Verdades y lágrimas

38 1 0
                                    

Sam abrazó a Andrea, al fin y al cabo ella no tenía la culpa, se quedaron así hasta que terminó de llorar, luego le dijo que debían decírselo a los otros. La chica asintió y volvieron donde ellos estaban. Pero de momento no dijeron nada. Jenna y Erik seguían igual, a lo que Sam se fue hacia el otro lado de la piscina y se puso en la escalera delante suyo.

- Ejem, ejem, parejita feliz me gustaría bajar por la escalera.

- Sam, a que te hecho de mi casa.

- No, no, solo es que quería tirarme al agua y ocupáis la escalera.

- Hay tres escaleras más aparte de ésta- dijo Erik- ¿no puedes escoger ninguna que tiene que ser esta en la cual estoy yo apoyado? Además la del otro lado te quedaba más cerca.

- Ya pero… es que des de allí no se toca el suelo y pues claro si me tiro de golpe me moriré de frio y tengo que ir poco a poco sabes.

- Anda cari sal un segundo que esta pesada quiere bajar- la rubia asintió y se quedó de pie esperando a que Sam bajara cuando ésta dijo.

- Mira ahora me han entrado ganas de hacer aikido. Va salte del agua y le digo a Sergio de hacer algo ahora que ya nos hemos calentado.

- Oye mira la que decía de nosotros, hacer algo cuando ya habéis calentado, ¿se puede saber que habéis estado haciendo todo este rato?

- Eres de lo que no hay, ahora te quieres vengar.

- Pues sí.

- ¿Pero quieres que te enseñemos algo o no?

- Si, si, ahora ya nos has cortado el rollo.

- Esa era la intención, anda va salte y vamos hacia allí.

- No, no, yo voy nadando.

- Yo sí que salgo eh Jen- dijo Erik

- Vale adiós, nos vemos en el otro lado- dicho esto se puso a nadar hasta que llegó a la parte donde estaban todos- Sergio, ahora que ya que estáis calientes tu y Sam vais a hacer algo, eso es lo que me ha dicho.

- Jenna eres tonta- se oyó decir a Sam que estaba llegando por fuera junto con Erik- y tu Sergio no te hagas ilusiones, que lo que quiere que hagamos es algo de aikido.

- Ya lo sé además, eres tú la que piensa siempre mal- salió de la piscina- ¿y qué podemos hacer?

- No sé, cualquier cosa, mira ¿sabes lo que hicimos el otro día yo y Alberto? Pues hacemos más o menos lo mismo- entonces se giró hacia Jenna y los otros que ya habían salido del agua y les dijo- se supone que no se explica lo que voy a hacer, pero eso es una excepción, porque estamos mojados y como se resbale nos podemos hacer daño. En la teoría te atacan como les da la gana y tú te defiendes como puedes, así que olvidad lo que hemos dicho ¿vale?

- Vale Sam- dijo Sergio- pero una cosa por favor intenta no destrozarme la muñeca como le hiciste a Alberto.

- Venga va lo intentaré… bueno va empezamos, ya sabes que tienes que hacer.

Sergio le iba a dar un puñetazo en la barriga a Sam, esta lo esquiva hacia la derecha y con su mano derecha le coge la muñeca del brazo con el que le iba a dar, lo hace girar y lo tira al suelo retorciéndole el brazo por detrás de la espalda.

- Yo creo que voy a necesitar una repetición- dijo Jenna- no me he enterado de nada, solo sé que Sergio ha terminado en el suelo, ¿cómo podéis ir tan rápido?

- Es cuestión de práctica- le respondió el chico levantándose del suelo- pero no hay repetición.

- Bueno, bueno da igual, da igual.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora