Capitulo 3 - El amor es una fantasía

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Selena había decidido exactamente lo que haría para librarse del molesto novio, y así se lo contó a Zendaya. Su amiga tenía reservas respecto al plan. Le había propuesto que huyese si lo veía o inventase una tapadera. En vez de esto Selena había decidido defenderse atacando.

- No me parece un buen plan -dijo escéptica- Así no consigues quitártelo de encima sino todo lo contrario -protestó Zendaya.

- Mi amiga -cubrió uno de sus hombros con el brazo- Puede que no me libre de él pero lo tendré dominado ¿Para que mentir si soy una experta manipulando?

- Pero Justin se está enamorando de ti. Sino lo desilusionas será peor

- Para él, no para mí. Si se enamora es su problema. Yo le dejé claro que no quería nada serio. Si se empeña en ver donde no hay, i'm sorry, pero no tengo la culpa

- Me importa un pimiento el corazón roto de el, pero si lo buscas ¿no será peor para ti? Quiero decir que se obsesionará y te dará más problemas

- Mi pobre e inocente Zey -se burló mientras la abrazaba- ¡Tengo tanto que enseñarte!

- ¡Loca! -rió divertida- Yo sé que siempre consigues lo que quieres pero en este caso creo que no te saldrá. Y obvio tienes mucho que enseñarme.

- Como por ejemplo; a librarte de ese novio tuyo.

Zendaya era sensual, extrovertida y tan traviesa como Selena. Pero el acaparador, posesivo y celoso de su novio la hizo olvidar su propia forma de ser. Aunque había conseguido dejarlo, seguía sucumbiendo a sus encantos en cuanto se le aparecía. Le rogó de todas las formas posibles a Selena que la ayudase a ser suficientemente fuerte para olvidarlo. Y había comenzado la instrucción.

- Ya no es nada mío -gruñó Zendaya.

- Recuérdatelo cuando lo veas. Mira a tu alrededor -la giró para que viese a todos los hombres que la observaban- No hay un solo hombre de esta habitación que no desee acostarse contigo. Y salvo sexo, tu querido James no te aportaba nada más. Yo sé que no es fácil volver a crear la confianza e intimidad que ya tenías. Pero él no te aportaba nada. Busca en otros lo que necesites. Seguro que obtendrás más de lo que tenías.

- ¿No crees en el amor? -preguntó extrañada.

- Zey, claro que creo en el amor, ¡yo estoy enamorada!

- ¿De quién? -quiso saber curiosa.

- De Peter Pan, pero la diferencia de edad lo hace imposible.

- ¡Graciosa! Bueno, pues yo si he estado enamorada y aunque es doloroso, ¡existe!

- El amor es tan real como los cuentos de hadas. Solo existe lo que hay en tu imaginación. Si quieres creer existirá sino confórmate con la realidad. Tú estabas habituada a una vida con un hombre que te cohibía y por el que la atracción y la intimidad, te habían hecho necesitarlo. Pero si cubres todas tus necesidades, él dejará de ser relevante -concluyó- Solo te acuerdas de él porque no estás satisfecha.

- ¿Crees que es fácil olvidar a el amor de mi vida?

- No. Creo que es fácil olvidar a un tipo que solo te ha hecho sufrir. Y comprobarás que también será divertido. Un verdadero amor solo es de verdad si te hace feliz, sino lo hace ¿para qué lo quieres?

- ¡Gran teoría! -afirmó sonriente.

- Los hombres son tan... simples. Pero pueden ser realmente divertidos -concedió burlona- ¡No te conformes con lo bueno que tienes si puedes conseguir lo mejor que existe!

- ¿De quién es esa frase?

- ¡Mía!

El buen humor del momento se esfumó en cuanto vio acercarse a Zayn. Era evidente que la belleza de Zendaya no le había pasado desapercibida. Pero antes de que este llegase ella se fue, asustada por no saber si metería la pata y hablaría de más. Selena la sonrió y despidió, tras lo cual se aproximó a su amigo, ceñudo al verla marcharse.

- ¿Ya se va tu amiga?

- Ya se ha ido. Por mucho que mires la puerta no va a volver -bromeó risueña.

- ¿De que se conocen? -preguntó asombrado Zayn.

- Trabajamos en la misma Disco todos los fines de semana -dijo serena Selena.

- ¡Muy graciosa! Ya en serio ¿de qué se conocen?

Conste que yo dije la verdad, pensó Selena. Pero ella sabía exactamente como decir las cosas para resultar creíbles o no. Y decir una bomba como esa de la forma más tranquila que le era posible, no era en lo absoluto creíble. Y lo sabía. Por eso sonrió, sacudió la cabeza y resolvió sus dudas. En realidad no lo hizo pero le dio una respuesta que hizo que se olvidará de la escultural morena.

- Es mi mejor amiga -afirmó impasible.

- ¡Yo soy tu mejor amigo! -corrigió enfadado.

- Bueno, hay cosas que no puedo hablar contigo.

- ¿Cómo qué? ¡Yo te lo cuento todo! -replicó cruzándose de brazos irritado.

- Lo sé -y lo cuentas con todo lujo de detalles, pensó- Pero tú te aburrirías con algunas cosas que comparto con ella.

- ¡Oh vamos! ¿Pretendes que me crea que hablan cosas de "mujeres", que van de compras y se maquillan frente a un espejo mientras hablan mas de los hombres?

- Zayn -dijo Selena boquiabierta mostrando su mejor cara de sorpresa- ¿no me digas que eso es lo que haces tú los sábados por la noche cuando no te veo? -continuó soltándose en carcajadas- Porque para ser hombre sabes muy bien lo que hacen las mujeres a solas.

- Yo... ¡Oh Sel! No digas tonterías

- Vamos guapo, no te enojes -ordenó con una gran sonrisa mientras lo abrazaba-

- ¿Soy tu mejor amigo? -preguntó aun enojado.

- ¡Obvio! -respondió divertida.

- ¡Bien! -dijo serio pero aliviado mientras la llevaba abrazada hasta la cafetería como si se le fuese a escapar.

Selena sabía desde hacía años lo celoso que era su amigo. La sola idea de que otra persona pudiese ocupar su lugar hacía que se distrajese con enorme facilidad. Y ella sabía utilizarlo a su favor. Había pocas cosas que ella no supiese como utilizar para su provecho. La única que conocía era la felicidad. Nunca fue capaz de utilizarla como era debido. Pensaba que no estaba hecha para ser feliz, que no sabía valorarlo o que simplemente, le aburría enormemente. Puede que solo fuese que aún no había conocido la verdadera felicidad. Si es que existía.

Para la desgracia de Selena no todos sus amigos eran tan volátiles, y en cuanto llegó junto a ellos tuvo que contestar al interrogatorio. Inventó un encuentro casual y una floreciente amistad, basada en el apoyo incondicional. Intentó convencerse de que no era todo mentira, pero comparar una amistad forjada tras la competencia en un local de moda por ser la más exuberante, con una inocente amistad bienintencionada entre dos personas que no comparten el mismo círculo social... no era en absoluto parecido.

Estaba claro que las botas altas y el vestido de un tono chocolate, ceñido hasta la mitad del muslo y abotonado, que llevaba Zendaya, no combinaban, para nada, con los vaqueros gastados y la camiseta ancha de Selena. Era lógico que todos pensasen que esa amistad era extraña y peculiar. Pensarían que Zendaya estaría haciendo una obra de caridad y quizás quisiese ayudarla a ser más femenina, o que Selena, por alguna razón incomprensible para aquellos hombres, se había acercado a ella para ayudarla en algún asunto. Sabían que ella tenía debilidad por ayudar a todos los que necesitaban ayuda, pero también sabían que Zendaya era la clase de mujeres que Selena no soportaba. Pero ¿por qué?, se preguntó Selena ¿Tan difícil era de creer que una mujer autosuficiente sea amiga de otra aunque vistan de distinta forma y tengan distintos gustos? Habría sido un gran argumento, pensó Selena, sino fuese porque ese vestido era suyo.

Amigos Desconocidos |z.m • s.g|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora