Descubriendo poco a poco

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Hacía horas que el cuerpo de la detective Marta Fons había sido trasladado al instituto anatómico forense para verificar la causa de su extraña muerte. Hacía horas que Erik estaba sentado en el sofá, con una fotografía arrugada dentro de su puño, lloraba sin importarle que hubiera gente conocida a su alrededor, su prima Claire llorando, sentada a su lado intentando que el chico reaccionara, pero él solo miraba al vacío.

Ya nada tenía importancia, iba a cumplir los quince años en cinco días, pero eso tampoco importaba ya, ¿que podía importarle ahora?, su madre muerta de cáncer hacía años, ahora, su padre había sido asesinado, asesinado por una persona que creía que ya creía inofensiva. ¿Cómo no pensó antes que, cuando Alberto entrara en la cárcel su padre estaría en peligro allí dentro? Se repetía la misma pregunta una y otra vez hasta que terminó incluso pronunciándola. Pronunciando las mismas palabras que habían escritas en la foto "yo no soy el verdadero asesino" escrito con sangre, la sangre de su padre, sangre muy semejante a la que le corría a él por las venas. La imagen de su padre en el suelo cubierto de sangre, esos moratones en el cuello al ahogarlo, el golpe que se había dado con el grifo del lavamanos, y las paredes manchadas de ese líquido rojo.

A su lado Claire se estaba desesperando, sabía que su tío Alexander había muerto, pero no sabía cómo, ni cuando, ni dónde, solo intuía el porqué: Venganza. Incluso podía intuir quien lo había matado, porque no había muerto de forma natural, lo habían asesinado, lo había asesinado la misma persona que antes creía su amigo, la persona que les había causado tantos y tantos problemas.

Claire intentaba con todas sus fuerzas abrir la mano de Erik para coger la foto. Jenna daba vueltas de lado a lado de la habitación intentando comprender la situación, Sam sentada en el reposabrazos del sofá y con la pierna enyesada estirada la seguía con la mirada de un lado a otro.

- Haber Sam, esto no tiene sentido- dijo al fin Jenna- Han matado a Alexander y por lo que creemos ha sido Alberto, pues esta mañana ha entrado en la cárcel. ¿Pero entonces que le ha pasado a Marta?

- No lo sé Jenna, llega un momento en el que ya no le encuentro ningún sentido a lo que pasa.

- Además a Marta no la puede haber matado Alberto porque a esas horas ya estaba en la cárcel, además tampoco es seguro que la hayan asesinado, puede ser algo raro que le cogiera, pero a estas alturas todo se me antoja a asesinato.

Mientras Claire seguía intentando conseguir la fotografía de Alexander que había traído la detective antes de morir.

- Va Erik, suelta la foto- le susurraba- por favor. Jenna ayúdame.

- ¿Cómo quieres que te ayude?

- No lo sé, eres su novia hazle algo.

- ¿Sabes que eso ha sonado muy mal verdad?- preguntó Sam

- Me da igual, necesito comprender lo que ha dicho antes de la foto. Pero si no la suelta no puedo hacer nada.

Jenna se acercó y se puso a la altura del chico interceptando su mirada. El chico seguía con la mirada perdida pero había reaccionado en un principio.

- Erik, por favor, déjanos la foto- le susurró, pero el chico siguió igual. La chica se acercó un poco a él hasta que unos centímetros les separaban- Danos la foto, por favor reacciona necesitamos la foto, no es justo que solo seas tú el que la vea, no me gusta que solo seas tú el que está triste

Se acercó un poco más y le dio un corto beso, se separó al instante rápidamente a mitad del beso a lo que el chico la cogió por la cintura y se la volvió a acercar y sin darse cuenta había soltado la foto lo que aprovechó Claire para cogerla.

- Siento tener que recurrir a este método Erik- le dijo la ojiverde- pero no había otra forma.

- Serás... Eso es aprovecharse de mi- se quejó el rubio de ojos marrones.

- En cierto modo sí, pero bueno, no me lo tendrás en cuenta ¿verdad?- dijo la rubia con cara de inocente.

- Jenna, sabes que no te lo tendrá en cuenta- le dijo Sam- lo sabe incluso Claire, ¿A que si Claire?- se giró hacia donde estaba la chica que se había quedado quieta mirando la foto- ¿Que pasa en la foto?

- Mejor que no la miréis- dijo Erik. Pero ya era demasiado tarde, Sam y Jenna se habían puesto una a cada lado de Claire que sostenía la foto.

- ¿Cómo que no es el verdadero asesino?- gritó Sam- pero si lo sabemos, que ha matado a Víctor, a Vicky, Fran, Esther, Silvia y Marc y ahora me dice que no es el verdadero asesino, pero si incluso la foto lo demuestra, que ha matado a Alexander.

- ¿Quién es CBÑ?- preguntó Jenna

- No lo sé, haber nombres que empiecen por C- dijo Claire- el mío, pero no puede ser porque me apellido Robinson, Christian, no puede ser porque es mi hermano así que estamos en lo mismo.

- ¿Carlos?- preguntó Erik

- ¿El Carlos Ben de la clase?, podría ser él- dijo Sam

- No puede ser él- le contradijo Jenna- que yo sepa su apellido no empieza por eñe. ¿Carla Ñiguez?

- Jenna, piensa con la cabeza un poco, es inválida, va con silla de ruedas, ya es difícil ir con muletas, te lo digo por experiencia, imagínate la pobre que no puede ni andar, ella no es, además, ¿la B de donde la sacas?

- ¿Y si es alguien que no conocemos?- preguntó esta vez Claire

- Sería un problema- comentó el chico

- Y también cabría la posibilidad que no fuera alguien, sino algún objeto o algún lugar- dijo Sam

- Un objeto, sería muy raro-dijo Erik- pero… un lugar podría ser…quizás un pueblo de aquí cerca, pero que yo sepa ninguno contiene las letras ce be y eñe. ¿Pero exactamente para que queremos saber que es CBÑ?

- Porque si Alberto lo puso sería por algo- respondió Claire- y si no fuera un asesino como pone, lo sé, hay menos de un 0,1% de posibilidades de que lo que hay escrito sea verdad, pero algo es algo. La cuestión está en que necesitamos saberlo, para bien o para mal.

- Chicos... Creo que ya sé que es- dijo Jenna al cabo de unos minutos de silencio

- ¿Qué?

- Añadidle entre las tres letras, la C, la B y la Ñ, la inicial de su nombre...

- O sea la A de Alberto- dijo Claire hizo una pausa- C A B A Ñ- deletreó- eso no tiene sentido.

- Si añades otra A al final, Claire, quizás lo descubras.

- Cabaña- susurró para sí la pelinegra de ojos azules.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora