𝒞𝐻𝒶𝓅𝓉ə𝓇 59

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Cuando Joaquín abrió la puerta de su casa, lo que menos se esperó fue encontrarse con Amber llorando a lágrima viva mientras abrazaba un oso de felpa, luciendo demasiado triste, así que la dejó pasar para que le explicara el por qué estaba así.

Ella solamente se sentó en el sofá sin decir nada, todavía llorando de manera incontrolable. El castaño tenía a Jogger de visita, así que el gato inmediatamente se subió al sofá y exigió la atención de Amber, la rubia lo acarició un poco antes de sonarse la nariz y voltear a mirarlo. Tenía los ojos rojos y estaba vestida como si acabara de venir de una fiesta o algo así, se sentó junto a ella e iba a preguntarle qué le pasaba.

Pero ella le puso una mano en la boca y lloró un poco más antes de hablar. Joaquín tenía planeado salir con EJ dentro de poco, de hecho, estaba arreglándose cuando Amber tocó, pero terminó enviándole un mensaje para comunicarle que Amber estaba llorando en su casa y que probablemente no llegaría.

El más alto le había respondido que estaba en las mismas, porque Renata había llegado a su casa de igual forma. Acordaron atenderlas y que después tendrían tiempo de verse.

—Peleé con Renata— susurró ella, limpiándose nuevamente la nariz y suspirando.— ella me armó una escena de celos, dijo que estaba coqueteando con un chico y, Joaquín, yo te juro que no fue así.

—Pero ¿Cómo?— el judío se acercó más a ella y le puso una mano en el hombro como apoyo, ella asintió—. A ver, explícame qué pasó.

—Lo que pasa es que fuimos al centro comercial— el castaño asintió para que su amiga continuara hablando.— Y ahí fuimos a una cafetería y, un chico se acercó a hablarnos. ¡Joaquín, te juro que yo sólo estaba siendo amable! ¡Ella no tenía por qué portarse así!

Amber siguió llorando y explicando la situación, relatándole al judío cómo había estado todo el asunto. Resulta que el chico pensaba que eran amigas, y decidió hacerle plática a Amber luego de que ella le explicara que Renata era sorda, y la pelirroja fue demasiado grosera con el chico desde el principio, sin querer entablar conversación alguna y al final resultó en Renata haciendo una rabieta y diciéndole a Amber que dejara de coquetearle a ese chico.

Joaquín comprendía la molestia de Amber, puesto que, así como le había puesto la situación, no había razón para que Renata se molestara a ese grado. Amber era su novia, sí, pero precisamente por eso tendría que confiar en ella, así como él hacía con EJ y EJ con él.

La rubia dejó de llorar paulatinamente, el castaño estaba solo en casa porque sus padres habían salido al cine en una noche de parejas y él no había querido entrometerse, así que decidió ponerse de pie e ir a hacerle un té a Amber para que se calmara, la chica lo siguió hasta la cocina sin decir ni una sola palabra, se sentó en una silla cercana a la barra y recargó su barbilla sobre la palma de su mano con un suspiro.

—Lamento estar aquí haciéndote este drama— Amber habló, poniéndose de pie para acercarse hacia uno de los gabinetes de la cocina y sacar de ahí un frasco de galletas.— pero de verdad no supe a quién más acudir.

—No, está bien— el pelinegro le sonrió, aceptando la galleta que le ofrecía mientras seguía en lo suyo con el té de limón—. Soy tu amigo y para eso estoy, para escucharte y aconsejarte en lo que pueda.

—Gracias— la rubia se sentó en la encimera de la cocina, Joaquín fue todavía más consciente de que ella tenía el vestido que alguna vez Renata y ella intercambiaron.

—Creo que Renata y tú deberían hablar— comentó el castaño en voz baja, al mismo tiempo en el que sentía a su teléfono vibrar en el bolsillo de su pantalón—. No está bien que se guarden lo que sienten.

—No, no— Amber movió la cabeza de un lado al otro, luciendo como una niña pequeña, Joaquín suspiró.— no quiero hablar con ella todavía, tal vez luego.

—Tienen que arreglarse— sacó su teléfono y no lo desbloqueó hasta poder ver los mensajes de texto que le mandaron—. Puede que Renata no quisiera actuar así.

—No voy a hablar con ella— sentenció la rubia cruzándose de brazos—. Ella es quien debería disculparse, no yo.

Joaquín suspiró, revisando los mensajes que le habían llegado, los cuales eran todos de su novio.

Hablándole de que la pelirroja se había peleado con Amber porque ella estaba coqueteándole a un chico, Joaquín le escribió que estaba más o menos enterado de ello y que no estaba de acuerdo con la actitud de Renata, fue entonces que EJ envió un emoji sorprendido y le preguntó por qué y, el castaño le dijo que había sido grosero de su parte.

Entonces el mayor le envió que había sido todavía más grosero de parte de Amber, y fue así como comenzaron a discutir vía mensajes el tema de porqué era demasiado excesivo de parte de Renata celar a Amber y por qué no lo era en realidad.

Amber, mientras tanto, tomaba té con galletas y seguía sentada sobre la encimera, con las piernas cruzadas y un puchero adornándole los labios.

Ella se sentía mucho más segura en casa del judío, puesto que en su casa no tenía nadie con quien hablar sobre sus problemas amorosos, y porque sabía que Joaquín le daría la razón en todo aún si no la tuviera. De hecho, esa era la razón principal por la que había acudido a él y no a Andi o a Buffy, porque sabía que ellas no estarían taaaan de su parte como el castaño

Fue cuando Joaquín lanzó el teléfono hacia la mesa en la cocina que Amber se dio cuenta de que había estada peleando con alguien por mensaje, lucía ligeramente frustrado por lo que sea que EJ le hubiera dicho, de hecho, Amber iba a preguntarle que le pasaba cuando Joaquín volteó a mirarla, aun luciendo frustrado.

—EJ dice que Renata tiene razón— comentó mientras se revolvía el cabello, Amber abrió grandes los ojos—. Dice que, aunque Renata no actuó de manera correcta, tú mucho menos.

La rubia se bajó de un salto de la encimera, aún con los ojos abiertos y un trozo de galleta entre los dientes.

—Y yo no entiendo porqu...

—¡Adiós!— chilló Amber corriendo a la salida, el castaño escuchó la puerta principal abrirse antes de que su rubia amiga gritara de nuevo desde ahí— ¡Gracias por escucharme, te quiero!

Entonces la puerta se cerró de un portazo y eso dejó a Joaquín todavía más confundido.


















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