Tendría una cita con EJ ese mismo día, iban a ir a pasear al parque y luego irían a las maquinitas del centro comercial a jugar un rato, y ya para el final se comerían una banderilla de regreso a casa, Joaquín tenía todo fríamente calculado, nada podía salir mal.
O ese era el plan, porque cuando le contó a Andrés sobre sus planes, Cam estaba ahí, escuchando, y este le había pedido que se quedara al finalizar su turno para hablar con él sobre algo.
Y ese algo no había llegado, estaba haciéndosele tarde mientras esperaba a que Cam se dignara a ir a hablar. Tuvo que enviarle un mensaje diciéndole al mayor que iba tarde, pero que definitivamente llegaba a su cita.
—Eh, Cam— el chico pasó frente a Joaquín con una bandeja de platos sucios, mirándolo brevemente para prestarle atención—. ¿De qué quieres hablar conmigo? Es que tengo que...
—Ahorita, ahorita— chilló el gerente interrumpiéndolo, mostrando que le era difícil llevar la bandeja hacia donde sea que la llevara—. Estoy algo ocupado, pero tranquilo, ya casi hablamos de eso.
A el castaño no se le pasó por alto el hecho de que Cam estaba demasiado amable, no le molestaba porque su jefe le parecía agradable, pero igual era raro después de que el otro día lo había visto con desprecio.
Fue hasta que pasó una hora que se dio cuenta de que tal vez Cam no estaba siendo amable, así que se puso de pie, arregló su hora de salida y tomó sus cosas, siendo interceptado por el mencionado Cam cuando ya tenía la mano sobre la manija de la puerta. Cam tenía el cabello negro y los ojos azules, los cuales al principio le parecieron muy lindos al menor, pero ahora le parecían sombríos y repugnantes.
—¿Adónde vas, Joaquín?— la voz de Cam ya no sonaba amable, en realidad el castaño se dio cuenta de que nunca era amable, él quiso que fuera así, pero todo el día Cam había estado hablando de esa manera.— Te dije que tenía que hablar contigo.
—Sí, pero ya pasó una hora— por más que quiso ser brusco y demostrarle a Cam que estaba molesto, Joaquín le sonrió apenado—. Pensé que sería más rápido, y... Tengo cosas que hacer.
—Yo también tengo cosas que hacer— Cam ya no lucía amigable en absoluto, incluso la sonrisa había desaparecido de sus labios y ya estaba cruzado de brazos.— Y sin embargo no me ves queriendo irme en la primer oportunidad. Te comprometiste al aceptar trabajar aquí, así que hazme el favor de esperar hasta que tenga tiempo de hablar contigo.
—Pero...
—Y sí te vas— Cam volvió a interrumpirlo con una sonrisa, como si fuera alguien amigable—. Estarás automáticamente despedido, tú decides, Joaquín.
Joaquín no necesitaba trabajar, tenía a sus padres para mantenerlo, pero quería comenzar a comprar sus cosas con su propio dinero y hacerse poco a poco más independiente. Además de que tenía que estar ahí para apoyar a su mejor amigo, tenía que animarlo, escucharlo, aconsejarlo y demostrar que nunca más iba a tener que pasar por las cosas solo.
Tenía que quedarse. Así que, cuando Cam se fue, él regresó a sentarse en la banca que estaba en la entrada de la cocina, donde Cam pasaría varias veces después y vería que decidió quedarse.
Cuando dieron las seis de la tarde decidió enviarle otro mensaje a EJ, diciéndole que Cam lo había retenido para hablarle de algo, pero que todavía no hablaban y no sabía cuándo sería porque el restaurante estaba lleno, así que le pidió que se fuera a casa y se disculpó con dieciocho mensajes por no poder llegar a su tan esperada cita.
Se sintió terriblemente mal cuando el mayor le escribió de vuelta, y le dijo que no se preocupara, que entendía que el trabajo lo había requerido esta vez.
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٭𝚄𝚗𝚍𝚎𝚛𝚍𝚘𝚐 || 𝙴𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊𝚌𝚘 ° ٭⊹
Teen Fiction↬𝕁𝕠𝕒𝕢𝕦𝕚𝕟 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕥í𝕡𝕚𝕔𝕠 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕠𝕕𝕠 𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕔𝕠𝕝𝕖𝕘𝕚𝕠 𝕒𝕕𝕠𝕣𝕒, 𝕝𝕒 𝕞𝕒𝕪𝕠𝕣í𝕒 𝕕𝕚𝕔𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕣 𝕖𝕟𝕒𝕞𝕠𝕣𝕒𝕕𝕠 𝕕𝕖 é𝕝 𝕠 𝕕𝕖 𝕒𝕝𝕘𝕦𝕟𝕒 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕠𝕤𝕖𝕖. 𝔼𝕩𝕔�...