El regalo era una caja llena de muffin's de chocolate, su admirador no tan secreto había ideado una manera de entregársela sin dejar al descubierto su identidad. La cosa estuvo en que Joaquín, en lugar de sentirse enojado por haber sido empujado tan bruscamente, estaba infinitamente feliz porque el regalo fueran muffin's, su admirador sabía que los amaba.
No compartió ni uno solo, porque eran simplemente suyos y se sintió feliz todo el día, abrazando su caja de muffin's y sonriendo sólo por el hecho de tenerla consigo, claro que no se los terminó porque eran demasiados y no podría con todos, así que se los llevó a casa, donde fue claramente interrogado apenas apareció.
-¿De dónde salió esa caja, cielo? - preguntó su madre mientras se secaba las manos con un pañuelo para la cocina.
Joaquín no pudo ocultar la sonrisa que le produjo recordar quién se la había dado, bueno, no específicamente quién, pero se entendía el punto. Su padre iba pasando por ahí justo en ese momento con un libro entre las manos y se detuvo al verlo sonreír por la pregunta de su madre.
-Fue un regalo de- miró a sus dos padres sin saber qué contestar, especialmente porque no podía decir "Un amigo" o "Un conocido" porque KJE no era ninguna de las dos y no sabía si sería correcto mencionar qué eran realmente. -alguien.
Su madre dejó de sacar la gelatina del molde donde estaba y lo miró sorprendida, su padre hizo la misma expresión y ahí Joaquín supo que, quizás, no había sido una buena idea intentar ocultar lo que pasaba realmente con KJE, sus padres tarde o temprano terminarían descubriéndolo, sobre todo siendo psicólogos.
Desde siempre Joaquín había aprendido a no guardarse nada y decir lo que sentía, no tenía ningún secreto con sus padres porque siempre estaba contándoles todo, era incapaz de mentir aún si se tratara de algo que no pudiera decirles; él aun así se los diría, porque son sus padres y le han enseñado a confiar en ellos. Retuerce los dedos de los pies mientras abraza la caja con fuerza, mira a los dos intercaladamente al tiempo en que deja su chaqueta en el recibidor.
Se sentía casi tan nervioso como la vez que les confesó que era gay. Dejó sus llaves en el colgador de llaves que decía "Llaves" antes de suspirar y mirarlos.
-Tengo un admirador secreto- dijo suavemente con una pequeña sonrisa, esperando que la emoción no se filtrara a través de sus palabras, sus padres se dedicaron una mirada antes de sonreírle.
-¿Un admirador? - pregunta su madre volviendo a la tarea de sacar la gelatina del molde, su padre camina hacia el librero y guarda el libro antes de regresar a donde estaba para interrogar también.
-¿Es un chico? - su padre sonríe, Joaquín piensa durante un segundo y luego sonríe asintiendo, porque su admirador no había dicho nada a ciencia cierta, pero le había ahorrado demasiada búsqueda sin proponérselo, al insinuar en todas sus cartas que era un chico. -Uh, ¿Y sabes quién es?
-Si supiera no sería secreto- dice Joaquín rodando los ojos y abriendo la caja para dejarles a sus padres ver lo que contenía la caja, se miraron de nuevo, esta vez con una sonrisa en los labios-. Me regaló muffin's porque sabe que los amo y también me dijo que no le gustaría que yo me decepcionara al saber quién es.
-Oh, tenemos un chico inseguro- murmuró su padre antes de intentar robar un poco de gelatina, claro, no pudo porque de inmediato la madre de Joaquín le dio un manotazo, él bufó y volvió a hablar del tema-. Eso es realmente curioso, ¿Ha dicho algo más?
-Sólo cosas sobre mi- se encogió de hombros, su padre volvió a intentar robar un trozo de gelatina. De nuevo, no pudo-. Cosas como que le gusta mi sonrisa, que le gusto o que me compraría todos los muffin's del mundo por verme sonreír.
-Curioso- volvió a comentar su padre y su madre estuvo de acuerdo con una especie de "Umhum" mientras movía una cuchara en la olla que estaba sobre la estufa-. Es probable que incluso el problema no sea sólo el rechazo, ¿Tú qué opinas cariño?
-El chico definitivamente teme el rechazo- afirmó su madre aun moviendo la cuchara para mezclar algún alimento que el castaño no consiguió ver. - pero también teme no ser lo suficientemente bueno para ti. Ah, esa clase de personas son tan fáciles de leer, ¿Quieres puré corazón?
-Me encantaría.
-¿Entonces están diciendo que él teme que lo rechace por no ser suficiente para mí? - ambos padres asintieron ante la pregunta de Joaquín, Joaquín miró el suelo durante un segundo, preguntándose si eso era verdad, que de hecho era muy probable que sí porque sus padres casi nunca se equivocaban al leer a la gente, aunque fuera grosero hacerlo sin su consentimiento-. Pero ¿Quién decide lo qué es suficiente para mí?
-He ahí el problema- comentó su padre saboreándose el dichoso puré de manzana con canela-. El único que puede decidir qué es suficiente para ti eres tú y el chico cree que puede decidirlo.
-¿Entonces debería responderle? - ahí todos se quedaron estáticos, incluso Joaquín, quien no había considerado el peso de sus palabras hasta que estuvieron fuera de su boca, como muchas veces le pasaba. -No sé, algo como "Gracias por los muffin's" o quizá un "Nunca lo sabrás si no lo intentas", no lo sé, no lo sé.
-¿Qué tal un? "Gracias por los muffin's, No creo que me decepciones" - propuso su madre con una sonrisa y sacando de algún lado una libreta junto con un bolígrafo, Joaquín cree que se trata del mandil de su madre, esa cosa es mágica desde que tiene memoria, apareciendo cosas de la nada en los momentos indicados. -Seguro le animará que le escribas algo así y no se rendirá en conquistarte, aunque, por lo que veo, no le está siendo muy difícil.
Ahí Joaquín se sonrojó mientras tomaba la libreta para proceder a escribir el "Gracias por los muffin's. No creo que me decepciones" que ofreció su madre, agregándole después un "Seas quien seas" y un "De Joaquín Goodman para KJE"
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٭𝚄𝚗𝚍𝚎𝚛𝚍𝚘𝚐 || 𝙴𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚌𝚘 ° ٭⊹
Novela Juvenil↬𝕁𝕠𝕒𝕢𝕦𝕚𝕟 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕥í𝕡𝕚𝕔𝕠 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕠𝕕𝕠 𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕔𝕠𝕝𝕖𝕘𝕚𝕠 𝕒𝕕𝕠𝕣𝕒, 𝕝𝕒 𝕞𝕒𝕪𝕠𝕣í𝕒 𝕕𝕚𝕔𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕣 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 é𝕝 𝕠 𝕕𝕖 𝕒𝕝𝕘𝕦𝕟𝕒 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕠𝕤𝕖𝕖. 𝔼𝕩𝕔�...