Love is in the air

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- ¿Dónde vas?- escuchó a una voz detrás suyo

- Ah, estás despierto. Es que iba a pedirle a Claire una manta o algo que tengo frío.

El chico se acercó por detrás y la abrazó, lentamente volvió a cerrar la puerta y la dirigió hasta la cama donde dormía la chica que era ligeramente más amplia que la suya, se tumbó a su lado y la besó.

- Cómo puedes tener frío, yo estoy bien, y eso que voy sin camiseta.

Erik le pasó un brazo por detrás y ella se apoyó encima de su abdomen. La chica le dio un beso y otro, fue subiendo por el pecho desnudo del chico hasta llegar a sus labios. Después el chico la tumbó a su lado y la empezó a besar, fue bajando por su barbilla, subió por la mejilla, la oreja, el cuello...

- Para, por favor…-susurró Jenna.

- Lo siento, no quería…

- No, soy yo la que lo siente, es que no me encuentro demasiado bien, si no, no me importaría, creo.

- Tranquila no pasa nada, ¿vale? Lo entiendo, no hace falta que me des explicaciones.

- Es que la cosa esta en que he empezado yo…

- Shhh-le dio un beso para silenciarla- no digas nada más.

- ¿Quieres… hacerlo?

- ¿Tu quieres? ¿Estás preparada?

- No lo sé pero si tu quieres, lo hacemos da igual.

- No Jenna, yo no voy a hacer nada si tú no estás preparada.

- Pero Erik… he empezado yo… ahora si no continuamos me voy a sentir culpable.

- Pues no hace falta que te sientas culpable, ya te lo he dicho hasta que tu no quieras no vamos a hacerlo, no te voy a forzar.

- Pero es que ahora sí que quiero.

- No Jenna, es solo por la tensión del momento.- le dio un beso- Me voy a mi cama.

El chico se levantó, cruzó la habitación y se tumbó en su cama mirando al techo y pensando.

No estaba enfadado, solo un poco… ¿molesto?, no sabía cómo se sentía, se había excitado bastante, pero no la iba a forzar, no, si ella no quería no la obligaría, la quería demasiado para hacerle eso. Además, después de cómo estaba la situación, entre lo de Vicky, Fran y contando que Alberto estaba jugando con ella, no le haría hacer algo de lo que después se arrepintiera.

En el otro lado de la habitación Jenna, estaba tumbada con la cabeza bajo la almohada. Se sentía mal, había dejado a Erik con las ganas, y no solo había quedado él afectado, se estaba dando cuenta de que ella también tenía ganas, había perdido la oportunidad de su vida, como había hecho tantas otras veces. Por qué, por un simple miedo irracional hacia el contacto físico. Se sentía inútil, tenía la sensación que si lo intentaba lo fastidiaría todo. Era demasiado pesimista. 

No estaba enfadado, por nada del mundo estaría enfadado con Jenna, estaba enfadado sí, pero no con la rubia, estaba frustrado, consigo mismo, por el simple hecho de haber pensado que Jenna debería haber aceptado, ¿pero cómo había podido hacer esto?, se preguntaba una y otra vez, se lo había prometido a Axel. ¿Que estarían haciendo ellos en su habitación? No se oía nada extraño, y eso lo hacía aun más extraño.

¿Pero porque tenía que serlo? Ya no sabía porque le pasaban cosas tan absurdas por la cabeza.

No tenían porque estar haciendo nada, Axel y Christian tienen veinte y veintitrés años respectivamente, son suficientemente maduros…

Estaban tumbados en la cama del pelinegro hablando animadamente, de vez en cuando se daban algún que otro beso, pero solo eso. Al cabo de poco se durmieron, abrazados.

Jenna asentó la cabeza, se decidió y se levantó de la cama. Sigilosamente se acercó a la del chico, estaba con los ojos cerrados tumbado encima de las sábanas. Subió a la cama del chico y se tumbó encima suyo sin tocarlo, apoyándose con una mano a cada lado de la cabeza del rubio, el pelo le caía por delante de la cara y ligeramente acariciaba la cara del chico. Éste abrió los ojos y vio a Jenna encima de él que se acercó y lo besó.

La chica le sonrió y el rubio lo comprendió, de repente una felicidad le inundó por dentro.

La chica, deshaciendo el camino anterior fue bajando por el cuello, el pecho, las abdominales marcadas del chico... Éste se levantó de golpe y tumbó a la chica hacia atrás haciendo que cayera contra el colchón, le empezó a lamer el cuello, la besó apasionadamente mezclando sus lenguas, en un acto reflejo le puso una mano en un pecho, quizás con un poco de fuerza, la chica se quejó ligeramente y mientras sentía sus labios calientes, húmedos, le cogió esa misma mano y le ayudó a ponérsela por debajo la camiseta.

En un momento casi se caen al suelo, pues la cama del chico era más estrecha que la otra, pero Erik la cogió y la volvió a subir.

Claire en su habitación, con los auriculares puestos, escuchaba música mientras hablaba con Marc y Lucas por el Facebook. Al cabo de unos minutos Marc se fue a dormir y la chica se quedó hablando con Lucas.

C: oye Lucas una cosa, ¿a ti te sigue gustando Jenna?

L: Al principio sí que gustaba pero después, no sé qué pasó que bueno da igual.

C: ¿Y no te dio rabia Erik?

L: mucho, pero creo que fue lo mejor tanto para ella como para mí. Además, comprendí que no me gustaba ella, es decir, después cuando lo dejamos, cuando lo acepte, me di cuenta de que me gusta otra persona, es una muy buena amiga, pero da igual ya tiene novio.

C: ¿Quién es?

L: No sé porque preguntas si sabes que no te voy a responder.

C: por probar no pierdo nada

L: si te lo dijera me matarías

C: Jenna me dijo que eras muy frío con ella los últimos días, a mi no me lo pareces, no sé, eres tú.

L: me lo tomaré como un halago.

C: jajaja

L: me tengo que ir

C: Jooo :(

L: adiós guapa, hasta mañana

C: Buenas noches tonto, que duermas bien

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora