Al principio se sintió tonto por pensar en que, tal vez, Cam estaba saboteando sus citas con EJ, porque no tenía sentido que fuera de esa manera. Por lo que supo, Cam nunca le había hecho caso a EJ, no tendría que estar haciendo esa clase de cosas si su tiempo había pasado, él mismo no lo haría, eso era demasiado egoísta.
Sin embargo, y sin que fuera la primera vez, había caído ingenuamente en las garras de la sonrisa resplandeciente de Cam, quien aparentemente era todo un pan de Dios. No sólo lo había retenido más tiempo en el trabajo durante su siguiente cita, sino que ahora también lo trataba mal, le ordenaba hacer cosas que no se supone que tendría que hacer, le retenía el dinero de su paga.
Pero la peor de todas: había estado diciéndole a los demás empleados que EJ era su novio y que Joaquín se lo había robado. Obviamente eso último no era cierto, pero se había encargado de que todos pensaran que sí.
Andrés había querido apoyarlo las primeras veces, pero le había ordenado olvidar el asunto, porque Cam era capaz de despedirlos a ambos y, de ser posible, Joaquín prefería que sólo lo despidieran a él. Además, sabía que lo que ese mentiroso era sólo eso, mentiras, no tenía por qué tomarlo en serio sí el castaño sabe que eso no lo representa.
Aunque era difícil, porque todos sus compañeros de trabajos habían comenzado a tratarlo mal y muchas veces el menor regresaba llorando y tenía que fingir que sólo era por cansancio. De todas maneras, las veces que el ojiverde había ido al restaurante se veía feliz con Cam, no quería romper eso, a pesar de que él sabía lo malo que era.
—Aquí está su pedido— la mujer frente a él le sonrió, dejando dinero en el frasco de propinas que le correspondía a Joaquín—. Gracias por su compra, vuelva pronto.
La mujer se fue, con la bolsa de papel en las manos y él suspiró, feliz de que las situaciones externas no le impidieran seguir siendo amable con los clientes. Iba a tomar su propina para guardarla, cuando otra mano se posó sobre el frasco de propinas y el menor sabía de quien era esa mano.
Apretó el frasco con algo de fuerza, logrando que sus nudillos se pusieran blancos y luego volteó a mirar a la persona que también sostenía el frasco. Cam Goode que de bueno no tenía más que el apellido.
Andrés a su lado se mordió el labio inferior, claramente molesto y queriendo intervenir, pero sabiendo que al castaño no le gustaría que hiciera eso.
Cam había tomado la costumbre de tomar sus propinas porque "No estás haciendo un buen trabajo Joaquín," y, sin importarle que los clientes opinaban distinto, tomaba el dinero y se lo quedaba él. Joaquín no protestaba, no quería problemas y menos con su jefe, era su primer empleo, debía tener un buen desempeño.
También en parte se debía a eso que era amable con los clientes, tenía la ligera esperanza de que Cam se apiadara de él al verlo ser tan carismático. Nunca pasaba.
—¿Qué haces?— Cam le arrebató el frasco, haciéndole un rasguño en la mano al menor al hacerlo.— No estás haciendo correctamente tu trabajo, hasta que lo hagas, tendrás propina.
Dicho esto, el otro chico se guardó el dinero en los bolsillos, dejó el frasco en su lugar y volvió a su trabajo. Sólo hasta que se fue Andrés volvió a respirar, rechinando los dientes y sacando humo por la nariz.
—Deberías dejarme hundirle el puño en el cráneo— masculló su mejor amigo, dándole su pedido a unos clientes y recitando lo que se les decía a todos siempre, antes de voltear a mirarlo—. Es un hijo de puta.
—¡Andrés!— chilló Joaquín, corriendo a taparle la boca, pero su amigo lo esquivó para seguir hablando.
—No voy a disculparme por decir la verdad— el mayor volvió a rechinar los dientes, apoyando ambas manos en el mostrador—. Ni siquiera sé por qué está tratándote así.
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٭𝚄𝚗𝚍𝚎𝚛𝚍𝚘𝚐 || 𝙴𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚌𝚘 ° ٭⊹
Novela Juvenil↬𝕁𝕠𝕒𝕢𝕦𝕚𝕟 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕥í𝕡𝕚𝕔𝕠 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕠𝕕𝕠 𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕔𝕠𝕝𝕖𝕘𝕚𝕠 𝕒𝕕𝕠𝕣𝕒, 𝕝𝕒 𝕞𝕒𝕪𝕠𝕣í𝕒 𝕕𝕚𝕔𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕣 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 é𝕝 𝕠 𝕕𝕖 𝕒𝕝𝕘𝕦𝕟𝕒 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕠𝕤𝕖𝕖. 𝔼𝕩𝕔�...