Vicky...

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Eran las nueve de la mañana, hacia tan solo tres horas que se había dormido y ya volvía a estar despierta, la luz del sol entraba por las ventanas, la cual las cortinas no conseguían tapar, se levantó, cogió un papel y un bolígrafo y escribió: "Estoy durmiendo en mi habitación". Luego la dejó en su almohada y subió, cerró la persiana corrió las cortinas y cerró la puerta. Fue en ese momento en el que había oscuridad y silencio total en la habitación que se tumbó en su cama y se volvió a dormir al instante.

Tan solo había pasado un par de horas cuando la despertaron los gritos de Claire. Estaba sentada en la cama y gritando y zarandeando a Sam para que se despertara.

- ¡Sam! Jenna ha desaparecido, se la han llevado- eso hizo que la ojigris se levantara de golpe- mira han dejado una nota.

- ¡Claire ya puedes empezar a correr!- dijo la chica después de leer el papel.- ¿Tú has leído lo que pone? Pone que se va a su habitación a dormir.

En ese momento la rubia bajó por las escaleras con una cara de mala leche que asustó a Claire.

- Claire vete a la mierda un rato ostia, si dejo una maldita nota es para que la leas y no me despiertes así, joder.

- ¡Jenna estas bien!- gritó corriendo hacia la ojiverde, hasta que se tropezó con el primer peldaño y cayó de buces al suelo. Las otras dos se empezaron a reír.

- Levanta que quiero bajar, a no ser que quieras que te pise.

- ¿Me perdonáis?

- Sí pesada, pero sal del medio.

- Yo no lo tengo muy claro- dijo Sam

- Por favor, por favor- suplicó Claire con cara de cachorrito.

- Sabes que a nosotras no nos afecta, pero ya que lo has intentado…

- Gracias- se levantó corriendo y corrió a abrazarla haciendo que cayeran las dos en la cama.

- Chicas, en mi casa no eh.

- Es verdad que esta es para tú y Erik.

- Oye estás como un poco pesada con eso, ya cansa.

- Tú estás como un poco irritable hoy ¿no?

- Será por algo. Si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta.

Habían almorzado y estaban en el salón viendo la tele, oyeron tenuemente un sonido proveniente de la piscina justo en el momento en el cual sonaba el teléfono de casa de Jenna. La chica lo cogió y respondió

- ¿Diga?

- Hola Jenna- respondieron amargamente des del otro lado de la línea.

- ¿Alberto?

- Se que lo sabéis.

- Eres un cabrón, ¿Dónde estás?

- Mira que eres ilusa, por cierto no intentes poner el altavoz para que lo oigan Sam y Claire- la chica se asustó, eso es lo que pretendía hacer- os he dejado un regalo en la piscina, antes de que vayas a verlo… bueno no, haz como si nada y ve hacia la ventana y míralo.- la chica obedeció y se acercó a la puerta de cristal y corrió un poco la cortina. Lo que vio la paralizó al instante- bien Jenna, tienes que conseguir que dejen de buscarme, invéntate cualquier excusa, tengo a Fran, si no consigues que me dejen en paz él será el siguiente.- La chica seguía paralizada ante la escena, reaccionó y dejó caer el teléfono al suelo, Alberto ya había colgado.

Intentó abrir la puerta de cristal pero estaba atascada. Se fue corriendo hacia la puerta principal, iba sin zapatos y con el pijama puesto, pero en ese momento le daba igual pasó por el lado de sus amigas sin que ellas entendieran nada pero la siguieron. 

Salió al exterior, se clavó piedras y ramas de árboles en los pies incluso llegó a hacerse sangre. Dio la vuelta a la casa hasta llegar delante de la piscina. Claire y Sam que venían detrás empezaron a chillar, mientras Jenna se lanzaba al agua a intentar salvar el cuerpo inerte de Vicky que estaba bajo el agua, la rubia cogió a la chica por debajo de los brazos y tiró hacia arriba, pero no pudo, tenía una mochila llena de libros atada a un pie, como pudo, aun sin salir del agua la vació, pues intentar desatarla sería más difícil, finalmente sacó el cuerpo de su amiga del agua y con la ayuda de Sam que había reaccionado y intentaba ayudar la sacaron del agua.

Jenna que tenia conocimientos de socorrismo que le había enseñado Lucas le hizo el boca a boca pero fue en vano, la chica hacia lo suficientemente tiempo que se había ahogado, el agua había llegado a sus pulmones haciendo que muriera lenta y dolorosamente.

La pelirroja estaba amordazada y con las manos atadas, en un pie aun tenía la mochila. Tenía los ojos abiertos los cuales se apresuraron a cerrar lentamente mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

Jenna estaba recostada sobre el pecho de la chica agarrándole con el puño la camiseta, Claire estaba cogiéndole con fuerza la mano ahora sin obtener respuesta, sentada de rodillas al otro lado del cuerpo. Sam, al lado de Claire le cogía de la otra mano que estaba cruzando por encima de la que había sido su amiga y dando puñetazos al suelo con rabia y desesperación, no se lo podía creer. 

Ninguna de las tres hablaba, solo lloraban y lloraban por su amiga, pero las tres tenían una palabra en su cabeza:

                                                                              VENGANZA

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora