Leah entró en la luminosa habitación, de grandes ventanales, con una intrincada bandeja de plata, en la que llevaba tres finas copas y una botella de champán. Se encontró con Selena y Zendaya, absortas aún ante la imagen que reflejaba el espejo ante ellas.
Selena suspiró ansiosa y alisó su vestido por decimoquinta vez ese minuto.
- ¡Zey recuérdame porqué hacíamos esto! –rogó Selena con mirada suplicante, ante el espejo.
Su amiga también suspiró hasta quedarse sin aire, para inhalar profundamente, intentando darse fuerzas.
- Se supone que los amamos –respondió a su petición.
- ¡Oh, sí! –asintió Selena como si asimilase las palabras.
- ¡Y ellos a nosotras! –añadió Zey mirándola a través del espejo.
- ¡Oh, sí! –aceptó de nuevo Selena.
- Pero... -arrugó su vestido entre sus puños y sollozo asustada- ¡Siguen pareciéndome pocos argumentos! –exclamó Zendaya como fin a un diálogo que habían repetido demasiadas veces esa mañana.
- Yo tengo dos más –les hizo saber Leah llenando las copas del burbujeante elixir y repartiéndolas.
Selena y Zendaya se giraron para encontrarse con la más reciente de sus amigas y aceptar el licor. Leah se había convertido en ese año en parte de la familia. Las tres chicas habían compartido días de compras, confesiones y risas. Habían creado una bonita amistad, pese a que la rubia no se dejaba engañar y aceptaba el vínculo tan especial que existía entre ellas dos.
Las chicas bebieron de un trago su copa y esperaron expectantes su respuesta.
- Primero, los atan legalmente a ustedes –afirmó viendo el interés en el rostro de Selena- Y segundo –se interrumpió para regalarles una sonrisa malévola- si se divorcian pueden dejarlos en calzoncillos.
Selena y Zendaya se miraron y encogieron de hombros ante los argumentos para no huir de su inminente boda.
- ¡A mi me bastan estos argumentos! –aseguró Selena con una sonrisa pícara.
- Con los millones que tiene Harry en el banco, a mí también – bromeó Zendaya haciendo estallar en risas a las tres.
Las novias se relajaron y volvieron a su sitio frente al espejo. Zendaya llevaba un sencillo vestido de manga corta y hombros descubiertos, de fina pedrería. Selena había optado por una seda blanca resplandeciente que se ceñía desde su pecho hasta el comienzo de sus caderas, dejando al descubierto sus hombros y unas delicadas mangas de encaje. Mientras que los cabellos de Zey estaba recogido y adornado con pequeñas flores blancas, el de Selena caía en cascada sobre su espalda en un semi recogido oculto por el velo.
Todo un año había conseguido posponer la boda Zendaya. Y aunque prácticamente vivía como una mujer casada, el miedo no desaparecía. Pero Harry le había demostrado tanto amor que ya no podía dudar de él.
Llamaron a la puerta y las tres chicas se sobresaltaron. Se giraron para ver asomar lentamente el sonriente rostro de Zayn.
Unos meses antes Selena había bromeado con que el único modo de hacer que sus amigos se casasen era acompañarlos en la boda.
Al día siguiente Zayn estaba de rodillas, en su parque con un diamante entre las manos, pidiéndole compartir el resto de sus vidas. Ella no había dudado en aceptar. Zayn se había desvivido en recuperar su confianza y hacerla sentir segura y querida. Mientras que Selena había conseguido eliminar sus desinhibiciones y declarado su amor cada día con tanto entusiasmo que aún le hacía emocionarse al escucharla.
- ¿Puedo hablar con mi novia un minuto? –preguntó Zayn con una sonrisa tierna.
- ¿No sabes que ver a la novia antes de la boda da mala suerte? –protestó Leah colocándose frente a él.
- ¿Tú crees en esas cosas? –se extrañó el chico, mirándola ceñudo.
- No, pero en las películas siempre lo dicen y me pareció un bonito cliché –explicó la joven caminando junto a él para salir del cuarto.
- Nunca pensé que diría esto –afirmó Zey con un exagerado suspiro- pero esa mujer está más loca que Selena.
- ¿Qué? –Protestó Selena fingiendo estar ofendida- ¡Obvio que yo lo estoy más! –bromeó la chica haciendo reír al resto.
- ¡Claro que sí, mi amor! –Afirmó Zayn acercándose para abrazarla- Que nadie te quite el puesto nunca.
Zey sonrió a la pareja entrelazada y salió de la habitación. Zayn observó cada detalle del suave maquillaje, y el precioso vestido de su novia. Estaba espectacular, y quería memorizar cada detalle en ella.
- ¿Qué haces aquí, en lugar de junto a Harry muerto de los nervios, como cualquier novio? –preguntó ella curiosa y juguetona.
- Pensé que en un momento como este necesitarías tener a tu lado a tu mejor amigo –explicó Zayn con el rostro iluminado por el amor.
Selena sonrió de felicidad y lo besó con ternura. Sí, era exactamente lo que necesitaba ¡A él a su lado, para siempre!
- Me has hecho el hombre más feliz del mundo ¡Nada podría cambiarlo! –aseguró él extasiado.
Selena se alejó de él nerviosa y se miró de nuevo al espejo para alisarse el vestido una y otra vez.
- Puedo asegurarte que todo puede cambiar muy rápido –afirmó ella, ansiosa.
- ¿Vuelves a tener dudas? –preguntó extrañado, rogando interiormente para que no fuese así.
- ¡No! –Negó efusivamente ella- Es que como soy una chica muy solidaria –bromeó ella con una sonrisa nerviosa- no puedo permitir que nuestro hijo juegue solo –aclaró acariciándose el vientre, esta vez sin disimular alisarse el vestido.
- Voy... a ser... ¿papá?
Selena asintió lentamente y el rostro sorprendido de Zayn se transformó en pura felicidad. La abrazó por la cintura, la subió por los aires y comenzó a dar vueltas con ella a salvo entre sus
brazos y riendo sin parar.
De mejores amigos a amigos desconocidos ¡a amor real!
Fin______________________________________________________________________
¡POR FIN! Chicas este es el final, sé que a algunas les pareció precipitado pero literal ya llevamos casi 100 capítulos :O Asi que este Fanfic merecía un lindo final :) Espero les haya gustado toda la historia, les mando un beso enorme!! Las veo en próximas historias ;)
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Amigos Desconocidos |z.m • s.g|
FanfictionZayn Malik era un chico guapo, seductor e inteligente. El hombre perfecto, que toda mujer desearía. Y lo sabía. Se había encargado personalmente de que todas ellas se lo confirmarán. No había fémina que se le resistiese. Aunque dulce y atento con el...