Joaquín amaba a sus amigos y estos lo amaban a él, pero a veces sentía que lo trataban como a un bebé. Siempre estaban cuidándolo y defendiéndolo de todos, incluso evitaban decir groserías en su presencia porque sabían que no le gustaban.
Sin ir demasiado lejos, cuando EJ le envió esas cartas de hater como KJE, todos sus amigos se molestaron e hicieron hasta lo imposible porque lo olvidara, el menor estaba seguro de que de tenerlo enfrente le habrían saltado a la yugular sin pensarlo. Sus amigos siempre han estado ahí para defenderlo, sin importar las circunstancias o el momento, era como si fuera el hijo de sus amigos y no le molestaba que lo cuidaran, para eso son los amigos, sin embargo, pensaba que era demasiado.
No se los decía, claro, no lo consideraba necesario, más porque él mismo no sabía defenderse, incluso el ojiverde lo había defendido una vez y se sentía bien ser defendido. Pero ahora estaba solo.
Bueno, no literalmente solo, porque Andrés había estado allá atrás viendo lo que ocurría, con el rostro desencajado del enojo y sin saber qué diablos hacer, porque el castaño le había prohibido defenderlo y, por alguna razón, sus amigos le hacían caso porque casi nunca les pedía que no lo hicieran.
Ahora, lejos del ojo público, Cam estaba regodeándose en que Joaquín le hacía caso, en que se dejaba mangonear por él, en que incluso parecía tenerle miedo. Y sip, tenía miedo, pero no el suficiente como para cometer tal estupidez. Jamás le había gustado alguien de la manera en la que le gustaba el mayor, nadie se había metido tanto en su cabeza y en su vida como para que el sólo hecho de pensar en alejarse de él le doliera tanto.
EJ significaba mucho más para él de lo que podría significar para cualquier otra persona, se había enamorado tan lento y a la vez tan rápido que lo que sentía por él iba intensificándose con el tiempo, cada vez que lo veía, lo amaba más que el día anterior; separarse del mayor sólo porque un idiota se lo pedía no estaba en sus planes
Pero no quería perder su empleo.
Se puso de pie tan rápido que la silla en la que estaba sentado se cayó, Cam frunció el ceño y también se puso de pie, recargándose del escritorio para poder estar más cerca de Joaquín.
—Lo haré— dijo con la voz firme y sin dejar de mirar a Cam a los ojos, demostrándole que estaba haciéndole caso, pero no porque tuviera miedo o fuera débil.— terminaré con EJ.
La sonrisa de Cam se le hizo tan hipócrita que casi le dieron náuseas, pero mantuvo la postura que tenía. Ya no más niñito tierno.
—Termínalo ahora, llámale o algo— la voz de Cam seguía sonando como si él fuera superior y le sonrió, el castaño igual sonrió.
—Claro— el menor sacó su teléfono celular sin perder la sonrisa ni el contacto visual, ni siquiera para seleccionar el contacto al que iba a llamar. Puso la llamada en alta voz y cuando EJ dijo "¡Joaquinito!", él habló—. EJ, hola, terminamos.
Él ojiverde apenas estaba diciendo "¿Qué?" cuando el castaño volvió a colgar, dejó el teléfono sobre el escritorio con un estruendo que hizo a Cam saltar ligeramente y sonrió.
—Ya, ¿Eso es todo?— ladeó la cabeza el menor, aún con una sonrisa sobre los labios, como si no le hubiera afectado en lo más mínimo.— ¿O también quieres que termine con mis amigos?
Cam tenía la boca ligeramente abierta y parpadeaba repetidas veces, pero carraspeó y volvió a hablar.
—Eso sería todo— poco a poco recupero la postura que tenía, se cruzó de brazos y sonrió tan grande que a Joaquín le dieron muchas, en serio muchas ganas de golpearlo—. Estás recontratado. Vuelve mañana, a tu mismo turno.
—Aquí estaré— aseguró e inmediatamente después salió del lugar, cerrando la puerta con delicadeza, y mirando a Cam a través de la pequeña ranura que dejó la puerta para sonreírle y decirle adiós con una mano.
Una sensación de alivio recorrió su pecho, como si hubiera estado usando unos pantalones muy ajustados y por fin se los pudiera quitar, se sentía como un héroe. Acababa de terminar con su novio, pero se sentía bien, no por terminar con él, sino porque sentía que al fin había tomado una decisión contra Cam, sentía que al fin se había defendido por sí mismo.
Esta vez había sido enteramente él, no Andrés, no Amber, no Andi, no Buffy, no EJ, él, completamente él. Se sentía bien que lo defendieran, sí, pero se sentía igual de bien o más, defenderse por sí mismo.
Andrés lo miró como si estuviera loco cuando salió de la oficina de Cam, todos estaban cuchicheando a su alrededor, y Joaquín iba sonriendo como si acabara de ganarse un helado gratis, lo cual no concordaba con lo que acababa de hacer. Salió del restaurante con la frente en alto, sonriendo, y llegó a su casa con los ánimos hasta arriba, no cabía en sí de la felicidad.
Su teléfono podía explotar de tantos mensajes que estaba recibiendo al mismo tiempo, el menor era una de esas personas que gustaban de responder rápido, pero esta vez no se tomó la molestia ni de mirarlos, se sentía poderoso, como si el mundo estuviera ardiendo a su alrededor y él solamente lo observara. Revisó de quién eran los mensajes de su teléfono y sonrió al ver que tenía alrededor de doce mensajes de Amber, cinco de Andrés, diez de Andi, diez de Buffy y más de treinta de EJ.
Era de cierta forma liberador, no sabía cómo explicarlo, pero ya no se sentía como si fuera la misma persona que hace unas horas, había ido a pedirle a Cam que lo recontratara y, a partir de ese momento, iba a dejar de serlo por completo.
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Espero les haya gustado, no olviden Votar. ✌🏻
Dejen sus comentarios para saber sus opiniones, al igual si notan un error ortográfico en la historia.
Sin mas que decir, se les quiere.♡
Parece que de tanto que le apretaron los pantalones no le subió la sangre a la cabeza . . . 🙃
Jajaja
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٭𝚄𝚗𝚍𝚎𝚛𝚍𝚘𝚐 || 𝙴𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚌𝚘 ° ٭⊹
Teen Fiction↬𝕁𝕠𝕒𝕢𝕦𝕚𝕟 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕥í𝕡𝕚𝕔𝕠 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕠𝕕𝕠 𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕔𝕠𝕝𝕖𝕘𝕚𝕠 𝕒𝕕𝕠𝕣𝕒, 𝕝𝕒 𝕞𝕒𝕪𝕠𝕣í𝕒 𝕕𝕚𝕔𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕣 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 é𝕝 𝕠 𝕕𝕖 𝕒𝕝𝕘𝕦𝕟𝕒 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕠𝕤𝕖𝕖. 𝔼𝕩𝕔�...