Capítulo 54 -Final-

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―La chica que te busca dice que te conoce, que en tu última visita a la ciudad hablaron de que quizá podía colaborar con la organización.

Lisa frunció el ceño, desconcertada.
―¿Es doctora o enfermera?

Era lo único que se le ocurría a Lisa en ese instante, porque durante su estancia en la ciudad se había reunido con un grupo de doctoras interesadas en hacer labor humanitaria, pero del grupo que se había reunido solo habían vuelto dar señales de vida dos doctoras. Quizá Ruby fuera la tercera doctora.

―No dijo que era doctora. Pero sí dijo que volvería.

―De acuerdo, pues en cuanto llegue ella avísame. Voy a consultar mi correo.

Ya se alejaba cuando Sana la llamó:
―Lisa, ¿Miras el correo basura?

―¿Qué? ―preguntó Lisa girándose hacia ella.

―Sé que esperas un correo importante. Quizá esté en la carpeta de correo basura. Yo tardé un año en saber que existía, ¿Recuerdas la bronca que me echaste tú?

―No fue para tanto Sana.

―Pensé que me echarías de mi trabajo.

―¿Y dejar de ver a la chica más alegre de toda la organización? A veces tengo mal humor, pero tonta no soy.

Sana sonrió y al ver que Lisa seguía su camino, le repitió:
―¡Revisa el correo basura!

―Que sí, ya lo voy a revisar.

Lisa intentó no emocionarse y se dijo a si misma que no iba a encontrar nada en la carpeta de SPAM, pues con la suerte que había tenido hasta ahora prefería llevarse una sorpresa a acumular una nueva decepción.

Pese a todo, en cuanto el ordenador estuvo listo para usarse, buscó con ansiedad la carpeta de correo basura dentro de su gestor de correo.

Con su conexión, tardó un buen rato en cargar, pero al fin tuvo los correos delante.

Al parecer le habían tocado diez mil dólares en un sorteo en el cual ella no había participado, varias compañías de seguros querían captarla, o capáz alguien quería venderle unos billetes de avión y tenía varios regalos que recoger por algo que no había hecho.

Pero en el correo ni rastro de Jennie.

Suspiró y se recostó en la silla, mirando la pantalla del ordenador con el listado de mensajes.

La verdad es que Sana había tenido una idea bastante buena, pero debía asumir de una vez que no iba a volver a saber nada de su Jennie.

De pronto, uno de los remitentes de un mensaje atrajo su atención.

J.K. No había reconocido el mensaje al principio, ¿Pero aquellas no eran las iniciales de Jennie? Era demasiada casualidad. Aunque Kim era un apellido bastante común, ¿o No?

El mensaje tenía como asunto: «Billetes de avión».
Pinchó, el mensaje rezando porque no le entrara un virus al ordenador, pues allí iban muy escasas informáticas.

Se le detuvo el corazón al leer el cuerpo del mensaje: «¿Quieres que los use?». Y adjunta, una foto de unos billetes de avión con destino al lugar donde está su ONG.

¡Dios, era ella! Tenía que ser Jennie.

Pero ¿Cuándo se suponía que Jennie le había mandado aquel mensaje?

Miró en la cabecera del correo y vio que llevaba en SPAM desde hace cuatro semanas. ¡Un mes! ¿Y para cuándo se suponía que eran los billetes?

Bajó a toda prisa y volvió a fijar la vista en el billete.

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora