Visitas

56 1 0
                                    

Cenaron en casa de Marc y luego cada uno fue a su casa.

A la mañana siguiente no tenían clase pues la escuela había cerrado en señal de luto. Todo el mundo sabía lo que había pasado pues lo habían visto en las noticias o en el periódico.

Como no tenían clase, fueron todos al hospital a ver a Jenna. Llegaron a la habitación y se encontraron a la chica que les había interrogado.

- Hola chicos- dijo ella- ¿cómo estáis?

- Bien, ¿qué hace usted aquí?

- Hago mi trabajo, Jenna también estuvo allí así que le he tenido que hacer las mismas preguntas que os hice a vosotros, bueno aun que ella no estuviera consciente, pero yo ya me iba. Si sabéis algo con lo que nos podáis ayudar en la investigación no dudéis en llamarme- les entregó una tarjeta donde ponía su nombre Silvia Honks y su teléfono.

- De acuerdo, si descubrimos algo ya le llamaremos.

La mujer se fue y los dejó solos. Jenna estaba tumbada en una cama con unas sábanas blancas y llevaba puesto un pijama, estaba conectada a una maquina que iba pitando con sus pulsaciones. Tenía parte de la cabeza vendada y le habían cortado bastante el pelo.

 - Jen- dijo Lucas a la vez que se abalanzaba para darle un beso. La maquina se puso a pitar más deprisa cosa que hizo que todos se pusieran a reír.

- Serás…- por favor alguien puede ir a buscar a una enfermera para que pare el pitido este, me estresa y cuando me estreso pita más entonces me estreso más y así continuamente.

- Voy yo- dijo Alberto, salió de la habitación y al cabo de unos segundos volvió con una enfermera.

- Que te ha pasado Jenna- hace nada has tenido un aumento de pulsaciones bastante alto, ¿estás bien?- todos se echaron a reír cosa que hizo que Jenna se sonrojara. La enfermera vio a Lucas al lado de Jenna y entonces lo entendió- ah, ha sido es bueno no pasa nada, si quieres lo desconecto, pero si pasa algo no dudes en pulsar el botón rojo.

- De acuerdo y gracias- la enfermera se fue.

Todos estaban alrededor de ella, Lucas se había sentado a su lado, Claire en los pies de la cama, Marc al otro lado de Claire. Alberto se había sentado en la butaca con Sam encima y Fran en la silla con Vicky pues no había sitios suficientes.

La habitación era bastante grande, o lo parecía porque era individual por eso la chica estaba bastante aburrida. Las paredes eran de color blanco y el suelo era de linóleo de color azulado, había una ventana bastante amplia que daba a un patio interior. Tenía un armario contra una de las paredes, una silla y una butaca reclinable para los acompañantes. Y hacia el típico olor de limpio de un hospital.

- ¿Dónde están tus padres?

- Mi madre ha bajado a la cafetería y mi padre está trabajando. Tampoco ha sido tan grave, solo me han puesto cinco puntos. Pero me tuvieron que cortar el pelo porque lo tenía demasiado largo y les molestaba, por lo menos no se nota mucho. Creo que mañana no pero el otro seguramente ya me dejan ir a casa.

- Que bien, pues sabes yo te tenía que decir una cosa muuuuuuy importante- dijo Claire.

- Dime, dime

- Erik viene a vivir conmigo, mañana ya lo vamos a buscar al centro donde está de momento.

- Que bien, hace muchísimo que no lo veo, desde las vacaciones de verano.

- Si bueno pero aun hay una mala noticia…- empezó Sam

- ¿Que pasó en el bosque? ¿Que era ese brazo?- le cortó.

- Verás… Víctor está muerto, cuando tú te desmayaste y perdiste la consciencia fuimos a ver qué pasaba y lo encontramos, lo están investigando y aún no saben quien fue- dijo Marc.

- Bueno tenemos un sospechoso, en el bosque había un chico con el pelo negro y vestido también de negro con algo en las manos que cuando le dije que viniera a ayudarnos no me hizo caso y se escondió en el bosque.

- ¿Aun sigues con eso Claire?- dijeron Vicky y Sam a la vez.

- Yo lo vi, quizás estaba mareada pero yo le vi.

- Claire tiene razón, que estuviera mareada no quiere decir que no lo pudiera haber visto. Ya lo sé, yo no estaba allí… bueno si pero es como si no estuviera, pero yo te creo Claire.

- Gracias, ¿qué Vicky, ahora qué?, ahora soy yo la que te puede decir que Jenna es la lista así que si ella dice que tengo razón es que la tengo, o en este caso no sirve, solo sirve si es para escoger caminos- le reprochó Claire cosa que hizo que las chicas menos Vicky se rieran

- Tu Jenna no rías que estas enferma

- Oye, que eso no quiere decir que tenga que simular estar muerta

- Anda chicas dejadlo ya- dijo Lucas- y tú túmbate que no te conviene estar de fiesta.

- Ui si, que fiesta tan divertida- le reprochó.

- Pues en este caso nos vamos- dijo Fran.

- No por favor que no me quiero morir de aburrimiento, además… ¿no deberíais estar en el insti?

- No, hoy está cerrado por lo de Víctor, y mañana vendrán los de la policía a hacer preguntas a toda la clase

- Y lo que te voy a decir no te va a gustar Jenna, creo que Jack va a tener problemas, nosotros estábamos bajo su supervisión y si paso todo esto…

- Porque no le tiene que gustar- preguntó Lucas- ¿qué me he perdido?- las chicas se pusieron a reír.

En ese momento entró una enfermera a decirles que no gritaran tanto porque había gente enferma. Jenna aprovecho para preguntarle si podía salir de la habitación y ella después de pensarlo le dijo que sí. Y la ayudó a levantarse y desenchufarle de la máquina. Luego se marchó.

Los chicos y ella recorrieron el pasillo del hospital hasta llegar a una sala con las paredes de cristal que daban al mismo patio que la habitación, había una máquina de cafés y otra máquina expendedora donde había galletas, patatas, chocolate… allí había unos sofás de color beige pero pasaron de largo y fueron a buscar el ascensor para bajar al patio. Allí corría una brisa que hacía que el cabello de la chica se moviera de una forma graciosa pues como estaba medio sujeto con las vendas no podía volar como antes.

Se sentaron en unos bancos que había, pues no se podían sentar en el césped.

Al cabo de media hora apareció su madre para decirle que ya le habían traído la comida. Y así recorrieron otra vez el hospital hasta la habitación y los chicos se fueron a su casa a comer y le dijeron que por la tarde volverían.

De menú tenia verdura de primer plato, albóndigas de segundo y una pera de postres, también había un bollo, que se guardó para cuando por la tarde viniera Lucas, pues le encantaba ese tipo de pan y a ella no le apetecía.

Pasaron las horas y no aparecían se fue haciendo de noche y le trajeron la cena, en la cual le dio a su madre el pan del medio día pues ella aun no había comido y tenía hambre y ella se comió el de la noche, junto con la sopa, el pescado y la manzana al horno.

Después se fue a dormir y despertó junto a su madre, pero esa no era su habitación. Su madre estaba con ella en la butaca pero en el otro lado de la habitación. Y a su lado había otra cama vacía.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora