Lisa quería organizar un cóctel en el que se expondrían sus fotografías y después se subastarían.
Necesitaba un local, un buen catering e invitados, personas influyentes del medio.
Los invitados e invitadas corrían de su cuenta, pues tenía los contactos necesarios como para llenar cualquier salón de actos, pero quería consejos sobre lo demás, pues sabía que Jennie, como secretaria de su padre, había tenido que organizar gran número de eventos.
Jennie tomó nota de lo que buscaba y le pidió que le diera un par de días de margen para encontrar al menos el sitio perfecto donde celebrar la fiesta, que era lo que más prisa le corría a Lisa para poder enviar las invitaciones, pues quería que la fiesta fuera en dos semanas y tenía que avisar a la gente con suficiente antelación.
Sin embargo, Lisa no tuvo que esperar apenas para recibir de nuevo noticias suyas.
Jennie la llamó al día siguiente, a la hora de comer, y dijo:
―¿Podrías quedar esta tarde a las siete conmigo?―Y ahora mismo también si quieres Jennie.
―Lisa yo hasta que no salga de trabajar no puedo. ¿Puedes venir a la oficina a recogerme? No hace falta que subas.
―De acuerdo Jennie, a las siete estaré allí.
Pero sí subió a recogerla, vestida en aquella ocasión con ropa un poco más fina.
Jennie no pudo evitar admirar lo hermosa que estaba. Incluso con aquella ropa, que se alejaba un poco de su estilo, siempre desenfadada, Lisa sin duda quitaba el aliento a cualquier persona.
―Esta es la empresa de catering con la que solemos trabajar nosotros ―dijo Jennie mientras bajaban por el ascensor. Le tendió una tarjeta―. Ya les he llamado y les he dicho que te pondrás en contacto con ellos para que te hagan un precio especial por ser la hija del jefe.
―Eres la mejor Jennie. Por cierto, creo que es obvio, pero estás invitada.
―No es tan obvio, no te creas. ¿Sabes la de fiestas, reuniones, viajes y eventos que he organizado y a los que no he asistido?
―Qué triste. Me aseguraré de que te la pases bien en la fiesta Jennie―dijo Lisa guiñándole un ojo―. Ah, y si pudieras traer algunas amigas… mientras más personas vengan a mi fiesta es mejor.
La sonrisa desapareció del rostro de Jennie a la vez que las puertas del ascensor se abrían en la planta baja.
Echó a andar hacia la salida y Lisa la siguió, mirándola de reojo para asegurarse de que no se había imaginado su cambio de expresión y la vio normal.
Jennie no sonreía, pero tampoco estaba seria. Tenía una expresión profesional, neutra. La pobre no podía estar sonriendo todo el día por mucho que a ella le gustara verla haciéndolo, se dijo.
―¿Lo que dijiste el primer día de que no te importaba usar el transporte público es verdad?
―Claro.
―Pues iremos en metro. Vamos.
Jennie echó a andar a un paso envidiable teniendo en cuenta que iba sobre unos taconazos negros y Lisa la siguió.
―Cuéntame algo de ti Jennie ―pidió al sentirse incómoda con el silencio que había entre ambas―. No sé nada de ti aparte de donde trabajas, que sales de vez en cuando con mi hermana, que no has viajado mucho y que te gusta la velocidad.
―¿Qué quieres saber Lisa?
―¿Aficiones? ¿Secretos inconfesables? ¿Tienes sobrinos?
―Me gusta el cine, un secreto inconfesable es inconfesable recuérdalo y no, no tengo sobrinos.
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Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)
FanfictionLalisa Manoban es la "oveja blanca" de su familia porque tiene una Organización Social en lugar de trabajar en la empresa de su familia, el Banco Manoban. Ahora está de vuelta en su hogar porque necesita financiación para su proyecto y quiere que su...