Capitulo 33 - ¿Sufrir?

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Selena se dio un respiró y desapareció durante unas horas de la tensa compañía de su amigo. Con la excusa de convencer a Zendaya para que la acompañase a la fiesta, había conseguido librarse de la mirada inquisidora de Zayn. Mientras este acabó a solas con Harry.

Las dos parejas de amigos charlaron durante rato de los temas típicos para matar el tiempo hasta que les fue imposible no contar sus problemas.

- Zey no sé qué más hacer con él -admitió Selena desesperada.

- Pero yo no lo he visto distinto contigo. Es más, te iba a preguntar si ya eran novios, porque lo vi abrazarte muy fogosamente cuando hablabas con Justin el otro día -explicó su amiga sorprendida.

- No tengo ni idea a que vino eso, pero te aseguro que desde que... ¡tú sabes! No hemos hablado a solas como antes. Cada vez que nos quedamos solos discutimos por cualquier tontería. Y yo lo intento olvidar porque se que me merezco que este enojado ¡Pero no aguanto más! Da igual cuanto me sacrifique para que todo siga bien. Él no hace nada por ayudar -concluyó al borde de las lágrimas.

- Tranquila -le rogó Zendaya mientras la abrazaba- Hablen e intenten llegar a un acuerdo.

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- ¿Un acuerdo? -le gritó Zayn a Harry por su sugerencia- Lo que quiero es que se aleje de mí y deje de torturarme.

- Ella lo esta pasando mal -afirmó Harry serio- Yo finjo como ustedes que todo va bien. Pero no soy tonto, la veo sufrir

- ¿Sufrir? ¡Ja! -espetó furioso- Ella esta encantada con las atenciones de todos los hombres a su alrededor

- Zayn no te guíes por los celos y habla con ella -le sugirió su amigo intentando mantener la calma.

- ¡No puedo! Cada vez que me la acerco y me sonríe soy incapaz de razonar. Y acabo gritándole la primera tontería que me pasa por la cabeza y largándome antes de tirarme sobre ella como un perro hambriento -confesó Zayn desesperado.

- ¿Perrie y tú no...? -preguntó sorprendido.

- ¡No! Ni con ella ni con nadie -musitó enfadado levantándose de la silla con tal brusquedad que la dejó caer- Antes de saber que era tan bella ya soñaba con ella e incluso,... -se recriminó una vez más en silencio por lo que hizo- le hice el amor a una desconocida pensando en ella.

- ¡Dios! ¡Estás mal! -exclamó Harry atónito.

- Pero ahora ni así. No hay manera que este con otra. Ni se me apetece. No sé que demonios me pasa. Estoy rodeado de chicas guapas y dispuestas y en lo único que pienso es en descuartizar al tipo que este más cerca de esa torturadora.

- ¡Estás enganchado! No tienes salida amigo -dijo el muchacho mientras le pasaba un brazo por el hombro- Admite lo que sientes por ella y haz algo para conseguirla ¡Deja de negar lo evidente!

- ¡La deseo! -confesó angustiado Zayn- No sabes cuanto.

- Pues haz algo al respecto -sugirió Harry dando la conversación por finalizada.

No podía hacer nada. La detestaba tanto como la deseaba. Era todo lo contrario a lo que él pensaba que era. Superficial, coqueta, insensible y mimada. Le gustaba que todos estuviesen pendientes a cada una de sus necesidades, importándole un rábano la de los demás. Él estaba sufriendo y ella no solo no hacía nada para remediarlo sino que lo torturaba más con su belleza.

"Hacer algo al respecto" ¿Qué podía hacer él? Solo había una manera de sofocar el deseo y no pensaba acostarse con ella otra vez. Por mucho que lo desease, no lo haría. Daba igual las noches de insomnio pensando en ella o que estuviese al borde de la locura cada vez que la veía aparecer con un nuevo modelito que mostraba sus vertiginosas curvas. No pensaba ceder. Había prometido no caer y ¡no lo haría!

Cuando prometió no volver a acostarse con ella, lo hacía con la intención de mantener su amistad. Pero estaba claro que ya no había amistad. Si se acostasen... Solo era una hipótesis, se dijo. Pero si lo hiciese, no estropearían nada que no lo estuviese ya. Solo que no podía estar con alguien tan manipuladora. Aunque solo sería sexo, argumentó a favor de la idea. Y ya había estado con Perrie, que era un clon de ella.

Se había dado cuenta, a pesar de lo mucho que quisiese disimular frente a él, Selena era exactamente igual que Perrie. Ambas solo buscaban los halagos y la atención de los hombres, sin importarle ningún otro tema. Solo que Selena era mucho mejor haciendo de arpía. Había fingido tener sus mismos gustos, interés por los deportes, la naturaleza y el intelecto, cuando en realidad lo único que quería era que estuviese ahí para consentirla en todo lo que ella quisiese. Y eso había hecho durante años. La consideraba tan única y especial, que le habría bajado una estrella del cielo si lo hubiese pedido.

Echaba tanto de menos estar engañado. Daba igual que todo hubiese sido mentira, era tan feliz con esa amiga falsa. Pero el teatro terminó y ahora solo tenía la opción de encarar la verdad. Y la realidad, por poco que le gustase, era que Selena era la mujer más superficial que había conocido y que su amistad era imposible.

Pero daba igual cuan mala fuese o lo imposible que fuese volver a ser los de antes, la deseaba más que a nada en este mundo. Daba igual su interior podrido, con un exterior así se lo pasaba. Y se maldecía por la aprobación que daba su cuerpo con ese pensamiento. Estaba claro que nunca se libraría de esa sombra que lo perseguía incluso en sueños.

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- Pero ¿qué pretendes que haga? -le decía mientras tanto Selena a su amiga- ¿No has escuchado que ya no sé qué más hacer?

- ¡Lo sé! pero si tan mal están las cosas, no pierdes nada por hablar con él -afirmó Zendaya comprensiva- Aprovecha la fiesta de Harry y acorrálalo. No le quedará de otro que hablar contigo.

- Hará lo de siempre y se largará sin haberme dejado hablar. O comenzará una pelea absurda por cualquier cosa, evitando decir lo que en realidad piensa. A no ser que... -se interrumpió Selena emocionada ante la perspectiva de poder hablar sin interrupciones.

- No pensarás amordazarlo ¿verdad? -bromeó su amiga ante su cara iluminada.

- Es una idea, pero no -comentó Selena desechando la idea fácilmente- Tengo un plan y necesito tú ayuda para llevarlo a cabo.

- Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites.

Si él no quería hablar con ella se iba a tener que aguantar, porque no le quedaría otra opción. Ya se había hartado de ser la niña buena, sonriendo como una imbécil ante todo lo que decía, aunque fuese despectivo. Ella no era ninguna hueca que se dejase vapulear por un hombre simplemente porque este estuviese enfadado. Si había algo que lo enfurecía que hablase de ello o que bebiese agua. Que su madre siempre decía que era muy buena para el enfado. Lo que no pensaba permitir era un insulto más. Si él quería despreciarla por lo ocurrido ¡perfecto! Pero antes tendría que escucharla.

Habían sido semanas muy duras para ella. Y no tenía la menor intención de acabar una relación tan larga e intima, agachando la cabeza y marchándose como si fuese la culpable del fin del mundo. Ella se marcharía, sí, y se acabaría su amistad, pero antes ese cabezota la escucharía. Aunque fuera lo último que hiciese en su vida, ¡ese cretino sabría lo que opinaba de su comportamiento!


Amigos Desconocidos |z.m • s.g|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora