Entonces, todo desaparece

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Quedaban Jenna, Axel, Christian, Erik, Claire y Marc en la casa del último. No era de noche todavía pero ya no se querían arriesgar. Jenna estaba sentada en las escaleras, en el borde de la piscina. Axel detrás suyo con una mano en su hombro y los otros alrededor en silencio.

- Va Jenna, pon un pie en el agua, no pasa nada- le decía Marc.

La chica movió un pie muy lentamente y lo desplazó hasta casi rozar la superficie del agua. Tan solo tocar el agua con la punta del dedo, la imagen del cuerpo de Fran en el borde de la piscina le vino a la cabeza, sacó rápidamente el pie y se tiró hacia atrás chocando con Axel.

- ¡Fran!- gritó la chica.

- Tranquila, tranquila- le tranquilizó Erik poniéndose a su lado y acariciándole el pelo- no pasa nada.

Lo intentó un par de veces más con el mismo resultado, y la chica cada vez estaba más asustada. Al cabo de un rato y venciendo el miedo consiguió bajar del todo y ponerse de pie en la parte que el agua le llegaba hasta la cintura. Erik estaba de pie dentro del agua, detrás de ella abrazándola. Ella se soltó y fue andando lentamente hacia lo hondo hasta que el agua le llegó al cuello. Entonces cerró los ojos, cogió aire y siguió avanzando. Sintió que el agua la cubría por completo, dio otro paso y acto seguido dio una brazada bajo el agua y se dejó llevar como hacia siempre en la piscina para relajarse.

Y fue entonces que hizo una cosa que no debería haber hecho, pero ya era demasiado tarde para pensarlo. Había abierto los ojos.

La imagen de Alberto sonriendo, mientras Vicky se iba ahogando sin poder hacer nada se le fue proyectada como si ella lo estuviera viendo justo delante suyo. Gritó y soltó todo el aire que tenia dentro. Con un pie se intentó impulsar hacia arriba pero calculó mal la distancia y su pierna no llegó a tocar las baldosas, empujo inútilmente el agua con demasiada fuerza y le cogió una rampa, el metro que la separaba de la superficie se le hacía inmenso, tenía la sensación de que no llegaría nunca y que se ahogaba, hasta que una mano la agarró del brazo y la tiró hacia arriba.

Cuando estuvo fuera de la piscina pudo ver quien había sido, porque no era Erik, ni tampoco Axel, ni su mejor amiga, ni su cuñado, había sido Marc, que la había estado siguiendo des de fuera de la piscina y al momento en que había visto que se intentaba empujar y no llegaba no se lo había pensado dos veces y se había tirado a ayudarla.

- Gracias Marc- le agradeció mientras estiraba la pierna para aliviar la rampa.

- No me las des, en parte te lo debía.

- Jenna, deberíamos marcharnos ya hacia casa- dijo Axel unos minutos después.

- Erik nosotros también- dijo el pelinegro.

- ¿Y tu Claire?- preguntó la rubia.

- Yo me quedo a dormir con Marc.

- Ui... Esto se me huele a... Bueno mejor me callo- comentó la ojiverde.

- Si Jenna, mejor calla.

- Vale, pero me dejáis hacer una cosa antes de irme a vestir porfi.

- No sé lo que es pero vale- aceptó su hermano.

La chica respiró hondo y se dirigió andando tranquilamente al borde de la piscina, acto seguido se tiró de cabeza.

Abrió los ojos y vio como Erik se tiraba y la cogía de la cintura para subirla hacia fuera.

- ¿Tú estás loca o que te pasa?

- Tú me lo has fastidiado todo, déjame nadar tranquila ahora que ya puedo.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora