Los rayos de sol inundaban la habitación. Selena comenzó a despertarse. Se tapó el rostro con una mano, intentando que la luz no la cegase. Se estiró perezosamente sobre las sábanas y miró la parte intacta de la cama que había reservado para que él durmiese. Después, miró hacía el sofá del cuarto. Estaba sola. Él habría salido temprano esa mañana. Probablemente para no tener que verla. Se tiró sobre el colchón de nuevo y cerró los ojos. No quería pensar en lo que había significado todo lo ocurrido la noche anterior.
Zayn la había dejado en el cuarto hecha un mar de lágrimas. Había llorado hasta dormirse, acurrucada en un lado de la cama. Después, había notado un cosquilleo en la cara que casi consiguió despertarla. Pero estaba en un magnifico sueño en el que Zayn la amaba y eran felices, y por supuesto ella tenía un fabuloso Ferrari para acompañarlos en esa vida de ensueño. Pero entonces lo había escuchado susurrarle que se durmiese. Él estaba allí, junto a ella, acariciándole la cara. Y le había dicho "cariño". Solo lo hacía sarcásticamente cuando estaba enojado. Pero esa vez su voz era suave, dulce, tan tierna que casi llora de felicidad.
Pero después, no pasó nada más. Vacío. Escuchó la ducha y se dijo que todo era producto del ensueño. Intentó dormir de nuevo, pero no pudo. Escuchó cada paso que dio él en la oscuridad. Notó como se acercaba a ella, y apretó los párpados intentando recordar que debería estar dormida. Iba a acostarse junto a ella, y todo su cuerpo contestó al hecho. Pero no lo hizo. Durmió en ese pequeño -y estaba segura que incómodo- sofá.
"Te necesito tanto..." le había susurrado antes de darle un dulce beso. Y estaba segura que eso no había sido un sueño. Porque pasó las siguientes tres horas intentando darle una lógica a lo sucedido ¿Qué quería decir que la necesitaba? Si fuese tan cínica como le gustaría pensar que era, pensaría que se refería a algo práctico, como que la necesitaba para hacerse pasar por su novia. Pero la verdad era que se había sorprendido a ella misma creyendo en cuentos de hadas en los que el príncipe acaba enamorado de la princesa, y no aprovechándose de su cuerpo para pasar a la siguiente.
¡Cielos, era patética! se dijo irritada. Un casto beso en la comisura de los labios y ya estaba haciéndose toda una película de amor. Él no la amaba. Y si había oído ternura en sus palabras era porque había vuelto el Zayn dulce que ella conocía. Con suerte, se quedaría lo suficiente para no acabar matándolo antes de separarse para siempre. Porque ella también había vuelto a ser la que era, y no se dejaría pisotear de nuevo.
Se levantó con decisión de la cama y se metió en el baño. Unos minutos después estaba lista para lo que se le avecinaba. Pero ¿qué sería exactamente? Habían concordado fingir ser novios. Pero no sabía que esperaba de ella exactamente. Seguiría actuando como hasta entonces, se dijo relajadamente.
¿Ignorándolo y coqueteando con su futuro hermanastro? No estaba segura de que esa fuese la imagen de una buena novia. Aunque ella nunca había sido tal cosa. Solo estaría allí unos días, y ese mismo tiempo duraría su amistas con Zayn, así que haría todo lo posible para ser la mejor novia del mundo. Después, lo sacaría de su vida y acabarían los problemas. Sonrió al espejo y se dispuso a salir.
Se encontró a Ashley y Zayn en la cocina. Ambos hablaban relajadamente y reían sin parar. Pero no se sintió amenazada. Era un ambiente cómodo y distendido. Se preparó un zumo de naranja y se sentó a la mesa, junto a ellos. Pero nada más colocarse al lado de Zayn él se levantó.
¡Se acabó el cuento de hadas! ¿Cuanto le había durado? ¿Cinco minutos? Suspiró y sonrió a la muchacha que tenía frente a ella.
- Zayn me estaba contando sus planes para hoy -informó Ashley- ¡Es tan romántico!
¿De qué estaba hablando? Iba a hacer esa misma pregunta cuando Zayn se sentó de nuevo junto a ella, le colocó un enorme tazón de leche, como a ella le gustaba y sus bollos preferidos ¿Qué estaba pasando ahí?
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Amigos Desconocidos |z.m • s.g|
FanfictionZayn Malik era un chico guapo, seductor e inteligente. El hombre perfecto, que toda mujer desearía. Y lo sabía. Se había encargado personalmente de que todas ellas se lo confirmarán. No había fémina que se le resistiese. Aunque dulce y atento con el...