Capítulo 24

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El sábado, su padre le preguntó si tenía planes para esa noche.

Cuando le contestó que no, quiso saber si al día siguiente tenía algo.

―Nada que no pueda aplazar, ¿Por qué papá?

―Vamos a ir a un sitio, Lisa ¿Qué te parece? Prepara una maleta de un día con algunas cosas de abrigo.

―¿De abrigo?

―Sí. A las siete pasará a recogerte un carro. Yo tengo que marcharme ya. Y no te olvides de la documentación.

―¿La documentación para qué? ―interrogó Lisa, pero su padre ya había desaparecido por la puerta principal.

Hasta esa tarde no supo para qué necesitaba sus documentos de identidad (vale que en teoría siempre había que ir documentada, pero para hacer un viaje a un lugar frío, como ella había supuesto que harían cuando le había dicho que fuera abrigada, no hacía falta que su padre recalcara que necesitaba el DNI).

Quien pasó a recogerla fué Mark, el chófer que había ido a por ella el primer día, y le confirmó lo que ella había comenzado a sospechar cuando su padre le recordó que llevara documentación: Iban al aeropuerto.

El conductor, sin embargo, no supo decirle qué avión iban a coger y no fue hasta que hicieron una parada para recoger a Jennie en su casa que pudo enterarse de algo más.

―¿Tú también vienes? ―le preguntó Lisa cuando la vio subir al carro.

En su mente, repasó la conversación que había tenido con su padre. ¿Había usado el «todos» y por lo tanto ella también iba o le habría preparado un viajecito íntimo con Jennie? Bueno ya no podía suponer nada porque ya se lo creía todo y no sabía que pensar.

―No, solo voy a despedirte en el aeropuerto con un beso. ¿Tú qué crees?

―¿Y sabes dónde vamos?

Jennie le lanzó una mirada a Mark y Lisa, que la miraba desde el asiento delantero, se dio cuenta.
―Ya lo verás.

¿Así que se suponía que era un secreto? La miró fijamente durante unos segundos y vio que no sonreía.

No parecía especialmente emocionada con aquel viaje.

Su instinto le dijo que algo pasaba allí, que lo que iban a hacer era probable que no fuera del todo legal.

En cuanto bajaron del maletero sus pequeñas maletas y se quedaron solas, Lisa preguntó:
―¿Dónde vamos Jennie?

―A Suiza.

―¿A qué?

Jennie soltó un resoplido y echó a andar hacia las puertas de acceso a la terminal.
―¿Por qué se conoce Suiza?

―¡No me digas que vamos a comprar queso!

―Frio.

―¡Chocolate!

Jennie la miró por encima del hombro y al ver la cara que Lisa estaba poniendo, se rio muy a su pesar.

Feliz por haberla hecho reír, Lisa se colocó a su lado y dijo en voz baja:
―Así que vamos a llevar dinero del extranjero.

―No sé si dinero del extranjero es la palabra correcta. Lo que hacemos es legal.

―¿En serio, sacar maletines llenos de dinero sin declararlo?

―Entre países cercanos se puede viajar con diez mil dólares sin necesidad de declararlos en aduana, así que sí, es legal.

―Pero mi padre necesita pasar más de diez mil dólares, ¿No es así?

Derritiendo el Frío Corazón de Hielo (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora