fuese una contrarreloj. Sacudió la cabeza y se sentó a su lado. Sino se daba prisa no quedaría nada para él.

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Mientras Zayn intentaba robarle algo de comida a su cuñada, al otro lado de la ciudad existía una discusión distinta.

- ¿Como que te encontraste con Zayn? -gritó Zendaya sorprendida- ¿Cuándo? ¿Donde? ¿Qué te dijo?

Selena suspiró pesadamente, apoyándose sobre la mesa del despacho privado. La música se escuchaba de fondo. La fiesta había comenzado, pero ella no podía estar más lejos de querer festejar nada.

- Te lo acabó de contar. En el aparcamiento, hace un rato y salvo irritarme profundamente, no ha dicho nada de importancia -aclaró inmersa en el recuerdo.

Por unos segundos había olvidado todo lo que había pasado entre ellos y lo único que había deseado era correr a él y abrazarlo. Estrecharla contra él. La necesidad había sido tan fuerte que aún le dolía todo el cuerpo por resistirse. Pero a medida que se iba acercando a él todo su
sufrimiento fue apareciendo en oleadas de rabia. Imágenes de su patética existencia una vez que él la había abandonado.

Hacía casi diez años él la había abandonado por primera vez. Ella se había hecho la fuerte y seguido con su vida. Pero cuando él regresó, ella amoldó su vida para ajustarse a él. Creo toda una farsa para estar a su lado. Había vivido para él ¿Y qué había hecho él? ¡Abandonarla de nuevo! había sido tonta una vez para creer que el amor y la felicidad se le era permitido. Pero ya había comprobado a base de muchas lágrimas, que ella nunca tendría ninguna de las dos cosas.

No pudo evitar exhalar un pequeño gemido, al recordar la abrasadora belleza del hombre. Se veía más descuidado que de costumbre, a pesar de su elegante porte. Había algo desdeñoso en él, en su expresión, que decía que le era indiferente llevar un Armani que un chándal. Y
para la maldita desgracia de Selena, tuvo que admitir que ella lo vería mucho mejor sin ninguna de las dos cosas encima.

Podrían ser los meses de celibato, pero desde que lo había visto no podía dejar de tener pensamientos indecorosos. Y su calor corporal no dejaba de aumentar. Había ignorado esa parte de su vida durante esos meses. Pero al parecer había despertado y no deseaba volver a dormir ¿Tan concentrada había estado en el trabajo que había olvidado su vida sexual? No, ella sabía que ese no era el motivo. Y de nuevo sus pensamientos se dirigieron al moreno de ojos preciosos que la torturaba incluso ausente.

- Necesito más detalles que eso -protestó su amiga, reanudando el tema- No me puedes decir que has visto a Zayn y ya ¡Como si nada!

- Te conté hasta el último detalle -aseguró Selena perdida en una niebla de emoción, confusa y fría.

- Solo me dijiste que lo odias y que se lo hiciste saber.

Sí, se lo había gritado con toda la energía de su cuerpo. Y podría haber seguido haciéndolo si él no hubiese mantenido inmóvil. Ella no pudo soportar el enfrentar a una estatua. Quería discutir,
gritar, ¡pegarle! Pero él solo se quedó allí quieto mientras la rabia de ella iba sustituyendo a la histeria. Decidió no humillarse más frente a él y recomponiendo su postura lo fulminó con la mirada y se marchó.

Cuando él había empezado a hablar de su trabajo como si fuese dos ex compañeros de clase que se encuentran después de un tiempo, Selena deseó apalearlo. Pero al menos pudo controlar la rabia. Hasta que se atrevió a preguntar como si le importase lo más mínimo lo que hicieran cualquiera de ellos. Él se había marchado y abandonados a todos los que eran su familia. Sin preocuparse por ellos y sus vidas. Eso la enfureció tanto que fue incapaz de seguir con la fachada de indiferencia.

Pero lo que verdaderamente la puso histérica como para comenzar a gritarle su odio, fue la respuesta que tuvo su cuerpo ante el contacto con el. Cada hormona de su traicionero cuerpo había brincado de júbilo ante su abrazo. El tenerlo tan cerca, poder oler su fragancia, notar sus
duros músculos contra ella,... ¡Era más de lo que pudo soportar! Y se odió por ello ¡Lo odió por ello! Por abandonarla y hacerle daño. Por dejarla y privarla de él. Y eso es lo que más dolía, que pese a todo lo que más le destrozaba era no tenerlo a su lado.

Quiso llorar al descubrir que aún era tan tonta como para seguir enamorada de él. Pero la puerta se abrió en ese momento sacándola de cualquier pensamiento y sustituyendo su caos mental y pena por pura sorpresa.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó Selena boquiabierta.

Zendaya se levantó de un salto al ver al hombre entrar en el despacho y se acercó a su amiga en señal de apoyo. Estaba tan atónita como ella y la curiosidad invadió a ambas. Y otro sentimiento que les decía que no era una visita que fuese a traerles buenas noticias. Algo estaba
por ocurrir y Selena no estaba muy segura de querer que sucediera. 

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Hola chicas, les dejo nuevo capítulo! espero lo disfruten :) Quien creen que acaba de llegar para ver a Selena? :o


Amigos Desconocidos |z.m • s.g|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora