Todavía no es suficiente

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Hacía apenas cinco minutos que Jenna se había ido con Axel cuando llamaron a la puerta.

- Adelante- dijo la ojigris. Un chico entró por la puerta de la habitación- ¿Qué haces tú aquí?

- Solo he venido a saludar, ser tu ex no me lo impide, que yo sepa.  Quería saber cómo estabas.

- Pues ya lo sabes adiós. Además tú fuiste el causante, si mal no recuerdo.

- Sabes Sam, hubo una cosa que nos dejamos de hacer durante el tiempo en que salimos.

- Vete o pulso el botón y tendrás a un montón de gente aquí en unos segundos, y además, estamos a un quinto piso no tienes escapatoria.

- Lo que te decía- la ignoró y continuó- que nos dejamos una cosa, aun que creo que Sergio se me adelantó, pero bueno lo pasaré por alto, aunque viendo como tienes la pierna de enyesada, se me hará difícil. Pero es lo que dicen, la vida está llena de retos...

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- Va Axel termina ya de ducharte que Sam me está esperando y ya hace un cuarto de hora.

- Ya termino pesada.

- Me desesperas.

- Moooola- el chico salió del cuarto de baño con una toalla en la cintura.

- Va vístete y calla.

- ¿Delante tuyo? Sé que estoy muy bueno y que soy gay pero hermanita, no te pases.

- Imbécil. Me voy a mi cuarto pero ve rápido.

- Ni que fueras mamá- hizo una larga pausa mientras ponía cara de pensar- Ah, claro no necesitas que te haga un strepties, para eso ya tienes a Erik.

- Por lo menos él no es tan pesado. Va joder espabila.

- Uf que chica mas plasta. A que no te llevo con la moto.

- Mira, hubiera cogido el bus y ya estaría allí des de hace rato. Pero has sido tú el que se ha empeñado en llevarme con la moto.

- Porque ya no me acordaba de que se sentía al ir acompañado. Por suerte después será con mejor compañía. Anda vete a tu habitación que me voy a vestir.

- Al fin. Adiós.- se fue a su habitación y cogió un bolso, puso una baraja de cartas dentro y bajó a la cocina a comer algo. Cuando terminó, Axel ya había bajado y estaba listo para marchar- Coge tus llaves, no pienso volver a dejártelas- le advirtió la chica.

- Ya las llevo pesada. Anda vamos.

- Media hora- exclamó la chica furiosa mirando el reloj- Sam me mata.

- Y como sigas así vas a llegar aun más tarde.

Cerraron la puerta y el rubio se subió a la moto y se puso su casco rojo, después la chica se puso el suyo, era negro con una especie de llamas dibujadas alrededor, se lo había regalado Axel antes de irse a Dinamarca, acto seguido se sentó detrás y se abrazó a su hermano a desgana.

 Al cabo de veinte minutos llegaron al hospital. Jenna bajó, le dio dos besos a su hermano, se sacó el casco y dejó que su pelo volteara con el viento.

- No te motives tanto que no estamos grabando una peli- le reprochó Axel

- Eso me lo podrías haber dicho cuando tenía el pelo largo, ahora ya no sirve.

- Da igual siempre salen chicas rubias y tu precisamente lo eres.

- Anda vete ya que te estarán esperando.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora