Demasiadas - 1

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- Han salido hace poco, esta huella es muy reciente, todavía no está el barro seco, aquí ya no hay nadie- dijo Sam- pero entremos igualmente.

Los cuatro entraron en la cabaña, las paredes estaban llenas de moho, había una mesa, unas cuantas sillas, en un rincón había una cama, no tenia sábanas, solo estaba el colchón medio podrido, había una estantería con tansolo un libro y había una foto, la misma fotografía que en la habitación de Lucía. No había demasiadas cosas más, algún que otro estante con tarros de especias, botellas de agua, incluso había un pequeño lavabo pero no había agua. Y en una esquina había un taburete tirado en el suelo, un taburete con tan solo tres patas, de las cuales una estaba rota, giraron la vista hacia arriba y encontraron una cuerda colgada de una de las vigas de madera.

- Bueno, aquí no hay nadie, Alberto debe haberse llevado a Claire a otro sitio o algo.

- ¿Y dónde buscamos ahora?-preguntó Jenna mientras iban saliendo de la caseta.

- No tengo ni la más mínima idea- El móvil de Jenna se puso a sonar, todos se sobresaltaron pero la chica respondió- ¿Diga?

- Jenna, soy Ángel.

- Ostia que susto me has dado. ¿Qué pasa?

- Alberto está en mi casa, se supone que lo estoy protegiendo, eso es lo que él cree, ¿qué hago, dónde estáis?

- Ahora mismo no podemos ir, pero mantenlo allí. En una hora estamos allí, de momento mantenlo encerrado.

- Si, está durmiendo en la habitación de debajo las escaleras, así que tenéis tiempo.

- De acuerdo, adiós.

Justo en ese momento se oyó un estruendo como de metales chocando entre sí prominente de una de las paredes, Erik que aun estaba dentro de la casa se aceró a la pared.

- ¡Claire! ¿Me oyes, Claire, eres tú? Tiene que haber una puerta por aquí.- Los cuatro se pusieron a buscar algún hueco o algo que delatara la presencia de una puerta, pero no encontraron nada.- si estás allí da un golpe en la pared- al cabo de unos segundos se oyó la respuesta.

- ¿Sam, sabes si hay alguna puerta o algo por aquí?

- Que yo sepa no, solo hay la puerta que da al baño, y la de la entrada.

- Seguro, por favor, que tu memoria de pez no nos falle

- Que si, Jenna, seguro, que aquí no hay más puertas, no sé de donde puede haber salido ese ruido, es como si se hubiera chocado como unas palas o algo.

- ¿No hay un cuartel o algo donde su guarden las cosas del bosque tipo hachas, costa césped o algo así?

- Alberto nunca me enseñó nada de eso, si lo hay no se entra por dentro de la casa.

- ¿Pues a que esperas para salir?

Salieron fuera y dieron la vuelta a la casa, efectivamente allí había un pequeño cobertizo. Intentaron abrir la puerta pero estaba cerrada con llave.

- ¿Y ahora como lo abrimos?- preguntó Jenna.

- No creo que sea demasiado difícil- respondió Erik dándole una patada a la puerta, pero esta solo crujió- Lucas a la de ya. Claire apártate. Una… dos… y tres- Erik le dio una patada a la puerta.

- ¿Pero no habías dicho que era al ya?- le gritó Lucas

- Bueno pues cuando diga ahora. Una… dos… Tres… ¡AHORA!- los dos chicos le dieron una parada a la puerta que se derrumbó hacia dentro. Rápidamente Lucas corrió hacia dentro y se acercó a Claire, le quitó la mordaza y la desató. Acto seguido la abrazó con todas sus fuerzas, la cogió en brazos y la sacó de dentro de la cabaña, solo pensaba en una cosa en ese momento, se lo había prometido a su primo.

Al estar fuera, la ayudó a sentarse. Entonces vio que le costaba respirar, no dudó ni un segundo en gritar el nombre de su hermano y al cabo de poco llegó corriendo hasta allí.

- ¿Que le ha pasado?- preguntó.

- No lo sabemos, le cuesta respirar.

- ¿Dónde estaba?- volvió a preguntar.

- En el cuartel de las herramientas.

- Eso puede ser claustrofobia- se acercó a la chica que estaba sentada en el suelo apoyada en las piernas de Erik que estaba de pie detrás suyo, Lucas Jenna y Sam estaban a su alrededor cada una cogiéndole una mano. Lucas se levantó de delante de la chica y dejó paso a su hermano.- Claire, tranquilízate, respira hondo y expira, inspira por la nariz y saca el aire lentamente por la boca, ¿ya ha pasado todo vale?- lentamente la chica fue recobrando su respiración normal. - Muy bien Claire, lo estás haciendo muy bien, ahora poco a poco te ayudaremos a levantarte ¿vale? Y te llevaremos al coche.

- Dani, tenemos localizado a Alberto, tenemos que ir allí urgentemente- informó Jenna.

- De acuerdo dejadme, ya puedo sola- dijo Claire levantándose.

- Ven que te ayudo- dijo Dani cogiéndola de la cintura para que no cayera. Por otra parte Lucas hizo lo mismo por el otro lado.

Llegaron al coche y Dani los llevó a todos a casa, excepto a Jenna y Axel que se fueron con la moto. Llegaron a casa de Claire, allí estaba Marta con Christian y los padres de Claire. Al verla su madre se lanzó a abrazarla.

- Detective, sabemos dónde se encuentra Alberto Di Ángelo.- dijo Jenna.

- ¿Dónde señorita inteligente?- la chica le dio la dirección de la casa de Ángel. Y con el coche patrulla se dirigieron hacia allí.

A llegar ya había varias patrullas alrededor de la casa.

- Detective Fons, el delincuente aun está dentro, esperamos a sus órdenes para arrestarlo, hemos hablado con el propietario de la casa y su hijo, no tienen nada que ver, solo han intentado mantener al chico dentro hasta cuando llegáramos.

- Procedámos- la señora y dos policías armados más entraron en la casa, Sam, Erik, Jenna, Claire, Lucas y Sergio que había llegado al ser avisados entraron detrás, entraron a la cocina y llegaron a la puerta, una silla bloqueaba que se pudiera abrir y dentro no había ninguna otra salida posible. La mujer retiró la silla con cautela y abrió lentamente la puerta. El chico estaba con los ojos abiertos mirando al techo, se sobresaltó en un principio pero no opuso resistencia.- Alberto Di Ángelo quedas acusado de los siguientes delitos: la violación de Samantha Black- los cuatro chicos que no sabían nada se sorprendieron-, el secuestro de la aquí presente Claire Robinson, diversos robos, el asesinato a una agente de la ley, la detective Silvia Honks, y el asesinato de Víctor Roberts, Victoria Walker, Fran Jones, Esther Rogers y Marc Lewis.- Al terminar los dos policías lo enmanillaron.

- No se lo lleven todavía- dijo Claire, acto seguido le dio una bofetada- esto por Vicky- le dio otra- Fran y Marc- finalmente le dio una que resonó por la habitación.

- Mira Alberto- dijo Jenna acercándose-, la verdad, no se a que jugaste, pero con tu permiso, o sin él voy a hacer lo mismo, por Esther y por Silvia, ellas no tenían la culpa de nada- acto seguido le dio dos bofetadas, una en cada mejilla.

- Bueno ya basta, lleváoslo- dijo la detective

- ¡Espere!- dijo Sam- me gustaría hablar con él a solas, pero como no puede ser, quédese aun que sea usted detective - La señora asintió y todos se retiraron.- Alberto yo no te voy a pegar como han hecho ellas solo voy a decirte un par de cosas. Te lo mereces. Después, piensa en todo lo que has hecho, a todos los padres que has dejado sin hijos al matarlos, y espero que cuando tengas cincuenta años y sigas en la prisión pudriéndote pienses en esos padres que has dejado sin hijos y en tu hijo, el cual me he tomado la libertad de matar por decirlo de alguna forma. Porque, sí, me dejaste embarazada pero me han permitido abortar y no he tenido ni un tipo de prejuicio en hacerlo. Y ahora te quedan muchos años para pensarlo.

Quién iba a creer que sería un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora