Quién iba a creer que sería un asesino

Traslados, visitas inesperadas, ¿Celos?

- Mama... Mama, ¿Dónde estamos?- la señora se despertó.

- Buenos días cariño, ¿Cómo te encuentras?

- Bien pero ¿Dónde estamos?

- Es que te han tenido que trasladar de habitación pues ya estas mejor y vino un paciente muy urgente y tuvieron que cambiar de habitación pues necesitaban aquella urgentemente. Pero no te hemos querido despertar.

- Ah vale.

-Tu padre está en la cafetería antes de irse vendrá a despedirse y yo también me voy a trabajar, me han dicho que mañana ya te dan el alta, que ya lo tienes bastante curado. Solo te quieren tener un día más en observación.

- Pues ve no llegues tarde. Ya subirá papá.

- De acuerdo hija, ¿seguro que no quieres que me quede?

- Que no mamá, estaré bien te lo prometo.

- Vale pero llámame al mediodía- le dio un beso en la frente y se fue, al cabo de un rato llegó su padre que hizo lo mismo pero terminó marchándose.

Entonces la chica se puso a mirar la habitación, era igual que la del día anterior, bueno no exactamente, esta tenía otra cama, otra silla, otro armario y otra butaca y también había un sofá. Pero no tenía una ventana que daba al patio, esta estaba al otro lado del edificio y pudo comprobar que no estaba en el mismo piso.

Pasaron las horas, las cuales estuvo escribiendo en su libreta y luego merodeando por el hospital y luego volvió a su habitación. Y allí estaba el chico rubio de ojos azules que tanto le gustaba.

- Jen ¿dónde estabas? Es que he llegado a la habitación y me he encontrado con un chico con los brazos y la cabeza envendada y me he pegado un susto de muerte y he ido a preguntar dónde estabas y me han dicho que estabas aquí.

- Si, me han trasladado de habitación y como me aburría he ido a dar una vuelta.

- Por cierto siento muchísimo no haber podido venir ayer por la tarde es que mis padres me dijeron que ya había ido por la mañana y que estarías con tus padres así que no me dejaron venir.

- No pasa nada, tranquilo, ven, ahora no hay maquinas que molesten- el chico se acercó y se besaron. Estuvieron hablando, de que ya les habían dicho de que murió Víctor, se ve que se peleó con alguien y que le empujaron y se dio en la cabeza contra el árbol perdiendo la consciencia y muriendo al instante pues el golpe le había roto el cráneo y le había partido el cerebelo y la médula. Pero de momento no sabían nada más. Y la escuela seguía un día más cerrada.

Al cabo de un rato alguien llamo a la puerta. 

- Adelante- dijo la chica

La puerta se abrió y entró Claire, y detrás de ésta había un chico rubio de ojos marrones, más alto que la chica y de complexiones fuertes.

- ¡Erik!

- Jenna, cuánto tiempo- se aceró donde estaba ella, por el lado opuesto donde estaba Lucas y le dio dos besos- ¿Cómo te encuentras?

- Genial, oye tú has estado haciendo pesas o algo ¿verdad?

- Si, he estado yendo cada día al gimnasio, bueno uno que me monté en casa

- ¿Y eso?

- Pues nada, aburrimiento, tú cuando te aburres escribes, yo, hago pesas. 

- Oye que yo también he llegado eh

Lucas se había quedado mirando la escena, con amargura "solo son amigos, además ella está saliendo conmigo" pensaba, tenia ¿Celos? No eso no podía ser posible, Erik era como un hermano mayor para Jenna, aun que tuvieran la misma edad.

- Claire, anda ven pobrecita esta celosa porque no le hago caso- y se puso a reír

- Veo…, bueno más bien oigo, que ya no estás conectada a la máquina porque si no estaríapitando como loca. Por cierto rubio te presento al otro rubio, Erik éste es Lucas.

- Encantado, soy el novio de Jenna- dijo con un poco de amargura y sintiéndose importante al decirlo. Erik por alguna razón eso le entristeció pero nadie lo notó, solo su prima que lo vio en sus ojos.

- Sabes Claire mañana ya salgo.

- Ya me lo has dicho en el mensaje ¿Recuerdas? En el que me decías que estabas en esta habitación.

- Es verdad pero te lo quería volver a decir. Ahora tengo ganas de volver a clase, nunca pensé que lo diría. Me da pena la gente que se pasa meses y meses aquí encerrada.