Capítulo 37

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Cuando Nick volvió a la oficina una semana después del incidente, todavía parecía un mapache.

Ignoró a Jennie descaradamente y ella, tras mucho pensarlo durante toda la mañana, decidió que lo mejor era afrontar la situación, así que fue hasta su despacho y tocó con los nudillos.

―Adelante.

Su invitación se transformó en un gruñido cuando vio quién entraba en su despacho.

―El cumpleaños de tu padre es el lunes de la semana que viene. Acaba de llamar tu hermana mayor para que me asegure de que no tiene nada el sábado pues van a celebrarle una fiesta en casa.

De nuevo un gruñido.

―¿Nick necesitas que invite a algún amigo de tu padre o haga alguna gestión?

―No.

Jennie se quedó parada en la puerta, observándolo. Él se empeñaba en no apartar la mirada de la pantalla de su ordenador.

―Siento haberte dado un cabezazo.

―No, no lo sientes Jennie.

―Claro que sí. No quería romperte la nariz.

―Pero lo volverías a hacer, estoy muy seguro.

―Me obligaste a hacerlo. Fue en defensa propia.

―¡Me rompiste la nariz, joder! Y todo para nada. Mi padre y tú se han estado riendo de mi todo este tiempo.

―Nadie se ha reído de ti Nick.

―¿Y lo de tus gustitos que ni al caso?

―Que te fuí sincera sobre mis gustos para no herirte. No eres capaz de aceptar un no.

―Márchate ahora.

―Pero…..

―No quiero hablar contigo, márchate.

―De acuerdo, como quieras ―claudicó.

Se marchó a su despacho y siguió trabajando, respondiendo llamadas y emails y terminando informes para el señor Manoban, hasta que se hizo la hora de comer.

Una vez más había quedado con Lisa, pero ella tenía una reunión con miembros de una ONG amiga y habían quedado media hora más tarde de lo normal.

Desde su despacho pudo oír como el resto de compañeros en planta se marchaba a comer, pero los ignoró y siguió tecleando en su ordenador, decidida a terminar aquel documento antes de que tuviera que reunirse con Lisa para después ir más tranquila.

El reloj de su ordenador marcaba y cuarto cuando en la puerta de su despacho apareció Nick demasiado molesto.

Lo último que esperaba era verlo allí. Tuvo un mal presentimiento cuando él entró y cerró la puerta tras de sí.

―¿Qué pasa, Nick?

―Tenías razón en algo Jennie―dijo, caminando hacia ella.

La forma en que la miró le puso los pelos de punta.

Se retiró de la mesa, alerta y sintiendo una punzada de miedo que nunca había sentido.

Su corazón se puso al trote en un segundo.
―¿En qué tenía razón?

Nick no contestó sino que siguió caminando hacia ella, en silencio y con aquella mirada oscura fija en la secretaria.

Cuando lo tenía a tan solo un metro, Jennie se puso en pie, pero él la sentó de nuevo de un bofetón.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora